No tienen bastante con haberles robado sus tierras y tenerlos en un gheto peor que el de Varsovia, que ahora quieren más sangre palestina para su dios, el carnicero Jehová. El que en la Biblia ordena pasar a cuchillo a mujeres y niños.
La quinta potencia militar del mundo ha puesto en marcha su infernal maquinaria de matar. La excusa: los cohetes de feria de Hamás. Ahora la Tsaal hebrea calienta motores lista a invadir a sangre y fuego el trozo de terreno donde los sionistas han hacinado a más de dos millones de palestinos. Sus monstruosos Merkavas entrarán en ese inmenso campo de concentración que es Gaza y matarán a placer en su venganza divina.
Hoy como ayer, los palestinos no tendrán donde escapar del horror que se le viene encima, atrapados como están entre los muros del gueto y el mar.
De nuevo el magnicidio continua ante la criminal e indiferente mirada de la Comunidad Internacional.
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