Al fin, parece que hay un demócrata en Europa. Esta frase de Papandreu debía haber sido coreada por todos los gobiernos que se dicen democráticos y que, por el contrario, sirven con devoción a esta barbarie impuesta por los perros del dinero. Unos perros que no terminan nunca de saciarse con la teta inacabable de una crisis que parece estar bien calculada. Para empezar a solucionarla habría que echar a patadas a todos los actuales políticos europeos y reemplazarlos por demócratas al servicio de la ciudadanía y no de los mercados.
Porque ya está bien de una crisis que no comenzó, precisamente, por el impago de ninguna deuda soberana de los paises hoy en jaque, y sí por la propia gestión catastrófica de ese mundo financiero que operó como un bandolero al margen de los Estados y de la propia democracia. Ahora, sus voceros lacayos –– incluidos los tertulianos radiofónicos y televisivos de siempre –– nos están vendiendo la película al revés, como si la "sociedad del bienestar" y los salarios laborales fueran los causante de una debacle económica que repito, parece programada por aquellos que se están poniendo las botas con ella.
Porque ya está bien de una crisis que no comenzó, precisamente, por el impago de ninguna deuda soberana de los paises hoy en jaque, y sí por la propia gestión catastrófica de ese mundo financiero que operó como un bandolero al margen de los Estados y de la propia democracia. Ahora, sus voceros lacayos –– incluidos los tertulianos radiofónicos y televisivos de siempre –– nos están vendiendo la película al revés, como si la "sociedad del bienestar" y los salarios laborales fueran los causante de una debacle económica que repito, parece programada por aquellos que se están poniendo las botas con ella.
No soy economista ni nada que se le parezca, pero los que lo son tampoco parecen serlo.
Porque al margen de la suma gravedad de los acontecimientos, es de un carcajeo munumental estas reuniones de los grandes de Europa que prometen solucionarlo todo con más recortes para los pueblos y más dinero al lobo banquero, unas soluciones que se quedan en pavesas a los dos días, y vuelta a empezar con más dramáticas reuniones, más recortes, más dinero al lobo y así, ad infinitum. Si esto es una política económica, que venga Dios y lo vea.
Porque al margen de la suma gravedad de los acontecimientos, es de un carcajeo munumental estas reuniones de los grandes de Europa que prometen solucionarlo todo con más recortes para los pueblos y más dinero al lobo banquero, unas soluciones que se quedan en pavesas a los dos días, y vuelta a empezar con más dramáticas reuniones, más recortes, más dinero al lobo y así, ad infinitum. Si esto es una política económica, que venga Dios y lo vea.
Lo que está claro es que con estos villanos y ramplones procedimientos nos están robando la democracia, la cartera y la propia vida, y eso el ciudadano lo tiene claro. Ahora Papandreu se enfrenta a desertores de su propio partido que rechazan la legítima vía democrática de un referendum para consultar a unos griegos que han perdido su soberanía y cuyo destino como pueblo se dilucida en los fríos e inhumanos despachos de los grandes bancos franceses y alemanes. Pero éstas son las ratas de siempre, las que abandonan el barco cuando ven peligrar sus sueldos y privilegios si no hay rescate. Las mismas que tenemos en España y en abundancia.
Es difícil saber lo que va a pasar pues los ciudadanos, más pacíficos y honrados que los propios gobiernos, no tienen más armas de defensa contra esta ignominia que la de manifestarse pacíficamente. Porque un paso más allá en la lógica protesta popular nos encontraríamos con una brutal represión dispuesta a ensangrentar las calles para defender un estado de derecho que proteje el latrocinio de estos perros del dinero.
j.m.boix
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