Saturday 25 March 2023

 

Publicada: sábado, 25 de marzo de 2023

Ucrania ha sido premiada con el Premio Convivencia y Tolerancia por el Consejo General de Procuradores en Madrid. ¿Qué es este galardón y qué importancia tiene?

“Una obligación moral y de reconocimiento a su heroicidad y en la defensa de los valores de Europa”, ha manifestado el presidente del Consejo General de Procuradores, Juan Carlos Estévez, que alabó la resistencia del pueblo ucraniano y la firme convicción de la defensa de la civilización occidental.

El acto celebrado recientemente en el Teatro Real de Madrid, se inició con el himno nacional de Ucrania y contó con la presencia de un alto representante de la Embajada de Ucrania en España que aprovechó la solemnidad del acto para agradecer el reconocimiento, recordando que la defensa de la soberanía de Ucrania es la defensa también de los cimientos de Europa.

El acto se cerró con una canción popular ucraniana, ‘símbolo de libertad y convivencia’ aunque se desconoce si en esta ocasión se realizaron vítores de corte ultranacionalista como los pronunciados por un grupo de más de doscientos militares ucranianos en presencia de la ministra de defensa, Margarita Robles, cuando ésta les dio la bienvenida en la base aérea de Torrejón el pasado mes de enero.

A nadie debería sorprender que un estado como el español, que ensalza aún los valores del franquismo, mantiene el nombre de calles y plazas y monumentos a criminales de guerra que con la asistencia del III Reich, ganaron una cruenta guerra contra el legítimo gobierno constitucional de la II República e impusieron una dictadura fascista que sembró las cunetas de España de fosas comunes, prohibió todos los partidos políticos, impuso una atroz censura a la prensa y castigó con una durísima represión a territorios del estado español que anhelaban mayores cotas de autonomía.

Por supuesto que España premia y se solidariza con Ucrania, con esa Ucrania, corrupta, autoritaria que persigue a las minorías, a los homosexuales, gitanos y comunistas, demasiado parentesco y similitud con España, donde semanalmente ‘refugiados’ se manifiestan por las calles de los diferentes territorios del estado español, ondeando la bandera roja y negra del OUN-B y UPA, una organización ultranacionalista ucraniana, liderada por Stephan Bandera, un antisemita colaboracionista con la ocupación nazi en Ucrania durante los años cuarenta y responsable de la muerte de cientos de miles de judíos, polacos y húngaros.

Bandera fue el referente del Holocausto en Ucrania y con el golpe de estado del Maidan ha vuelto a convertirse oficialmente en Héroe Nacional en Ucrania, donde miles de monumentos han sido erigidos donde antes existían monumentos a los héroes soviético/ucranianos de la Gran Guerra Patria contra el nazismo.

Desafortunadamente, España no ha pasado página a su pasado más reciente, prueba de ello es la imputación al Youtuber Rubén Gisbert por enviar crónicas, contarias al relato pro-OTAN, desde el Donbás en los primeros meses del conflicto, con acusaciones tan absurdas como “indicios de delito por dar noticias falsas, desinformación y delitos de odio”, se detiene a brigadistas españoles que combatieron en el Este de Ucrania, contra los batallones neonazis que bombardeaban indiscriminadamente a la población de etnia rusa en el Donbás, mientras que curiosamente el gobierno español gestiona y facilita la liberación de voluntarios españoles de ideología fascista que combaten en territorio ucraniano en el marco de la ‘Legión Internacional de Defensa Territorial de Ucrania’.

En un informe publicado por el Proyecto Contra el Extremismo (CEP, por sus siglas en inglés), una institución dedicada al estudio de las amenazas que suponen las ideologías extremistas, se desprende que un importante número de combatientes que voluntariamente se trasladan a Ucrania para combatir, lo hacen desde el espectro de ideologías extremistas de corte radical fascista.

El informe también indica que la Legión Internacional está conformada por alrededor de 20.000 combatientes extranjeros entre los que predominan estadounidenses y polacos y entre los que también se encuentran un importante número de españoles (miembros o exmiembros de la Legión española y del ejército), el informe no lo menciona, pero en su gran mayoría de los soldados de la Legión Internacional en Ucrania son mercenarios y reciben altas sumas de dinero en dólares para participar en el conflicto.

