Friday 14 March 2014

DINERO USA PARA PROMOVER LA VIOLENCIA EN VENEZUELA.



La fiscal general Luisa Ortega Díaz/ Foto José Pacheco
La fiscal general Luisa Ortega Díaz/ Foto José Pacheco


La fiscal General de la República dijo que el dinero solicitado por los legisladores estadounidenses para defender los derechos humanos en Venezuela será en realidad usado para financiar acciones violentas.

La fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega, afirmó hoy que el dinero solicitado por los legisladores estadounidenses para defender los derechos humanos en el país latinoamericano será en realidad usado para financiar acciones violentas.

"Ellos pidieron un dinero. Indudablemente esto es para financiar estas acciones violentas que se han venido produciendo en Venezuela. Para comprar C-4, que es una substancia altamente explosiva. Era como un kilo de C-4, lo que incautamos", señaló Ortega en una rueda de prensa en Ginebra.

Consultada sobre si realmente acusaba a los legisladores estadounidenses de querer financiar las protestas, Ortega respondió: "Si están pidiendo dinero, 12 millones de dólares, ¿para qué sino es ese dinero?".

La fiscal general se refería a dos proyectos de ley bipartidistas que fueron presentados ayer en el Congreso de Estados Unidos que buscan imponer sanciones contra aquellos miembros del Gobierno de Nicolás Maduro que hayan estado involucrados en los episodios de violencia que desde hace un mes sacuden las calles de Venezuela.

Uno de esos proyectos, la "Ley para la Defensa de los Derechos Humanos y Sociedad Civil de Venezuela", contempla una ayuda de 15 millones de dólares, monto que debería ser usado "para la defensa de los derechos humanos en Venezuela, la protección de los medios de comunicación independientes y el fortalecimiento de la sociedad civil en defensa de los valores democráticos en el país".

En este sentido, Ortega recordó que la legislación venezolana prohíbe la financiación externa del activismo político.

"En Venezuela está prohibido el financiamiento para hacer política interna, que son privativas de los venezolanos. Sancionaremos aquellos que reciban financiamiento de gobiernos extranjeros para hacer política interna", advirtió.

Ortega acusó a Estados Unidos de querer ser el "gobernante del mundo" y amenazó con fiscalizar ella misma las acciones estadounidense.

"¿Es Estados Unidos el policía del mundo?, ¿quién le ha dado autoridad para sancionar a los Estados?", se preguntó retóricamente, para proseguir:

"¿Son el fiscal del mundo? ¿El tribunal del mundo? Porque en ese caso yo también voy a arrogarme ese rol y cuestionar las acciones en Guantánamo, la invasión de Vietnam, la invasión de Afganistán, por los atropellos que ha cometido en Sudamérica y Centroamérica, por el golpe de Estado en Chile, en Nicaragua y tantos otros que se me escapan"
, señaló.

A continuación, la fiscal general destacó que Venezuela es un "país independiente y soberano", que respeta la autodeterminación de los pueblos.

"Rechazamos cualquier injerencia de cualquier país del mundo. Nosotros hemos resuelto nuestros problemas y respetado el derecho de los países del mundo de resolver sus conflictos. Queremos que nos respeten", concluyó.




ASÍ ANDA EL TALANTE DE LA PRENSA "LIBRE" DE VENEZUELA 


Y ASÍ SUS EDITORIALES

"Apenas con mirar las noticias de lo sucedido en Valencia, el 12 de marzo, se produce en el alma ciudadana una serie de dolorosos estremecimientos. ¿Qué está sucediendo en la cúpula rojita del gobierno? ¿Quién ha enloquecido de una manera tal que sólo tolera a los opositores siempre y cuando estén muertos o gravemente heridos?
¿Quién ha perdido la razón y tiene como deporte preferido lanzar millares de bombas lacrimógenas, apalear a niños y mujeres, destruir sus viviendas y sitios de trabajo, o lo más grave, mandar a disparar directamente a la cabeza de los jóvenes estudiantes para que mueran de inmediato? ¿Quién paga a los motorizados mercenarios que integran los escuadrones de la muerte como en la época de Pinochet en Chile? ¿Por qué el vicepresidente los felicita públicamente como si fueran héroes de guerra?
Quien quiera que sea tiene sus días encaminados hacia los tribunales internacionales que juzgan los crímenes contra la humanidad. A los largo de estos treinta días se han ido acumulando los atropellos, las torturas y los asesinatos. Por ejemplo, el estudiante Jesús Enrique Acosta, quien estaba lejos de los disturbios conversando con su primo, fue atacado por motorizados que a tiros le quitaron la vida. Tenía 24 años de edad.
Otro caso cruel y brutal: el ciudadano Guillermo Sánchez, quien estaba pintando el frente de su casa, fue asaltado por mercenarios motorizados que lo asesinaron con armas de fuego. Tenía 42 años. El capitán de la Guardia Nacional Bolivariana, Remso Ernesto Bracho, recibió un tiro en la cara mientras trataba de mediar con unos manifestantes. También era un hombre joven, y se estima que fue víctima de un francotirador. Otros quince habitantes de la ciudad corrieron con mejor suerte: sólo fueron heridos de balas y perdigones.
También en Caracas se padeció la arremetida violenta de los guardias nacionales agarraditos de la mano con las fuerzas paramilitares, que se han convertido en su asidua compañía, contra la UCV.
No es la primera vez que la más alta casa de estudios es sometida a estos vejámenes, a ataques y asaltos de la policía y el ejército, pero jamás sufrió la bárbara penetración militar del pasado día 12. Después de lanzar centenares de bombas lacrimógenas contra una manifestación pacífica, los guardias pusieron la alfombra roja para que llegaran los mercenarios con sus armas de fuego. ¿Qué hubiera pensado de todo esto el dirigente estudiantil de la UCV en los años sesenta Jorge Rodríguez, bárbaramente asesinado por los cuerpos de seguridad?
Los mercenarios rojitos no sólo dispararon contra los estudiantes sino que también dañaron las edificaciones de la Ciudad Universitaria, la obra de arte que es, en su conjunto, “la casa que vence la sombra”.
La GNB despreció la Constitución Nacional, que los líderes del estudiantado esgrimieron para ganar de manera legítima la calle. ¿Autonomía universitaria? Jajá. ¿Libre tránsito? Jajá. ¿Derechos humanos? Jajá. ¿Constitución Nacional? ¡Jajajá!
Luego en la tarde ocurrió el ataque contra los manifestantes en Altamira, que estuvo precedido por la transmisión de marchas militares. No era Vietnam, sino la caraqueña Altamira, pero Maduro mandó a sonar sus tambores y trompetas para darle sabor a la represión. También dijo que sucedían destrozos en la planta baja de la Torre Británica, pero cometió la estupidez de decirlo ¡antes de que ocurrieran los ataques!
En Cabudare no cesaba el hostigamientos de los ciudadanos, en Rubio se preparaban para un asalto de la GN, en Mérida no se permitía acudir a los oficios religiosos de la catedral. Si a esto se agrega lo sucedido en Valencia y Caracas en apenas 24 horas, se calculará la magnitud del abismo al cual nos conduce Maduro."
 

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