Monday 28 March 2016

LOS CIEN DIAS DE UN DICTADOR.


No se puede decir que es muy demócrata el político que aprovecha cualquier resquicio de vacio legal para burlar la democracia. Parece ser que en la Transición los que forjaron el bipartidismo no pensaron que podía darse una situación como la actual y no legislaron para esta especie de interregno parlamentario por el que atravesamos. Sin embargo, un político con espíritu realmente democrático no utilizaría nunca esta anomalía para zafarse del control parlamentario que exige nuestro tipo de democracia. El que sea un gobierno en funciones no lo transforma en un gobierno presidencialista y, por tanto, lo que está sucediendo es algo completamente insólito. España no es una democracia presidencialista.
Pero el presidente Rajoy, además de apestar a corrupción por los cuatro costados, está mostrando también un peligroso tufo a dictadorzuelo. Parece sentirse feliz gobernando por libre, zafándose de un Parlamento que le ponga trabas y lo controle.
Si tal hecho sucediera en otro país, por ejemplo en Venezuela, nuestra prensa nacional no hubiera parado de berrear, denunciando, incluso, un golpe de Estado. Pero aquí, los gobiernos, la clase política, la Iglesia y el IBEX pueden saltarse a la torera la Constitución y hacer lo que les venga en gana y nuestros medios nacionales continuarán callados como putas. No he visto ningún titular de nuestra prensa democrática que denuncie a grandes caracteres esta bochornosa situación. Por algo están entre los peores clasificados del mundo.
Que al final el Presidente del Parlamento Español tenga que acudir al Tribunal Constitucional para rogar que el presidente del Gobierno acuda al Parlamento a cumplir con su obligación dice bien poco de la clase de democracia que nos asiste. Por lo pronto, mucho me temo que vamos a tener dictadura del PP hasta junio.

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