Friday, 8 June 2012

HORACIO QUIROGA Y LA MALDICIÓN SUICIDA.

 
"A la tierna edad de tres meses, Horacio, es testigo de como su padre se quita la vida disparándose en la cabeza con una escopeta. Su madre vuelve a casarse y después de cinco años de matrimonio, el padrastro se suicida con idéntico método al que había usado su padre biológico. Con el tiempo, el joven Quiroga se hace profesor de castellano en el Colegio Británico de Buenos Aires y se casa con una alumna, que en 1915 se suicida bebiendo un líquido para revelar fotografías. Mantiene un breve idilio y una larga amistad con Alfonsina Storni (quien se suicidaría 20 años después arrojándose al mar) en la siguiente etapa de su vida. Un amigo le consigue el puesto de cónsul de Uruguay en la capital porteña, y lo pierde después de que el mismo amigo se suicidase. Un año y un día antes de que se quite la vida su gran amigo Leopoldo Lugones (arsénico), Quiroga ingiere una dosis letal de cianuro. Poco más tarde se suicidaría su hija mayor, Eglé y a su único hijo varón, Darío, le tocó el turno en 1951."
  
En estos tiempos que corren donde la orgullosa ciencia niega a priori cualquier fenómeno que no sea empírico o demostrable, sería interesante que alguien intentara explicar estos fatales acontecimientos que concatenan muertes extrañas en la biografía de este querido autor. Sabemos que la propensión al suicidio puede darse en familias y que tal acontecimiento puede razonarse desde un ángulo genético, pero que sepamos la genética no se contagia. El padre de Quiroga se suicidó de un disparo de escopeta y lo mismo ocurrió con su padrastro. ¿Quizás el segundo fue "influenciado o afectado" por la historia del primero? Por otro lado también pudo ser fruto de una casualidad, dirán algunos, y puede ser que lo fuera. Pero cómo se explican los suicidios siguientes, todos ellos personajes que entran a formar parte de la vida de Horacio, ¿también fueron casuales? Demasiadas casualidades, diría yo.
Dicen que no hay nada escrito en la estrellas y que el hombre es dueño de su destino. Sin embargo la sabiduria popular nos habla de que hay quien nace con buena estrella y otros estrellados. No olvidemos que los dichos populares se crean a base de acumular experiencias y eso debía darles cierta credibilidad independientemente que la prepotente ciencia tache a la mayoría como meras supersticiones. Superstición o no, el luctuoso fenómeno que azotó el entorno de la vida de Quiroga sigue siendo inexplicable si nos atenemos a la luz de los hechos que relata su biografía. Quizás alguien que lea esta página pudiera arrojar algo de luz sobre estos acontecimientos, y que desbanque como autora de los hechos a una pavorosa Maldición.

Un camino que serpea,
un camino que retuerce,
un camino sin suerte. 
Extraño terceto escrito por un amigo que conocí al que le fue muy mal la vida.   




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