Occidente ha logrado unir a sus enemigos. Los chinos se han aliado con Rusia e Irán en la batalla global en la que se ha convertido Siria. Algunos comentaristas hablan que en Siria ha explotado la Tercera Guerra Mundial. Y tal reflexión no es del todo descabellada porque en esta peligrosa contienda intervienen todas las grandes potencias con sus respectivas cohortes de países regionales. EEUU ha presionado hasta lo indecible a una Rusia a la que ha querido humillar y marginar constantemente, y también al gigante asiático, la República Popular China, al que fustiga y amedranta en sus áreas de influencia.
Pues bien, ahora los tiene en Siria en un claro mensaje de "donde las dan las toman". Dos potencias que no son moco de pavo. Los halcones del Pentágono, el Tea Party, y el consorcio Sionista están a rabiar de indignación "¡Como se atreven a inmiscuirse en nuestros asuntos!", exclaman embotados de ira. Pero los yanquis deberán acostumbrarse a partir de ahora a dejar de mangonear el mundo a su antojo, decidiendo quién es bueno o quién es malo, y quién debe morir o no. Porque ahí los tiene. A los malos más malos de la lista mundial de malos y vienen decididos a quedarse, al menos los chinos, que tienen poderosos intereses en África. El viejo y único portaviones chino fondeado en Tartús transporta más de un millar de infantes de marina y parte de los aviones que, posiblemente, intervengan en Siria. ¿Motivo? Bueno, el motivo formal es que entre los terroristas del EI hay más de 300 terroristas chinos combatiendo, la mayoría procedente de la región noroccidental de Xinjiang, donde vive la minoritaria etnia uigur y también miembros del Movimiento del Turquestán Oriental (ETIM, en sus siglas en inglés). Sin embargo, la realidad de fondo es que ambas potencias han decidido estar presentes en los asuntos de la componenda geoestrategia del nuevo orden económico militar de EEUU que, sin duda, les afecta. Los USA han convertido el regalo de la base de Morón (Andalucía) en una poderosa plataforma militar, punta de lanza de futuras intervenciones de dominio en el continente africano y Europa. Los malos más malos son conscientes que abandonar a Siria a su suerte supone allanar el camino de los buenos más buenos --incluidos los "terroristas moderados"-- a una futura intervención contra Irán, que es lo que pretende como prioridad Occidente. ¿Y después de Irán quien es el siguiente de los malos más malos de esta indecente película? ¿Agredir el flanco asiático de Rusia? Este irresponsable juego de intereses y estrategias puede terminar como el rosario de la aurora o peor aún, como una abominable película de Tarentino con apocalíptico desparrame de sangre incluido.
bucaneroerrante.blogspot
Pues bien, ahora los tiene en Siria en un claro mensaje de "donde las dan las toman". Dos potencias que no son moco de pavo. Los halcones del Pentágono, el Tea Party, y el consorcio Sionista están a rabiar de indignación "¡Como se atreven a inmiscuirse en nuestros asuntos!", exclaman embotados de ira. Pero los yanquis deberán acostumbrarse a partir de ahora a dejar de mangonear el mundo a su antojo, decidiendo quién es bueno o quién es malo, y quién debe morir o no. Porque ahí los tiene. A los malos más malos de la lista mundial de malos y vienen decididos a quedarse, al menos los chinos, que tienen poderosos intereses en África. El viejo y único portaviones chino fondeado en Tartús transporta más de un millar de infantes de marina y parte de los aviones que, posiblemente, intervengan en Siria. ¿Motivo? Bueno, el motivo formal es que entre los terroristas del EI hay más de 300 terroristas chinos combatiendo, la mayoría procedente de la región noroccidental de Xinjiang, donde vive la minoritaria etnia uigur y también miembros del Movimiento del Turquestán Oriental (ETIM, en sus siglas en inglés). Sin embargo, la realidad de fondo es que ambas potencias han decidido estar presentes en los asuntos de la componenda geoestrategia del nuevo orden económico militar de EEUU que, sin duda, les afecta. Los USA han convertido el regalo de la base de Morón (Andalucía) en una poderosa plataforma militar, punta de lanza de futuras intervenciones de dominio en el continente africano y Europa. Los malos más malos son conscientes que abandonar a Siria a su suerte supone allanar el camino de los buenos más buenos --incluidos los "terroristas moderados"-- a una futura intervención contra Irán, que es lo que pretende como prioridad Occidente. ¿Y después de Irán quien es el siguiente de los malos más malos de esta indecente película? ¿Agredir el flanco asiático de Rusia? Este irresponsable juego de intereses y estrategias puede terminar como el rosario de la aurora o peor aún, como una abominable película de Tarentino con apocalíptico desparrame de sangre incluido.
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