El presidente Vladimir Putin emprende su tercer mandato bajo el signo de la reafirmación de la soberanía de su país ante las amenazas contra Rusia provenientes de Estados Unidos y de la OTAN. Moscú ha denunciado reiteradamente el proceso de ampliación de la OTAN, la instalación de bases militares a las puertas de sus fronteras así como el despliegue del escudo antimisiles, la destrucción de la Libia y los actos de desestabilización contra Siria.
Inmediatamente después de su investidura, Putin pasó revista a la industria militar rusa, a sus fuerzas armadas y a todo su dispositivo de alianzas [1] Como paso ulterior, decidió situar en Siria la línea roja que el adversario no debe atravesar. A los ojos de Putin, la invasión de Libia por parte de la OTAN es similar a la invasión de Checoslovaquia por el III Reich, y la invasión de Siria –si llegara a producirse– sería comparable a la invasión de la Polonia, que desencadenó la Segunda Guerra Mundial.
Toda interpretación de lo que actualmente sucede en el Levante como una revolución/represión estrictamente siria no sólo es falsa sino también ridícula a la vista de lo que realmente está en juego, y no sería otra cosa que mera propaganda política. La crisis siria es, ante todo, una etapa del «rediseño del Medio Oriente ampliado», un nuevo intento de destruir el «eje de Resistencia» y constituye además la primera guerra de «la geopolítica del gas» [2]. Lo que actualmente está en juego en Siria no es saber Bachar al-Assad logrará democratizar las instituciones que heredó o si las monarquías wahabitas podrán destruir el último sistema laico de gobierno de la región e imponer su propio sectarismo, sino qué fronteras separan a los nuevos bloques que son la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y la OCS (Organización de Cooperación de Shangai) [3].
Misil Bulabá lanzado desde un submarino. Advertencia a la OTAN. |
El jueves 7 de junio fue un día rico en acontecimientos. Mientras que Ban Ki-moon y Navi Pillay, o sea el secretario general de la ONU y la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, pronunciaban su alegato contra Siria ante la Asamblea General de la ONU, Moscú realizó dos lanzamientos de prueba de misiles balísticos intercontinentales.
El coronel Vadim Koval, vocero de las RSVN (Tropas Balísticas Estratégicas Rusas), reconoció la realización del lanzamiento de prueba de un misil Topol–desde un emplazamiento cercano al Mar Caspio– pero no confirmó el de un misilBulava –desde un submarino en el Mediterráneo. Este último lanzamiento fue visto, sin embargo, en todo el Medio Oriente, desde Israel hasta Armenia, y no se conoce ningún otro tipo de arma capaz de provocar los efectos visuales que pudieron observarse en el cielo de la región [9].
El mensaje está claro: si la OTAN y el Consejo de Cooperación del Golfo no respetan las obligaciones internacionales ya definidas en el Plan Annan y se obstinan en alimentar el terrorismo, Moscú está dispuesto a enfrentarlos, incluso al precio de una guerra mundial.
Según nuestras informaciones, estos disparos de advertencia estuvieron coordinados con las autoridades sirias. Moscú, que ya anteriormente había estimulado a Damasco para que procediera a la liquidación del emirato islámico de Baba Amro inmediatamente después del referendo constitucional que confirmó la autoridad del presidente al-Assad, también incitó ahora al presidente a liquidar los grupos de mercenarios presentes en el país desde el instante siguiente a la investidura del nuevo parlamento y del nuevo primer ministro sirios. Se dio entonces orden de pasar de una estrategia defensiva a una acción ofensiva tendiente a proteger a la población frente a las acciones terroristas. El ejército nacional sirio pasó por consiguiente a la ofensiva contra los bastiones del Ejercito «Sirio» Libre. Los combates de los próximos días pueden ser difíciles, en la medida en que los mercenarios disponen de morteros, de cohetes antitanques e incluso de misiles tierra-aire.
En un intento por aligerar la tensión, Francia aceptó inmediatamente la proposición rusa de participación en un Grupo de Contacto ad hoc. Washington, por su parte, envió a Frederic C. Hof a Moscú. Contradiciendo incluso las declaraciones que había hecho la víspera la propia secretaria de Estado, Hillary Clinton, el señor Hof aceptó la invitación rusa a integrar el nuevo Grupo de Contacto.
Ha quedado atrás el momento de lamentarse sobre la extensión de los combates al territorio libanes, o de filosofar sobre una posible regionalización del conflicto sirio. En 16 meses de maniobras desestabilizadoras contra Siria, la OTAN y el Consejo de Cooperación del Golfo han creado una situación sin salida que ahora puede convertirse en una guerra mundial.
FUENTE: RED VOLTAIRE
No comments:
Post a Comment