Wednesday 15 November 2023

¿UNA UE FILONAZI? Parece que esta es una triste realidad que nos llevará al desastre.

 

Los USA en el Maidan (Senador Mcain)

Europa esta Europa que alardea de democrática conspiró junto a los otanistas USA a favor de un GOLPE DE ESTADO  promovido por banderías de filonazis en la famosa plaza ucraniana del Maidan. ·Existe numerosas fotografías y documentos de aquella barbarie fascista conjurada en un golpe sangriento donde numerosos policías y ciudadanos ucranianos murieron a manos de criminales francotiradores golpistas y la UE miró a otro lado.

Los popes de la UE y los belicistas de EEUU amparados en la OTAN se frotaron las manos y alentaron. incluso, el criminal atentado visitando a los golpistas en el Maidán. Ucrania, país fronterizo con Rusia gobernado por ultranacionalistas gobernaban un país desde el cual era mucho más fácil hostigar al gigante eslavo hasta llevarlo a una guerra como así ha sido.   

Tuesday 14 November 2023

BELARRA, UNA MUJER VALIENTE.

 

Más de 80 líderes piden a la CPI arrestar y enjuiciar a Netanyahu



Más de 80 líderes de distintos países solicitan a la Corte Penal Internacional (CPI) que detenga y enjuicie a Netanyahu por el genocidio en curso contra Gaza.

La ministra española de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, y más de 80 líderes de una veintena de países europeos y de América Latina, incluidos 60 parlamentarios, han presentado este martes una solicitud formal al fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Karim Ahmad Khan, para que detenga y juzgue al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y su cúpula política, por crímenes de guerra, lesa humanidad y genocidio contra el pueblo palestino.

La petición, firmada también por el histórico dirigente laborista y diputado británico, Jeremy Corbyn, ha sido formulada al amparo del artículo 15 del Estatuto de Roma. Los signatarios urgen a la CPI a ampliar la investigación que inició en 2021 contra Israel por crímenes de guerra a la luz de los crímenes cometidos desde el pasado 7 de octubre en Gaza, entre los que destacan ataques a campos de refugiados, el uso de fósforo blanco o el bombardeo contra el hospital de Al-Ahli Al-Arab que se cobró más de 500 vidas civiles.

En una declaración publicada en su cuenta de X, Belarra, quien es también la secretaria general de Podemos, ha advertido que en la Franja de Gaza está ocurriendo “un genocidio en directo” con más de 11 240 personas “asesinadas brutalmente” por el régimen criminal de Israel.

 

 Además, ha advertido que guardar silencio asiste a la entidad sionista a continuar el genocidio en Gaza, por eso llama a la ciudadanía a “alzar la voz” y firmar la iniciativa judicial, en la página justiceforgaza.info, que exige detener y enjuiciar a Netanyahu y sus colaboradores y “promover un alto el fuego, que termine esta barbarie”.

EUROPA , GENOCIDA.

En el momento preciso en el que escribo estas líneas, y según las cifras oficiales de que disponemos, más de 8.300 palestinos y palestinas -3.457 menores de edad entre ellos- han sido asesinados por Israel desde que empezó su campaña de bombardeos contra Gaza. Son unos datos terribles que, sin embargo, mañana mismo serán más horrendos, porque Israel no ha cesado ni proyecta cesar su salvaje campaña militar.

Y todo ello sucede no solo con el silencio cómplice de los gobernantes europeos, sino incluso con la condescendencia y la aprobación de quienes como Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, reivindican el “legítimo derecho de Israel a su defensa”, lo que viene a ser un eufemismo para no decir directamente que se aprueba e incluso se celebra el asesinato de cuantos palestinos y palestinas que Israel estime conveniente. Hoy mismo hemos conocido también que, a iniciativa de Vox y con el voto favorable del PP, el Pleno del Ayuntamiento de Madrid ha concedido la Medalla de Honor de la Villa a Israel.

Hace poco más de 20 meses se nos pedía solidaridad para con un pueblo, el ucraniano, víctima de una invasión ilegítima. Gobernantes, partidos políticos, medios de comunicación y toda suerte de poderes fácticos coincidían en la necesidad de visibilizar ese apoyo. Durante las últimas semanas, no obstante, hemos podido ver como Emmanuelle Macron pretendía prohibir en Francia cualquier movilización de apoyo a Palestina y cómo los gobiernos de Reino Unido y Alemania sugerían que el simple hecho de portar una bandera palestina podía ser constitutivo de delito. Aquí mismo, en el Estado Español, somos ya testigos de ese cercenamiento de la libertad de expresión: en varios eventos deportivos agentes de seguridad privada y fuerzas policiales han retirado banderas palestinas e identificado a quienes las llevaban consigo.

