Las
campanas de Famatina sonaron otra vez. Y cuando en Famatina las campanas suenan
fuera de misa es porque nada bueno está pasando. Las tocan los vecinos cuando
hay que salir corriendo a la plaza. Y a pesar de que tienen el permiso del
párroco Omar Quinteros, hasta ayer sólo tres veces las habían usado. Sonaron
cuando la noche empezaba a caer y la segunda oleada de represión dejaba tras
las rejas a cinco personas y mandaba al hospital a otras doce. Famatina parecía
entonces una ciudad sitiada. En la plaza, las campanadas iban empujando vecinos
y la policía antimotines seguía apostada, lista para actuar.
Otra
vez las protestas contra de la megaminería terminaron en represión. Esta vez
con 15 heridos de bala de goma y 5 detenidos. Otra vez le tocó a Famatina. Esta
vez, ni el intendente Ismael Bordagaray se salvó de los golpes de la policía y
hasta de las balas de goma. Los primeros disturbios comenzaron cerca del
mediodía. Ayer asumían las nuevas autoridades del PJ local y la invitación
especial la tenía el gobernador de La Rioja, Luis Beder Herrera. Desde
temprano, los vecinos vieron camionetas y combis extrañas recorriendo el
pueblo, mientras detrás del escenario empezaban a asarse unos mil chorizos.
Para
la Asamblea de Ciudadanos fueron señales inconfundibles de que el gobernador
venía. Y allí marcharon a protestar. Eran unos doscientos, pero apenas llegaron
se toparon con un vallado y el pueblo repleto con más de un centenar de
policías. No faltaron los de civil ni los antidisturbios. El que sí faltó fue Beder
Herrera. Sin gobernador, la protesta terminaba. Pero fue en ese instante en que
todos se retiraban cuando los militantes que habían ido al acto comenzaron a
cantar: “Un minuto de silencio para el cura que está muerto”. A los cantos, les
siguieron las piedras, y a las piedras las balas de goma. “Estaba todo armado,
empezaron a tirar piedras y enseguida nos tiró la policía. Esto causa mucho
estupor, mucha bronca. Los policías se nos reían en la cara”, le contó a Clarín
Miguel Arca.
Anoche,
todos los detenidos –la mayoría mujeres– seguían en la cárcel de Chilecito. En
Famatina continuaban las protestas. Fue en 2006 cuando el conflicto comenzó.
Entonces, eran apenas un grupo de vecinos que intentaban convencer al resto de
los problemas que la minería a cielo abierto y a gran escala iba a traer. Sus
argumentos resultaron convincentes porque, de los 6.500 habitantes, más de
4.000 terminaron negándose a convertir el cerro Famatina en una mina de oro.
Hasta el cura párroco y el intendente kirchnerista se sumaron a las protestas.
No
el gobernador, que los acusó de “hippies violentos” y de utilizar los métodos
del nazismo. En todos estos años lograron hacer retroceder a tres
multinacionales –incluida la poderosa Barrick Gold– y frenaron un negocio
estimado en más de US$ 25 mil millones. Sus consignas –“el agua vale más que el
oro. El Famatina no se toca. El agua y la vida no se negocian”– circularon por
todo el país pero no pudieron convencer al Gobierno nacional, que sigue
apoyando a las mineras y justificando la represión contra los asambleístas.
La
Rioja
Repudio
a la represión en Famatina
Tras
la represión policial sobre la asamblea de vecinos de Famatina que se
manifestaba ayer en contra de los proyectos mineros impulsados por el
gobernador Luis Beder Herrera, organizaciones no gubernamentales y
ambientalistas criticaron el operativo que dejó 16 heridos entre los
manifestantes, a quienes también se les abrieron causas judiciales. La diputada
provincial por la UCR Inés Brizuela y Doria anticipó que realizará un pedido de
juicio político contra el gobernador por "militarizar con miles de
policías un pueblo pacifico" y detener "a cinco personas por
contravenciones, cuando fue el propio Gobierno el que agredió".
Por
su parte, la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) expresó su
"preocupación por la agresión policial" contra "asambleístas que
se encontraban realizando un reclamo pacífico" y advirtió que la violencia
demuestra "la creciente conflictividad que produce este tipo de proyectos
mineros de gran escala y, en particular el Proyecto Famatina que pretende ser
desarrollado por privados y el gobierno riojano ignorando y reprimiendo la
opinión y expresión de la comunidad".
En
tanto, la secretaría de Derechos Humanos de CTERA también repudió la represión
y señaló "al titular del ejecutivo provincial, Luis Beder Herrera, por los
graves resultados" de la acción policial. "Los manifestantes fueron
agredidos por un grupo identificado con carteles de la Juventud Peronista, que además
realizó destrozos en comercios y viviendas residenciales", denunció la
secretaría de CTERA, que dirige el riojano Rogelio De Leonardis.
El
sindicalista reclamó también "que se investigue la complicidad policial en
las agresiones de la patota del partido oficialista contra los integrantes de
la Asamblea que se manifestaba contra los planes mineros de la multinacional
Osisko y el gobierno local".
Resumen
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