Hoy el pueblo español debía estar en la calle. Al menos esa parte de pueblo que aún cree que esto es una democracia y la justicia es igual para todos. El resultado del caso Noos es una patada en los morros, un orinal lleno de mierda en la boca de tanto español inútil y cortesano.
Porque la situación es la que es y qué duda cabe que estamos mucho peor que cuando parte de este pueblo se tiró a las plazas ante una democracia de alcantarilla. Repito: hoy estamos mucho peor porque las alcantarillas ya no se esconden y estan más visibles que nunca.
Amordazados y amenazados por leyes represivas que prohiben hasta respirar (con patada en la boca incluida como aconsejan algunos mandos de la antidisturbio), estamos asistiendo al derrumbe sin complejos de una justicia que ha dejado muy a las claras para quien trabaja. Mientras el pueblo continúa escondido ante tanta promesa de represión, los habitantes de las podridas instituciones de este régimen borbónico- franquista continúan acomodados con cara de póker en una farsa en la que ya es inadmisible creer y mucho menos mantener. Nada cambia a pesar de que todo lo que sucede es demasiado fuerte.
La infanta florero se va de rositas con su no sé y no contesta y el golfo del marido idem de lo mismo por ser yerno del emérito borbón. El delincuente, Urdangarín, se encuentra en estos momentos en Ginebra, libre como los pajaritos a pesar de tener una condena (ya de por si ridícula) de seis años y tres meses de cárcel que no cumplirá como cualquier hijo de vecino. Y todo esto con la mayúscula burla de un régimen que aún tiene la desfachatez (o mala leche) de carcajearse de todos nosotros al asegurarnos que la justicia es igual para todos.
Una vez la espita abierta y la falta de reacción social ante el escándalo, lo mismo pasará con Rato y Blesa a los que el fiscal --por llamarlo de alguna manera-- tampoco "ve necesidad de encerrarlos" a pesar de estar condenados a cuatro y seis años respectivamente. Estamos asistiendo, atónitos, a una especie de nueva bula normativa en la justicia solo aplicable en exclusiva a los ricos y a los poderosos del régimen. Queda pues totalmente visible y constatado quiénes pueblan y poblarán las cárceles de esta España de los borbones. Una clase de justicia harto severa con los de abajo que exime a los ricos. Una justicia bananera y oligarca que invalida cualquier atisbo de progreso en este país y mancilla su democracia. Ahora, al régimen solo le resta perseguir y depurar abiertamente (lo están haciendo ya) a esos fiscales que aún creen en su labor de lo que debe ser una justicia democrática y cambiarlos por los Horrach y compañía. Les será muy fácil.
Ayer, la protesta masiva estaba en Sol y en la mayoría de plazas del país. Ayer pudo reventarse esta plutocracia de corruptos, palmeros y panderetas impuesta por los "patriotas" herederos del 18 de julio. Pero en esta ocasión, como casi siempre, la protesta popular no ha llegado más allá de una comodona competición de tweets entre los forófos del género.
bucaneroerrante.
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