Durante décadas hemos sido conscientes de las continuas masacres y de las políticas de limpieza étnica realizadas por Israel contra la población palestina. Hemos sido conscientes de la hipocresía y de la doble moral de una Europa que afirma defender los Derechos Humanos y el Derecho Internacional y que, sin embargo, nunca ha alzado su voz para denunciar la ocupación israelí y sus políticas de apartheid. No obstante, nunca como hasta ahora ha sido tan palpable la pérdida de libertades y de derechos que para los propios ciudadanos y ciudadanas de Europa supone la posición política adoptada por nuestros gobernantes.

La realidad, la terrible realidad, es que el pueblo palestino está solo en estos aciagos momentos por más que a lo largo y ancho del mundo se sucedan masivas manifestaciones de apoyo a la causa palestina

Hace semanas que Israel somete a un férreo bloqueo a la población gazatí y no permite la presencia de periodistas independientes que informen de cuanto ocurre en un territorio equivalente en tamaño a la isla de la Gomera y en el que malviven más de 2 millones de personas. Asimismo, desde hace varios días Israel impide cualquier tipo de comunicación de los habitantes de Gaza con el exterior. El objetivo evidente es silenciar el genocidio que se está perpetrando en la Franja de Gaza.

Si, has leído bien: genocidio. Porque la realidad es que a las políticas de limpieza étnica puestas en marcha por Israel desde hace décadas, se suma ahora una campaña militar que por su crudeza e inhumanidad, no puede tener más objetivo que el exterminio de todo palestino que resida en Gaza. Pero también en Cisjordania, donde Hamas nunca ha tenido un peso político significativo y donde los asesinatos perpetrados por las fuerzas israelíes y por los llamados colonos (a quienes podríamos considerar como fuerzas de ocupación) superan ya el centenar de víctimas.

La realidad, la terrible realidad, es que el pueblo palestino está solo en estos aciagos momentos. Por más que a lo largo y ancho del mundo se sucedan masivas manifestaciones de apoyo a la causa palestina, lo cierto es que ningún país va a mover ni un solo dedo por detener los crímenes de lesa humanidad que está perpetrando el estado de Israel. Parafraseando a alguien que dio con sus huesos en la cárcel por sus prácticas corruptas, podríamos resumirlo con la siguiente frase: “Es la geopolítica, amigos”.

A quienes aún creemos en los Derechos Humanos y en la dignidad de las personas, a quienes elegimos no ser neutrales y ponernos de parte de los oprimidos, a quienes nos duele en el alma ver la masacre cotidiana y el genocidio que se perpetra contra el pueblo palestino, no nos queda más opción que salir a las calles de nuestros pueblos y ciudades para gritar por aquellos y aquellas cuya voz ha sido silenciada, para clamar por la paz, por la justicia y por un futuro digno para el pueblo palestino. Porque solo un auténtico movimiento tectónico que remueva nuestras sociedades desde su base puede alterar el macabro equilibrio geopolítico que hoy permite, tolera y celebra el genocidio que está sufriendo la población de Gaza. No en nuestro nombre. Paz, dignidad y justicia para el pueblo palestino.


  • Área Solidaridad Internacional de la APDHA — 31 de octubre de 2023 19:58h
    Actualizado el 01/11/2023 05:30h




Monday 6 November 2023

EL GENOCIDIO QUE PASÓ...Y EL QUE LLEGA. (SEMANARIO LA VOZ)

 

El genocidio que pasó… y el que llega




Los acuerdos de Oslo sobre una solución al problema palestino, que planteaba la coexistencia de dos estados y una negociación política, se han convertido en una sentencia de muerte a la causa palestina. Hoy hay seis millones de palestinos refugiados, la mayoría en condiciones infrahumanas

Ricardo Arenales

En la década comprendida entre enero de 2009 y finales de octubre de 2019, las fuerzas israelíes han matado a más de 3.400 palestinos en Cisjordania y la Franja de Gaza, sin incluir a las víctimas de la última matanza, ocurrida a finales de noviembre pasado.

El líder de la Jihad Islámica Palestina, Baha Abu al Atta, fue asesinado en la noche del 12 noviembre pasado, mientras dormía, en su residencia de Gaza. Un proyectil teledirigido contra la edifición, mató también a su esposa e hirió a sus cuatro hijos. Abu es el segundo comandante de la milicia palestina que muere en un asesinato extrajudicial este año. En mayo, el ejército israelí asesinó a Hamed Ahmed Khudary, un jefe de campo de Hamás.

Tras la muerte de Baha Abu, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, justificó la muerte y calificó el crimen como una medida preventiva necesaria para la seguridad nacional. Los militantes de la Jihad respondieron al crimen disparando al menos 190 cohetes al sur y al centro de Israel, paralizando casi la mitad del país. Las tropas sionistas respondieron con fuego pesado, causando numerosas bajas en las tierras de Gaza.

La tierra prometida

Después del ataque y el contra ataque, Israel volvió a la ‘normalidad’. En Palestina, las familias enterraron a sus muertos, removieron los escombros de las casas destruidas e incrementaron su pobreza. Ahora esperan la próxima masacre. Que seguro vendrá. La matanza de palestinos en Gaza se ha vuelto normal, cotidiana. ¿Cómo pueden resistir los palestinos esta opresión de décadas? ¿Se puede hacer algo para detener la matanza?

