Después de la agresión, Trump ha dejado de ser un bocazas populista para pasar a ser un perfecto presidente demócrata tan digno y homologado como lo fueran sus antepasados, criminales belicistas desde que Truman inagurara con sus aterradoras bombas sobre el Japón la era Imperial de EEUU y sus derechos sobre todo el mundo. Es muy curioso además de desolador que la prensa democrática occidental [todos los grandes periódicos europeos, incluido españoles] han respirado ahora más tranquilos aplaudiendo la extraña nueva agresión a Siria burdamente justificada. ¿Qué necesidad tenía el presidente sirio en meterse en estos berenjenales tóxicos si practicamente ya ha ganado la guerra? ¿Ningún sesudo comentarista democrático se ha echo esta pregunta?
Bueno, después de que Occidente nos deja claro, una vez más, que para ser un buen presidente demócrata tienes que ser un asesino y apostar por la guerra, la destrucción y demás matanzas, el caso es que el ataque a la base siria ha sido un tanto ridículo. Cincuenta y nueve Tomahawk son disparados y se pierden la mitad por el camino.
Por lo demás, Trump, parece haberse plegado sin más a esa élite belicista a la que prometió combatir en su discurso de investidura. Ahora anda loco buscando guerras y la última ha sido meterse en el callejón sin salida que supone enfrentarse a Corea del Norte. De
payaso ha pasado a ser un loco peligroso.
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