No es la primera vez para los extremistas españoles, en el año 1941, un nutrido grupo de españoles de aproximadamente 45.000 voluntarios, mayoritariamente formada por miembros de FET y de las JONS, requetés y Falange Española, de ideología nazi-fascista, ‘La División Azul’, se alistó para combatir a la Unión Soviética dos días después de que la Alemania nazi invadiera la URSS el 22 de junio de 1941.

El objetivo de este grupo que luchó bajo el mando del ejército nazi, era simple, matar rusos y participar del Holocausto nazi que tuvo su epicentro en la extinta Unión Soviética, donde morirían más de veinticinco millones de ciudadanos soviéticos como consecuencia de la invasión alemana de la URSS. 

España tuvo su cuota de responsabilidad en dicho genocidio, pero lejos de aprender de su atroz historia reciente, vuelve a repetir los mismos errores que ya cometió hace ocho décadas.

La sumisión de España a los dictados de los Estados Unidos como ya lo hizo con su participación en la ilegal invasión de Irak hace dos décadas y donde morirían más de un millón de iraquíes en su mayoría civiles, gracias entre otros a la complicidad española dan cuenta de una sociedad ignorante y fácilmente manipulable.

Desafortunadamente, el espíritu del NO A LA GUERRA, que combatió en las calles de España la decisión de participar en el genocidio iraquí, ya no existe y gran parte de los que enarbolaron de la bandera de la paz contra la guerra, aplauden hoy a un presidente en Ucrania, que de liderar España, tendría a la mayoría de partidos políticos con representación en el parlamento español, prohibidos, encarcelados o exiliados, y a las comunidades autónomas con aspiraciones soberanistas, bajo fuego de mortero.

Por Alberto García Watson

Sunday 19 March 2023

UKRANIA ¿UNA DEMOCRACIA?


Ucrania es una «democracia»

Los dirigentes occidentales también afirman que Ucrania es una «democracia». Además de que ‎esa palabra deja de tener sentido en una época en que la clase media está en peligro de extinción ‎mientras que la diferencia entre los distintos sectores de la población en materia de ingresos se ha ‎hecho más importante que en cualquier otro momento de la Historia de la humanidad –lo cual ‎nos aleja de la tan cacareada “igualdad de derechos”–, el hecho es que Ucrania es cualquier cosa ‎menos una «democracia».‎

Ucrania tiene hoy la Constitución más racista del mundo. Su artículo 16 estipula que «Preservar el ‎patrimonio genético del pueblo ucraniano es responsabilidad del Estado». Ese punto específico de ‎la Constitución ucraniana fue redactado por Slava Stetsko, la viuda del primer ministro que ‎los nazis impusieron a los ucranianos durante la Segunda Guerra Mundial. ‎

Aquí tenemos un tema tan delicado que Occidente prefiere evitarlo. Al menos desde 1994, los ‎nacionalistas integristas ucranianos (no confundirlos con aquellos a quienes se suele llamar ‎simplemente «nacionalistas»), o sea los individuos que se identifican con la ideología de Dimitro ‎Dontsov y con los crímenes de Stepan Bandera, ejercen altas funciones en el seno del Estado ‎ucraniano [7]. ‎

De hecho, esa ideología se radicalizó con el paso del tiempo. En la Primera Guerra Mundial ‎no tenía el sentido que tuvo después, durante la Segunda Guerra Mundial. Lo cierto es que ‎a partir de 1942, Dimitro Dontsov estuvo entre los individuos que concibieron la «solución final ‎de las cuestiones judía y gitana». Dimitro Dontsov fue administrador del Instituto Reinhard ‎Heydrich de Praga, órgano del III Reich que se encargó de asesinar millones de personas debido a ‎su origen étnico. ‎

Por su parte, Stepan Bandera fue el jefe militar de los nazis ucranianos y dirigió numerosos ‎pogromos y masacres masivas. Sus sucesores de hoy afirman que Bandera estuvo internado en ‎un campo de concentración, lo cual es falso –sólo estuvo bajo prisión domiciliaria en un suburbio ‎de Berlín, en la sede de la administración de los campos de concentración. En definitiva, al final ‎de la Segunda Guerra Mundial Stepan Bandera dirigía las tropas ucranianas, bajo las órdenes ‎directas de Hitler. ‎

Un año después del inicio de la intervención militar rusa, los símbolos de los nacionalistas ‎integristas pueden verse por toda Ucrania. El periodista de Forward, Lev Golinkin, que comenzó ‎a hacer un inventario de los monumentos que existen en todo el mundo en memoria de ‎personajes implicados en los crímenes de los nazis, presentó una lista sorprendentemente larga ‎de los monumentos de ese tipo que encontró en Ucrania [8]. Golinkin subraya que casi todos esos monumentos erigidos en Ucrania ‎son posteriores al golpe de Estado de 2014.

