Era algo previsible. La llamada doctrina Parot y su aplicación es una forma de venganza sin límites aplicada a discreción y de manera arbitraria. Creo que la justicia no es eso. A un preso, juzgado y condenado a un número determinado de años no se le puede aplicar a posteriori una ampliación de condena. Han habido presos que cumplidos ya sus años de condena se les ha notificado tres días antes de salir, que se le aplica la "doctrina Parot"de manera retroactiva por lo que su condena se amplia cinco o seis años más o lo que considere el ministerio público. Tal situación vulnera algunos artículos del Convenio Europeo de Derechos Humanos y es lo que ha censurado Estrasburgo.
Entiendo que la AVT y afines hayan puesto, como acostumbran, el grito en el cielo porque, y como a estas alturas sabemos, estas asociaciones hacen política con sus muertos. Muertos que hay que recordar, han recibido toda clase de homenajes, reconocimientos y generosas compesaciones económicas tanto para las familias como para los que han sobrevivido a los atentados terroristas. Cosa que me parece muy bien. Pero al hilo de tan sangrante asunto tengo que recordar, una vez más, que algo así no se ha hecho, ni por asomo, con todos aquellos otros asesinados y torturados con total impunidad por elementos franquistas y no ya en la guerra civil, sino en el mismo periodo de la Transición. Éstos también fueron asesinados por defender la democracia y las libertades, y que en ningún momento han sido considerados por este Estado que se dice democrático, pero que también hace política con con las víctimas.
Porque entiendo que a unas se les reconozca cumplidamente mientras a las otras se las ignore, no es más que una manera de politizar las víctimas, diferenciándolas ––¿vencedores y vencidos?––, además de poner en grave solfá la interesada miopia de nuestra justicia. Y las víctimas de ETA están fuertemente politizadas por unas asociaciones que sobreviven a la sombra de unos cadáveres a los que no dejan descansar en paz, y que exponen en la vía pública para justificar venganzas sin límites y vetar derechos que en nada ayudan a la paz social.
Por otro lado, la prensa reaccionaria no ha desaprovechado la oportunidad para calentar el ambiente, llevándo su discurso al extremismo más irracional y beligerante contra la sentencia del TEDH. Una sentencia, que no olvidemos, no pide la impunidad –– excarcelación de los etarras que han sido juzgados y cumplen condena––, sino la derogación de una doctrina que carece de soporte legal y que vulnera el actual marco europeo de la defensa de los derechos humanos, sean quienes sean los reos condenados. La etarra Inés del Río ha cumplido su condena además de nueve años adicionales por la aplicación de esa misma doctrina Parot. O lo que es lo mismo, que ha cumplido una pena superior a la que tendría que haber cumplido según el sitema jurídico español en vigor en el momento de su codena. ¿A eso le llama Angeles Pedraza impunidad?
El ABC se pregunta con cinismo "¿De qué derechos humanos hablamos?" Cabría contestarle el DE TODOS, no sólo el de una parte. Está por ver que este periódico parcial y ultraderechista defienda alguna vez el derecho a la justicia "de todas las víctimas asesinadas por defender la democracia y las libertades en nuestro país".
Es triste decirlo, pero me alegro que entre Argentina y Europa se vaya poniendo al descubierto la clase de justicia que tenemos.
j.m.boix