Thursday 19 September 2013

LA INCIERTA DERIVA CATALANISTA.



En un anterior artículo critiqué al catalán, Alfred Boch, por lo que a mis humildes luces me pareció una barbaridad, http://bucaneroerrante.blogspot.com.es/2013/08/alfred-boshc-o-la-izquierda-subnormal.html, porque comparar Cataluña con Gibraltar hasta el punto de solidarizarse con el payaso fascista que hoy gobierna la colonia británica no sólo es un insulto a la inteligencia, sino una bofetada a la mayoría de españoles que aún nos queda algo de dignidad y vergüenza. Sin embargo hay demasiadas luces encendidas que nos indican que la izquierda de este país ha perdido sus cualidades más firmes, su razón de ser que la ha hecho respetable a lo largo de su historia. Dignidad, austeridad, honradez, sacrificio son parámetros de un modo de vida que por necesidad y convicción siempre ha abrazado de manera tradicional. De esta manera ha sido consecuente con sus actos dirigidos siempre a defender al más débil, arropándole de derechos que los demás le han negado. 
Pero hoy día se ha perdido ese norte, y el horizonte de los que aún se revisten de izquierda se ha tornado difuso e irreconocible. 

Las ideas, las buenas ideas aún están ahí y también los problemas donde aplicarlas pero no hay organización honrada para coger esa bandera y luchar duro por ella. Ahora todo está infestado del  llamado “progresismo”, ese disparate que nos lleva a un mundo remozado de cínicas y pretendidas superaciones pero en el que siguen embozados el hedonismo, la explotación, la injusticia y el dinero. Poco ha cambiado una realidad que se afana en parchearse con nuevos y engañosos formatos. La crisis ha hecho caer las caretas de muchos progresistas. 

Las nuevas tácticas para conseguir el poder, sin la previa y necesaria revolución institucional y social, han podrido los principios de la izquierda actual. Ya no se contempla ninguna táctica que no sea la de ser un “colaboracionista” poco ruidoso para que te admitan en el exclusivo juego del poder. Porque eso es lo que hoy nos muestra los pactos de una izquierda ansiosa en acomodarse en los buenos sueldos ––porque “ellos lo valen”–– mientras millones de conciudadanos pasan la mayor penuria de los últimos tiempos. Pero ahí los vemos, corriendo como locos, abriéndose paso a codazos para conseguir esa apetecible migaja de poder, ese sillón como consejero de alguna televisión pública o esa otra apetecible secretaria. Así anda en estos tiempos lo que fuera la esperanza de la izquierda en este país, una Izquierda Unida que en Andalucía mantiene a más de cien enchufados a dedo en el corrupto gobierno de la Junta.
Esquerra Republicana de Cataluña es otro aleccionador ejemplo de pérdida de identidad de la izquierda. Lleva demasiado tiempo participando del poder hasta el punto que es parte de ese poder que aplasta al ciudadano y al que se debería combatir. Su última y actual alianza, en esta casión con Convergencia y Unió ––la rancia derecha de la burguesía catalana–– ha propiciado que Esquerra cogobierne contra el pueblo catalán, colaborando junto al fascista, Artur Mas, en políticas de masacre social –– en ciertos aspectos más agresivas que las del propio Rajoy––, que han propiciado el empobrecimiento de sus clases medias y la defenestración de las clases trabajadoras que hoy y como en el resto de España, pululan en la miseria y al amparo de los comedores sociales. Y como señal de que dichas políticas agresoras del bipartito van a continuar en el tiempo ya han advertido
Rafael Ribó
que no se abonará la próxima paga extra a los funcionarios. 

Por otro lado, la sonora y nada sospechosa protesta del defensor del pueblo catalán, el señor Ribó, alzando la voz para denunciar la brutalidad y torturas de los “mossos” y lo que es peor, la situación de escandalosa indigencia de centenares de niños que sufren de una alarmante desnutrición en una de las regiones más ricas de España, colma la situación de un gobierno donde participa un partido que se dice de izquierda, pero que sin duda ha perdido su norte social, emperrado como está con un nacionalismo que antepone a cualquier otra consideración. ¿Que confianza puede dar Esquerra a los trabajadores, a los jubilados, a esa masa ciudadana que ha sido la primera en España en sufrir los recortes sanitarios y el copago farmaceútico entre otras penurias neoliberales? ¿Como marchan a la independencia tan contentos de la mano de un presidente enloquecido cuyo partido está impregnado de corruptelas tanto como el PP y que, como está demostrando, le trae al pairo los graves problemas de sus ciudadanos?

El fin no puede justificar los medios ni menos las paranoias de algunos. No se puede sacrificar a todo un pueblo para hacer un viaje tan incierto en estos tiempos de zozobra donde nadie sabe que va a pasar mañana. ¿O tiene conocimiento el pueblo catalán de los problemas que pueden surgir el día después de su independencia de España? ¿Se han preguntado o le han explicado quién pagará la jubilación de sus mayores o el desempleo de sus trabajadores en paro mientras se resuelve en la maraña de administraciones a quién le toca poner el dinero o si hay dinero para pagar? Porque si al final hablamos de ruptura, España no le pondrá las cosas fáciles a Cataluña. Y como este ejemplo podríamos poner mil más. ¿Estan informados los catalanes de estos graves imprevistos que puedan suceder? Porque independizarse para continuar en un sistema tan corrupto y abyecto como el que dejan no creo que valga la pena independizarse. Sin embargo, si los catalanes lo asumen, no seré yo quien me oponga.

j.m.boix

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