Israel está practicando una política, no solo de asesinatos selectivos sino de ‘limpieza étnica’ con el fin de completar el desalojo de la población y apoderarse de las tierras palestinas. Tienen para ello una razón que consideran ‘poderosa’: se creen el pueblo elegido por Dios para colonizar esa parte del planeta, en detrimento de las vidas de miles de pobladores anteriormente establecidos allí.

Están matando a dos millones de palestinos en la Franja de Gaza. Los pobladores de esta región no tienen agua potable, porque se la niega el gobierno israelí. Disponen de cuatro horas de energía eléctrica al día. Hay cien mil familias a las que los bombardeos, los asesinatos selectivos destrozaron sus hogares, y están siendo constantemente acosadas por las tropas sionistas.

Cárceles atestadas

En Gaza, especialmente, los medicamentos son muy caros. En Palestina hay siete fábricas de medicamentos, que producen fármacos muy elementales. Israel no les vende insumos químicos ni permite que los importen, para generar productos de mayor complejidad, pues alega que con ellos pueden producir armas químicas. O es pura y física paranoia, o sencillamente otro pretexto para matar por hambre y enfermedades a los palestinos.

Las organizaciones defensoras de derechos humanos son perseguidas. Es el caso de Addameer, defensora de presos políticos; del Comité de Mujeres de Hebrón o de los Comités de Trabajo para la Salud, que atienden heridos en zonas de confrontación. ¡Casi todas! Las sedes de estas organizaciones han sido allanadas, les incautan computadores.

Es frecuente que a los ciudadanos los detengan sin que se les formulen cargos de ninguna especie, solo por ‘seguridad’. Es lo que llaman detenciones por vía administrativa. Hay gente que lleva 20 años detenida, en forma preventiva, sin que se le hayan formulado cargos criminales de ninguna especie.

Una cárcel

La libertad de movimiento, de locomoción, ha desaparecido. Los palestinos no pueden entrar o salir por aire, mar o tierra, sin la autorización expresa de los soldados que controlan las fronteras, los barrios, las edificaciones, las casas. En Cisjordania, la gente también padece dificultades, porque cada movimiento es controlado por los sionistas, y si quieren encerrarlos, los encierran. La vida depende total y absolutamente de los israelíes. Palestina es una cárcel.

Lo que Tel Aviv quiere es desocupar esos territorios, que los cinco millones de palestinos salgan de ahí, porque consideran que esa tierra fue señalada por Dios para los judíos. La violencia ha sido tal, que hay judíos que creen que Israel se ha convertido en un país nazi. No instalan cámaras de gas, como en los campos de concentración alemanes, porque eso sería un escándalo en nuestro tiempo. Pero la manera como están matando al pueblo de Gaza, es un genocidio.

Los acuerdos de Oslo sobre una solución al problema palestino, que planteaba la coexistencia de dos estados y una negociación política, se han convertido en una sentencia de muerte a la causa palestina. Hoy hay seis millones de palestinos refugiados, la mayoría en condiciones infrahumanas. En contraste, Israel ha incrementado el número de construcciones en territorio palestino, con casi 7000.000 colonos, que usurpan tierras que no les pertenecen.

Indiferencia

La Casa Blanca ha ofrecido mediar en la solución del conflicto palestino-israelí. Pero su líder, el señor Donald Trump, apoya todas las medidas genocidas de su aliado israelí contra Palestina: los asentamientos judíos ilegales, la anexión de Jerusalén, de Cisjordania, las matanzas de palestinos.

La comunidad internacional, en la mayoría de los casos observa indiferente la muerte lenta del pueblo palestino. Algunos gobiernos, particularmente Estados Unidos y los del bloque europeo, cooperan con los agresores, armando y financiando a Israel, que fomenta una política hegemónica en la región. Israel hace lo que quiere con la tierra palestina, la propiedad palestina, los cuerpos palestinos, hace todo lo posible para frustrar la resistencia no violenta de ese pueblo y precipitar una escalada de confrontación.

Este panorama se da en momentos en que el gobierno de Benjamín Netanyahu enfrenta una profunda crisis institucional. Cuando en lo corrido del año ha fracaso dos veces en su empeño por formar un nuevo gobierno, tras sendos procesos electorales, y que enfrenta la posibilidad de tener que convocar a elecciones por tercera vez para el próximo mes de marzo.

El problema es que cada vez que el gobierno israelí enfrenta crisis, o acusaciones por corrupción, como sucede en la actualidad, el ejecutivo dispone de operativos militares, bombardeos y masacres en tierras palestinas, para desviar la atención de las acusaciones y buscar cohesionar fuerzas para mantener su proyecto sionista.

Publica SEMANARIO LA VOZ

 


 

CARICATURAS DEL GENOCIDIO DE GAZA