Cuando en más de una ocasión me he referido al concepto PATRIA, lo he hecho pensando en la PATRIA DE LOS PUEBLOS, y esta "de" de procedencia la diferencia diametralmente de esa otra patria para uso exclusivo de unos pocos que a lo largo de la historia han hecho de los pueblos un puñado de esclavos. ¿Cuántas criaturas han sido sacrificadas en aras de una patria que nunca fue la suya?
Pero ahora esta llamémosla abstracción ya no interesa a los poderosos para arengar a los pueblos a intervenir en guerras que les llenen los bolsillos. Ahora interesa la GLOBALIZACIÓN.
La globalización es enemiga, no solo de los nacionalismos locales sino también del patriotismo y la soberanía si estos valores están en manos de los pueblos.
Y es lógico.
Los gobiernos que en estos momentos gestionan la aprobación del TTIP a la sombra de los despachos no quieren ni oir hablar de soberanía ni patriotismo porque tales conceptos van contra su proyecto de controlar la economía de los pueblos. Léase controlar para robar. La globalización no se ha hecho para hermanar al mundo o mejorarlo sino para todo lo contrario.
Para empeorarlo.
¿Por qué pelearnos entre nosotros si podemos unirnos para dominar y saquear el mundo? se dijeron los capitalistas globalizadores.
Y dejaron de hacerse la guerra entre ellos para hacérsela a los pueblos.
Engatusaron y enagañaron al mundo con hermosas declaraciones. Ya no habrían fronteras ni naciones que limitaran la libertad del ser humano. Que con la globalización los hombres se volverían ciudadanos del mundo. Declaraciones vacuas porque al final solo persiguen desarraigar al hombre de sus raíces y cultura en favor de un mundo de Coca-Cola. La globalización desarma a los pueblos.
Cierto que se derrumbaron las fronteras, pero solo para el dinero y en estos tiempos lo estamos viviendo cruelmente.
Con fronteras de alambradas de cuchillas y endurecimiento de las políticas migratorias ha recibido Europa a los refugiados, víctimas de las guerras globalizadoras en el norte de África. Por lo que se ve, ellos no pueden ser ciudadanos del mundo.
Ya es tiempo de reconocer que nos la dieron con queso con una globalización, que solo nos trae miseria, mayor insolidaridad y más guerras entre los pueblos del mundo. De esta manera recuperar conceptos que algunos progres consideran añejos e incluso decadentes se vuelve necesario a falta de otras herramientas que aglutinen y cohesionen a los pueblos en su lucha contra la hidra capitalista ahora globalizada.
El patriotismo de los pueblos y la soberanía son en estos momentos armas muy temidas por los globalizadores. Pues a utilizarlas.
Es importante no confundir patriotismo y soberanía con los llamados "intereses nacionales", que en su mayoría son los intereses de unos cuantos golfos apátridas que enajenan todo lo que es de todos (lo Público) para llenarse los bolsillos a reventar.
Al final,y en pleno siglo XXI tendremos que recuperar viejos ecos que creiamos extinguidos.
¡PATRIA O MUERTE!
¿Anacrónico o vigente? Vosotros diréis.
bucaneroerrante.blogspot