Quienes aún creen que el origen judío del presidente Zelenski le impide celebrar a ‎los nazis deberían saber que hace sólo dos semanas, Zelenski entregó a la 10ª Brigada de Asalto de Montaña ucraniana el «título honorífico ‎‎“Edelweiss”», en evidente referencia a la ‎‎1ª División de Montaña nazi –denominada Edelweiss– que «liberó» Kiev, Stalino, los pasos del ‎Dnieper y Jarkov [9].‎

Son muy pocas las personalidades occidentales que han tenido en cuenta las denuncias emitidas ‎en ese sentido por el presidente Vladimir Putin y su ministro de Exteriores Serguei Lavrov, a pesar ‎de que el primer ministro de Israel, Naftali Bennett, y su ministro de Defensa, el general Benny ‎Gantz, subrayaron varias veces que Kiev debería aceptar las exigencias de Moscú, al menos ‎en cuanto a la destrucción de todos los símbolos nazis que florecen en Ucrania. Kiev sigue ‎rechazando ese reclamo. Y por eso Israel no ha enviado ningún tipo de armamento a los ‎sucesores contemporáneos de los asesinos de judíos. Eso pudiera cambiar ahora, bajo la coalición ‎gubernamental creada alrededor de Benyamin Netanyahu, quien es por cierto heredero de los ‎sionistas revisionistas de Lev Jabotinsky, que se aliaron con los nacionalistas integristas ‎ucranianos en contra de los soviéticos. ‎

La política actual del gobierno de Volodimir Zelenski resulta incomprensible. Por un lado ‎funcionan las instituciones democráticas, pero al mismo tiempo en Ucrania no sólo se celebra a ‎los nacionalistas integristas sino que además se prohíben los partidos políticos de oposición y la ‎iglesia ortodoxa vinculada al Patriarcado de Moscú, se destruyen millones de libros escritos o ‎impresos en Rusia, se catologa a 6 millones de ucranianos como «colaboradores del invasor ‎ruso» y se asesina a las personalidades que los apoyan.

RED VOLTAIRE. ‎

Wednesday 1 March 2023

AQUÍ A NADIE LE PARECE INTERESAR QUE ACABE LA GUERRA DE UCRANIA.

 No hay duda que, como sucedió en la gran crisis del 2008, ahora con la guerra de Rusia contra los ukronazis se ha abierto otra veda donde los poderes económicos tornan a hincharse de dinero con la venta de armas, carestía de las materias primas, ayudas económicas y sanciones contra el país "agresor" que solo hunden la economía europea. Todo metido en un inmenso revoltijo de consignas y manipulaciones donde los únicos perdedores son los pueblos impensantes, que asumen el papanatismo de una propaganda, que como en el 2008, nos hacen ver lo negro blanco en un auténtico festival de mentiras con un relato totalmente manipulado desde el principio. 

Esta guerra, es tambien "made in OTAN" si no olvidamos que fue la propia OTAN y la UE los que jalearon y apoyaron económicamente el golpe de estado a un gobierno legalmente constituido en favor de unas hordas de nazis de todo pelaje que tomaron la Plaza del Maidán a sangre y fuego ante la mirada complaciente de la Europa democrática y defensora de los derechos humanos. Un golpe de estado violento donde sospechosos francotiradores mataron a ciudadanos y policías además de rusos significados sin que la UE exigiera una investigación de los sucesos antes de reconocer la "legalidad" de un golpe dado a la democracia. Tampoco se exigió investigación alguna del acto criminal de los nazis ucranianos del Batallón AZOV cuando rodearon la sede de los sindicatos en Odesa y  prendieron fuego al edificio con el personal dentro. Ni tan siquiera se exigió la disolución de este Batallón de criminales al servicio del "nuevo gobierno ilegal ucraniano" ni hubo apenas información en los medios de tal arrocidad.

Pero lejos de censurar tamañas barbaridades, los popes de Bruselas marchaban a Kiev a fotografiarse con aquellos bárbaros junto a  insignes representantes USA. A partir de aquello, la OTAN encontró un perfecto y belicoso aliado para atacar Rusia y mantener una guerra criminal al mas puro estilo straussiano para debilitar a Rusia y de camino a Europa . 

