Sunday, 27 November 2016
UN LEGIONARIO EN EL COMPLOT DEL 23-F. (Novela).
¿Sabían que Juan Carlos I fue asesinado en Sevilla en los dias posteriores al 23-F?
Un fragmento de la novela casi-histórica sobre un magnicidio que pudo cambiar la historia de la Transición de este país.
"...Sin embargo, en esta ocasión la crisis, que nos atrapó y que dicen que nos viene de vaya usted a saber, está resultando tan fatídica como la temida “gripe española”, que tampoco fue española y que también nos llegó de quien sabe dónde. Si aquella mataba prontamente, ésta lo hace lentamente hasta que te mueres de asco frente a un comedor social. La miseria llama a la miseria y la sabiduría popular nos cuenta que al perro flaco todo son pulgas.
La crisis ha agrietado seriamente la precaria prosperidad de los vecinos de la inmensa Barriada del Tardón, con su peculiar impronta a inmenso cuartel de "todo por la patria" y buque insignia de lo que en su día fuera la ampliación de la barriada de San Gonzalo, construida para los pobres y menesterosos de la ciudad por el insigne promotor Don Gonzalo Queipo de Llano, general golpista y reputado matarife donde los haya, además de gran devoto y rezador de la venerada Hermandad de la Macarena, la otra gran barriada señera de la capital hispalense donde el ilustre general yace piadosamente enterrado.
Pero revolviendo los ojos a Triana y al populoso Tardón de los inicios de los sesenta donde transcurre esta historia, nos encontramos al final de la calle San Jacinto la plazoleta de San Martín de Porres y al principio de la kilométrica avenida de Alvar Núñez, que por entonces iba a frenarse con el talud de la antigua carretera que conducía a San Juan de Aznalfarache, cerrando el conjunto de la nueva barriada las también populares torres “de los Sindicatos". A mitad de camino, en su cruce con Lorenzo Leal, nos encontramos con el mítico Bar Avenida, que lleva la proeza de permanecer abierto casi desde que se construyó la barriada, allá por los finales de los cincuenta y principio de los sesenta. Frente a éste dan las ventanas del bajo donde vive el viejo Pepe Moscardón, un personaje novelesco tan popular para lo bueno como para lo malo y antiguo caballero legionario, curtido en su juventud a la sombra de las sofocantes jaimas calibeñas del norte de África y mutilado en su madurez por extraña herida de guerra.
Pepe contaba a todo el que no lo conocía que logró el piso del Tardón allá por el año 59 del pasado siglo, cuando se construyó la barriada, y se lo dieron---decía--, en compensación a sus méritos y proezas como caballero legionario. Aunque más de uno que conocía su historia sabía que se lo dieron como a todos, después de arrastrarse por los inmaculados suelos del arzobispado y besarle el anillo y el culo al piadoso don José María Bueno Monreal, sucesor del inefable y selvático cardenal D. Pedro Segura, primado de la Iglesia de España y mortal enemigo de Franco al que, curiosamente, llamaba “el jefe de los ladrones”. Es de señalar aquí la megalomanía de este levantisco cardenal, que llegó a construirse para su...
(Fragmento de la novela El legionario que mató al Rey)
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