JUEZ ELPIDIO SILVA (Blesa) |
El caso Gurtel lleva más de cinco años de instrucción y solo el tesorero de PP, Bárcenas, ha pisado la cárcel de manera preventiva. Cantidad de gente corrupta, ladrones, estafadores continúan en la calle, riéndose de la justicia, de los ciudadanos y del llamado "estado de derecho". Gentuza, que como Blesa y muchos políticos y miembros del gobierno ligados a la trama delictiva del ganster Correa, suponen una alarma social que ningún juez de esta país está dispuesto a denunciar y mucho menos enchironar a los responsables, máxime cuando el juez Elpidio Silva ––víctima de un proceso sospechosamente rápido–– ha caido finalmente abatido por el fuego amigo de unos jueces del Consejo General del Poder Judicial que, lejos de velar por la independencia de la Justicia, parece trabajar al dictado de este gobierno corrupto, protector de corruptos y torturadores. Y en este sentido no me olvido del PSOE, colaborador necesario en toda esta conspiración.
JUEZ CASTRO (Infanta) |
Criminales reclamados por la justicia internacional que son protegidos por la Fiscalía de Rajoy (Billy el Niño), jueces acosados
e insultados por esa misma fiscalía por ejercer el imperio de la ley con los poderosos, (el juez Castro y la infanta Cristina), jueces defenestrados por encarcelar de manera preventiva a peligrosos delincuentes que han creado alarma social en el país (Blesa y la monumental estafa de las Preferentes), jueces que, por otro lado, alargan y distraen sumarios escandalosos como el caso Gürtel, que implica a legiones de políticos, entre ellos al mismísimo presidente del gobierno de la nación, y que extienden, premeditadamente, en el tiempo buscando la prescipción de los delitos. ¿Quién puede hablar de democracia en este apestoso cenagal?
JUEZ PABLO RUZ. (Gürtel) |
Sin embargo, en esta desvergüenza general que nos invade, no solo es culpable el Partido Popular, que está vulnerando derechos democráticos de todo tipo, sino también la clase política que sigue dando por bueno este juego trucado del PP y es incapaz de plantarse con un "hasta aquí hemos llegado". Porque la frágil democracia que hoy tenemos está más en peligro que nunca y la clase política institucional, lejos de reaccionar, solo alcanza a balbucear las penosas críticas de siempre en un Congreso dinamitado por la corrupción, y que al día de hoy funciona como un bunker contra el pueblo.
j.m.boix
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