LA GRAN COALICIÓN ULTRALIBERAL. |
La composición de la Mesa del Parlamento ha sido el pistoletazo de salida de esa Santa Alianza que reclama Rajoy y la ultraderecha reaccionaria de este país. Quedan muchos proyectos pendientes y muchas y perversas reformas por hacer de las que Bruselas ya advierte de sus futuros cumplimientos. Por tanto, apostar por un gobierno que ponga en riesgo estos cumplimientos no seria aceptable para una UE cuyos gobiernos antipatriotas a sueldo del poder financiero, pusieron en marcha las criminales políticas económicas que todos sabemos contra sus propios pueblos y que persiguen continuar profundizando.
No olvidemos que tanto el Partido Popular como el PSOE defienden aprobar en Europa el Tratado Transatlántico para la Inversión y el Comercio (TTIP) que cede nuestra soberania tanto a las grandes corporaciones y lobbys financieros como a sus organismos jurídicos privados que las representa.
Y no me olvido del partido del señorito Alberto, que también está por la labor.
De esta manera es inevitable esa "gran coalición ultra" que en estos momentos se dibuja y que amenaza la soberanía y el futuro de los españoles en los próximos cuatro años. Porque Sánchez no se atreverá a romper con ese estatu quo que a lo largo de la Transición y por interés del felipismo corrupto ha obligado al PSOE a comportarse como quinta columna de la derecha económica de este país en favor del ultraliberalismo que nos asola.
Quizás esa gran coalición PP, PSOE y Ciudadanos se reduzca a apoyar la investidura de Rajoy o en su caso la de Sánchez, y dejarle gobernar con los apoyos puntuales que interesen a Bruselas y al IBEX. Con eso sería suficiente. De esta manera evitarían la agresiva imagen de una gran coalición de derechas, que enseñara demasiado la patita con el fin de continuar engañando al pueblo trabajador, sobre todo en lo que respecta al PSOE.
Un ejemplo de lo que estos partidos ultraliberales -- yo los llamo neofascistas-- defienden para España lo puede ilustrar la demanda a Egipto de la empresa francesa Veolia por elevar el salario mínimo interprofesional en una nueva ley laboral. La empresa Veolia (nultinacional) solicita al Estado egipcio la retirada de esa subida salarial o una indemnización de 82 millones de euros. A modo anecdótico decir que el tribunal privado de arbitraje que lleva este caso es el CIADI, un organismo dependiente del Banco Mundial.
Por lo que ya estamos avisados con quienes nos jugamos los cuartos y el futuro.
bucaneroerrante.blogspot