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Se cierran camas en los hospitales, faltan médicos, enfermeros, la gente se muere por los pasillos en urgencias, la comida hospitalaria, para tirarla y todo porque hay que recortar gastos porque no hay dinero. Bueno, no hay dinero para el común de los contribuyentes pero sí para los consabidos bancos y... la Iglesia, ¡cómo no!
El misionero, Miguel Pajares, que por lo demás ha demostrado poco temple en su servicio a Dios además de una estrepitosa insolidaridad con sus compañeras del centro médico de Liberia, a las que ha abandonado con la mortal enfermedad encima, ha aterrizado en España en un avión medicalizado para ser tratado en el Hospital Carlos III de Madrid, hospital que dicho sea de paso, estuvo a punto de ser privatizado por el mafioso gobierno de la Comunidad de Madrid, y que en estos momentos se ha sellado al completo para atender al misionero con la máxima garantía que su mortal huésped no escape. Hasta aquí podíamos decir que bien. Si embargo, la polémica ha surgido a la hora de dilucidar sobre quién va a correr con los costosos gastos del traslado. De momento sabemos que la factura de traer al misionero a España le ha costado, según especulan, 80.000 euros a nuestras arcas públicas ––que puede ser mucho más––, dinero que la propia Vinuesa, segunda de a bordo de nuestro ministerio de Sanidad, había manifestado ayer mismo que iba a ser reclamado su pago a la poderosa orden religiosa de San Juan de Dios, empresa donde trabaja Miguel Pajares. Eso fue ayer, pero hoy nos sorprende un Rajoy cada vez más marrullero e insoportable, que no, que eso no es cierto ––dice––, que el traslado lo pagará el Estado (los españoles) porque es algo de "sentido común". El sentido común de este tipo hace tiempo que me produce cagaleras. Para empezar su sentido común parece ser el del desgobierno absoluto, cuando afirma no saber de quién ha partido la idea de cobrarle a la Orden religiosa. Y lo dice horas después de que su propio ministerio de sanidad asegure todo lo contrario.
No sé si fue en el 2013 escuché que el gobierno estaba preparando una disposición legal para que se cobraran los operativos de rescate cuando en estos intervienen costosos medios del Estado. La noticia se refería a los rescates, que en ocasiones tiene que efectuar la guardia civil tanto de montañistas, espeólogos, aventureros etc. La idea era que aquellos que tuvieran medios económicos se responsabilizaran de los costes que dieran lugar, y me pareció bien, en este caso de sentido común. Los españoles no estamos en situación para cargar con los platos rotos de aventurerismos irresponsables. Y eso no significa que por ello se deje sin auxiliar a aquellos que no puedan hacerse cargo de los gastos que originen.
Sin embargo, el señor Miguel Pajares pertenece a una empresa religiosa que lo que menos le falta es dinero (http://blogs.publico.es/shangaylily/2014/08/08/el-ebola-desenmascara-al-pp-y-a-la-iglesia/),
por lo que ampararse en un supuesto sentido común para no cobrarle suena a desvergüenza torera, a patente de corso de un presidente corrupto cuya mafiosa organización política solo trabaja para llenarle los bolsillos a los oligarcas, en este caso a la Iglesia.
Porque ochenta mil euros son muchos euros como para frivolizar de la manera que lo hace este insensato presidente. Con ochenta mil euros se podrían haber mantenido abiertos este verano más comedores escolares. Con ochenta mil euros podrían estar abastecidos la mayoría de comedores sociales que se están quedando sin víveres para dar de comer a tanto hambriento en este país.
Si no sabemos lo que hacer con estos ochenta mil euros hasta el punto de regalarlos ¿de qué clase de sentido común estamos hablando en este corrupto Estado?
j.m.boix