Hoy en España el pueblo se ve con el derecho legítimo de robar. ¿Y cuál es el derecho? Pues el que les ofrece este Gobierno y sus instituciones.
Dicen y no les falta razón a los que lo dicen, que los hijos son el reflejo de los padres. De padres sinvergüenzas florecen hijos sinvergüenzas y en este sentido podemos extrapolar esta desgracia al pueblo español bajo el gobierno corrupto que tiene.
Si los miembros del gobierno roban con impunidad --casi nadie va a la cárcel y si van los sacan al día siguiente-- ¿Por qué no va a intentar hacerlo el pueblo que gobierna?
Si Rajoy, un político inmoral de libro, está donde está es porque los españoles lo aprueban y si lo hacen es porque la actitud inmoral de este Presidente justifica que un pueblo engolfado siga su ejemplo y robe a calzón suelto.
La veda está abierta y muchos ya pasan la consabida consigna "tonto el que no robe". Pero la gente empieza a ser víctima de su propio y deshonesto hacer y comienza a tener miedo. Vivir en un pueblo de ladrones no es fácil. Las alertas se disparan. Ya nadie se fia de nadie y se extiende la alarma social. Todos comenzamos a mirarnos de reojo. No abrir la puerta a nadie, ni al pobre necesitado... ni tan siquiera al vecino porque a lo peor viene a robarnos...
Es el derrumbe total de la dignidad y la decencia de un pueblo que, aunque probre y oprimido, siempre se consideró honesto. Me pregunto cómo los españoles hemos podido llegar a esta degradante situación.
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