Lo estamos viendo en estos días. En cuanto ha fallado el bipartidismo ya no hay manera de gobernar. La derecha franquista, atrapada en sus lealtades, se torna inamovible y antidemocrática. Ni permite la reforma constitucional ni el lógico multipartidismo en un sistema democrático cuando falla el cómodo bipartidismo. Un bipartidismo diseñado en la propia Constitución del 78 que salvaguarda el poder político y económico en manos de los herederos de Franco.
Desgraciadamente esta mal llamada coalición de la izquierda, Podemos y PSOE, no implica ningún cambio ni peligro para estas patentes de corso neofranquistas consagradas en la monarquía borbónica y que, sin duda, piensan perpetuarse por los siglos de los siglos a base de amenazas, mentiras, componendas y garrotazos de la policía, etc. Podemos, que ya ha abjurado de sus puntos programáticos punteros para entrar en el gobierno de Sánchez, hace tiempo que vendió su alma (si es que algún día la tuvo) y anda al pairo de un descalabro electoral tras otro.
Podemos es una organización sin principios sólidos condenada a desaparecer, que se hunde al tiempo que su histriónico y avispado jefe pretende abandonar el barco y terminar su miserable historia de burgués frustrado, aferrándose a la cartera ministerial de un ridículo "vicepresidente sin chicha ni limoná" en el próximo gobierno socialista neoliberal que se forme. Eso si es que al final Esquerra Republicana permite la investidura de Pedro Sánchez, que por otro lado sería alargar la agonía de la Constitución del 78 en Cataluña.
España quiere dar imagen de solvencia democrática con una "coalición de izquierda" pero a los franquistas se le quiebran los riñones en el esfuerzo porque esa no es, precisamente, la cultura política heredada de la Constitución del 78. Por este motivo los sátrapas de algunas comunidades autónomas gobernadas por el PSOE remueven en sus sillones sus inflados culos, inquietos ante pactos que beneficien a los independentistas en contra de la sagrada y franquista unidad de la patria. Ellos, sin duda, preferirian una gran coalición de derecha, donde se sentirían cómodos y a gusto puesto que el PSOE, PP y Ciudadanos son todos de la misma familia.
España quiere dar imagen de solvencia democrática con una "coalición de izquierda" pero a los franquistas se le quiebran los riñones en el esfuerzo porque esa no es, precisamente, la cultura política heredada de la Constitución del 78. Por este motivo los sátrapas de algunas comunidades autónomas gobernadas por el PSOE remueven en sus sillones sus inflados culos, inquietos ante pactos que beneficien a los independentistas en contra de la sagrada y franquista unidad de la patria. Ellos, sin duda, preferirian una gran coalición de derecha, donde se sentirían cómodos y a gusto puesto que el PSOE, PP y Ciudadanos son todos de la misma familia.
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