Tuesday, 14 May 2013

EL RECORTE DE LAS PENSIONES.

PENSIONES MÍMIMAS ESTABLECIDAS HASTA HOY.

Europa, léase banqueros y Merkel, continúa clamando por más reformas estructurales para España, o lo que es lo mismo, más recortes en lo que supone profundizar (precarizar más) la reforma laboral e, incluso, reformar las Pensiones, evidentemente, no para subirlas. A un país como el nuestro que se encuentra bajo un estado de shock con una economía inexistente y seis millones doscientos mil parados a cuestas, se le pide que termine de estrangularse, que consuma su suicidio sin mayores miramientos.

No soy banquero, ni tampoco especulador. De esta manera entiendo que no debería permanecer ni un segundo más en esta Europa gobernada por gente depravada que ni me representa ni existo para ella.  Hoy más que nunca percibo en mi el vértigo de esa hoja arrastrada por el caprichoso viento, la horrible sensación de estar en manos criminales a las que les importa muy poco que viva, muera o desaparezca. Porque hoy, aquella promesa de una Europa democrática y de los pueblos ya no es más que una entelequia, una quimera, un fugaz ensueño de madrugada. No quiero ni me siento orgulloso de pertenecer a esta Europa autoritaria, enferma de fascismo, que devora a sus ciudadanos como Saturno a sus hijos. 

El gobierno dice no hacer caso de las últimas exigencias de Bruselas, pero miente una vez más. Claro que tiene previsto recortar. Todo lo que le pidan y más, hasta conseguir alcanzar ese fatal punto de no retorno de nuestra moribunda economía. Cuando esto suceda, no será posible la sanidad pública, ni la educación, ni las pensiones. Sólo habrá dinero para pagar el sueldo de los políticos, el ejército, la policía… y la deuda.  Este es el espantoso crack al que nos dirigimos a marchas forzadas y atados de pies y manos.

El gobierno tiene ahora en el punto de mira las Pensiones. Es el último refugio económico de millones de familias , el precario colchón que a duras penas  amortigua el brutal embate de nuestro monstruoso paro. Atacar las Pensiones supone dar el golpe de gracia a la destrozada economía de millones de familias que mal viven de la jubilación de sus mayores. Recortar este último bastión de protección social supondría, también, multiplicar por diez los actuales impagos de las hipotecas, en muchas ocasiones satisfechas con las ayudas de esas pensiones. Y en esta demencial dinámica, además de más miseria y desahucios, tendremos, de nuevo, a los banqueros pidiendo más dinero para cubrir las importantes crecidas de la morosidad. 

El gobierno debería sopesar la situación antes de actuar, y proteger las Pensiones con el mismo ahínco que protege a los Bancos. Porque si malo puede ser una debacle financiera, peor y de incalculables consecuencias resultaría una desintegración total de nuestra economía social.

j.m.boix

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