Los llamados crímenes del Donbás (región separatista pro rusa) también fueron continuamente obviados por la UE y su aparato propagandista (los medios de prensa y televisión), ante la indignación de Rusia. Luego llegaron los escarceos cada vez más chulescos de la OTAN en la frontera con el país eslavo valiéndose de Ucrania.

¿Quieren más motivos para explicar esta agresión rusa?

Pero estas artimañas para generar y mantener una guerra no solo afectan a Ucrania y OTAN.

 NOS AFECTAN A TODOS.

Europa no tiene gobierno porque el que hay no está al servicio de los intereses de la UE.     En la foto vemos al jefe de la OTAN y sus lacayos.
 

No solo la OTAN nos exige un 2% del PIB sino además pretende una ECONOMÍA DE GUERRA. Su guerra porque a nosotros Rusia no nos ha hecho nada.

Imagínense. Una economía de guerra en España con una inflación galopante y con la brutal subida del precio del dinero. 

Ya está bien de farsas y camelos. Hay que exigir salir de este bucle infernal de guerra al que nos someten los anglosajones con el afán de dominar el mundo. Hacer lo que hace este gobierno no es gobernar. Es obedecer en contra de los intereses de los españoles. 

Debemos organizarnos, salir a la calle y denunciar esta historia  sangrienta que como muy bien dice el coronel Pedro Baños no es la nuestra. De no hacerlo vamos a sufrir muy graves y jodidas consecuencias.

A continuación voy a transcribir parte de un artículo publicado en Red Voltaire que arroja algo de luz sobre la realidad de esta guerra y de quienes la promueven. 


"...En 2014, son los straussianos quienes organizan el «cambio de régimen» en Kiev. Desde ‎su puesto de vicepresidente, Joe Biden se implica de lleno. Victoria Nuland viaja a Kiev para ‎respaldar a los neonazis de Pravy Sektor (Sector Derecho) y supervisar el comando israelí “Delta”, ‎grupos que cometen múltiples actos de violencia [11] en la Plaza Maidan. ‎

Fue en aquel momento cuando la intercepción de una conversación telefónica entre Victoria ‎Nuland y el embajador de Estados Unidos permitió conocer el deseo de la señora Nuland de ‎‎«darle por el culo a la Unión Europea» –«Fuck the EU!», según exclamó en su conversación con ‎el embajador– lo cual concuerda con lo expresado en el informe que Wolfowitz había redactado ‎en 1992. Pero, los dirigentes de la Unión Europea al parecer “no entendieron” plenamente ‎lo que había querido decir esta “dama” y sólo mascullaron una débil protesta [12]. ‎

Sombrío personaje en el Maidán (La straussiana estadounidense Victoria Nuland))
 

También en aquella época, Jake Sullivan y Antony Blinken –pese a la oposición del secretario de ‎Estado John Kerry– meten a Hunter Biden, el hijo del vicepresidente Joe Biden, en el consejo de ‎administración de Burisma Holdings, una de las principales compañías de explotación del gas ‎natural ucraniano. Este hijo de Joe Biden es literalmente un drogadicto que servirá de pantalla ‎para cubrir una monumental estafa en detrimento del pueblo ucraniano. Bajo la supervisión de ‎Amos Hochstein, Hunter Biden designa después a varios amigos, tan drogadictos como él, para ‎utilizarlos como “representantes” de varias empresas y saquear el gas ucraniano. A ellos ‎se refería el presidente ruso Vladimir Putin cuando hablaba de «banda de drogadictos». ‎

Jake Sullivan y Antony Blinken también se apoyan en el mafioso Igor Kolomoiski, el tercer ‎personaje más adinerado de Ucrania. Aun siendo judío, Igor Kolomoiski financia a los matones de ‎Pravy Sektor (Sector Derecho), una organización neonazi que trabaja para la OTAN y que ‎participa en los hechos de violencia de la Plaza Maidan durante la operación de «cambio de ‎régimen» de 2014. Kolomoiski utiliza su influencia para asumir el control de la comunidad judía ‎europea hasta que sus correligionarios se rebelan y lo expulsan de sus asociaciones ‎internacionales. Sin embargo, Kolomoiski logra que el cabecilla de Pravy Sektor, Dimitro Yarosh, ‎sea nombrado secretario adjunto del Consejo Nacional de Seguridad y de Defensa instaurado por ‎el nuevo régimen y se hace nombrar gobernador del oblast de Dnipropetrovsk. Kolomoiski y ‎Yarosh serán rápidamente apartados de las funciones políticas. Igor Kolomoiski y Dimitro Yarosh, ‎recientemente nombrado consejero especial del jefe de las fuerzas armadas ucranianas, así como ‎sus seguidores son los neonazis a los que el presidente Putin aludía en su reciente discurso sobre ‎Ucrania. ‎

En 2017, Antony Blinken funda WestExec Advisors, una firma de consejería en la que se reagrupan ‎ex altos funcionarios de la administración Obama y numerosos straussianos. Esta firma es ‎extremadamente discreta sobre sus actividades pero utiliza las relaciones políticas de sus ‎empleados para ganar dinero, precisamente lo que en cualquier país del mundo sería considerado ‎‎«tráfico de influencias» y «corrupción». ‎

Joe Biden no es un straussiano pero ha estado estrechamente vinculado a ellos desde hace ‎‎15 años. Aquí lo vemos con Antony Blinken, su actual secretario de Estado. ‎

Los straussianos mantienen su línea de siempre

Desde que Joe Biden regresó a la Casa Blanca, ahora como presidente de Estados Unidos, los ‎discípulos de Leo Strauss controlan todas las palancas del sistema. “Jake” Sullivan es consejero de ‎Seguridad Nacional y Antony Blinken es secretario de Estado, con Victoria Nuland como ‎subsecretaria. Como ya señalé en artículos anteriores de esta serie, Victoria Nuland viajó a Moscú ‎en octubre de 2021 y amenazó con aplastar la economía de Rusia si ese país no se somete. Ahí ‎comienza la actual crisis.‎

La subsecretaria de Estado Victoria Nuland trae de regreso a Dimitro Yarosh y lo impone ‎al presidente ucraniano Volodimir Zelinki, un actor de televisión sin experiencia política… pero ‎protegido por Igor Kolomoiski. El 2 de noviembre de 2021, el presidente Zelinski nombra a ‎Dimitro Yarosh consejero especial del jefe de las fuerzas armadas [13], el general Valeri Zaluzhni. ‎Este último, un verdadero demócrata, protesta pero acaba aceptando la nominación de Yarosh. ‎Al ser interrogado sobre esta sorprendente asociación, el general se niega a responder y alega ‎que es una cuestión de «seguridad nacional». Yarosh aporta todo su respaldo al «Fuhrer ‎blanco», el ahora coronel Andrei Biletsky, y al batallón Azov, la tropa de Biletsky. El batallón ‎Azov es una copia de la división SS Das Reich y desde el verano de 2021 está bajo las órdenes ‎de mercenarios estadounidenses de la antigua Blackwater [14].‎

Toda la información anterior estaba destinada a lograr que ustedes sean capaces de identificar a ‎los straussianos, lo cual hace más comprensible las explicaciones de Rusia. Liberar el mundo de ‎los straussianos sería lo más adecuado para hacer justicia al más de un millón de personas que ‎han muerto en las guerras artificialmente provocadas por esos personajes… y también para salvar ‎innumerables vidas. Está por ver si esta intervención en Ucrania es la mejor manera de lograrlo. ‎

En todo caso, si bien los straussianos son responsables de los actuales acontecimientos cabe ‎destacar que quienes les dejaron las manos libres también tiene su parte de responsabilidad, ‎comenzando por Alemania y Francia, que firmaron los Acuerdos de Minsk –hace 7 años– y que ‎después no hicieron nada para forzar su aplicación por parte de Kiev. También tienen su parte ‎de responsabilidad los más de 50 Estados que firmaron las declaraciones de la OSCE prohibiendo ‎la ampliación de la OTAN más allá de la línea Oder-Neisse pero que nunca trataron de impedir ‎dicha expansión. Sólo Israel, que acaba de deshacerse de los sionistas revisionistas, ha expresado ‎‎–hasta el momento– una posición matizada sobre los actuales acontecimientos.‎

Esa es una de las lecciones que debemos aprender de esta crisis: los pueblos gobernados ‎democráticamente son responsables de las decisiones que sus dirigentes prepararon por ‎largo tiempo y que han seguido aplicándose sin importar los cambios de tendencias ni la alternancia entre los partidos políticos que ejercen el poder. ‎