Sunday 11 August 2013

ESCLAVITUD EN LOS CAMPOS DE ANDALUCÍA.

Jornaleros andaluces asesinados en Casas Viejas el 11 de enero de 1933

EL CAMPO ANDALUZ, UNA ESCLAVITUD QUE NO CESA.


“Te vas al campo y no tienes derecho a nada”, se lamenta Francisco Javier Fresco, quien ha denunciado con su hermano Miguel y otra media docena de integrantes de su cuadrilla a un intermediario que llegó a pagarles la mitad de lo establecido en convenio.

El acuerdo laboral del campo distingue decenas de categorías. Para los eventuales, el salario medio diario oscila entre los 41 y los 50 euros al día con plus de distancia y en un día laborable. Sin embargo, los trabajadores aseguran haber cobrado entre 12 y 18 euros al día y haber descubierto que las empresas no cotizaban todos los días trabajados. “Se están beneficiando muchos sinvergüenzas”, lamenta Francisco Javier Fresco. Su hermano Miguel apunta una de las causas de esta situación: “Nadie se atreve a denunciar. Si te quejas, no te cogen y en cinco minutos tienes una cuadrilla distinta”. Noticia del País
. 11 de agosto de 2013.

MIENTRAS QUE EN FRANCIA ACTUALMENTE SE ESTÁ PAGANDO LA HORA EN EL CAMPO A 8,75€, EN ANDALUCÍA LAS ETT Y LOS TERRATENIENTES LA ESTÁN PAGANDO A ¡2,50€!

Al escuchar a Francisco Javier Fresco y a su hermano Miguel diríamos que nos encontramos aún en esa Andalucía que motivaron los sucesos de Casas Viejas. Porque, hoy, 86 años después de aquel criminal suceso, el hambre y el contínuo abuso de las Empresas de Trabajo Temporal y grandes terratenientes hacia el trabajador del campo continúa siendo el pan nuestro de cada dia.
A los más de 700.000 jornaleros endémicos que tenemos en Andalucía, la crisis ha incorporado varios miles más  que se han quedado sin trabajo tras el derrumbe de la construcción y que ahora acuden al campo para subsistir de alguna manera. Esto unido a la eliminación de derechos del trabajador en la nueva legislación laboral hace que los empresarios lo sean menos para convertirse en verdaderos negreros tratantes de esclavos. Y a esta criminal explotación están colaborando vampirescas ETT como empresas intermediarias entre el patrón y el trabajador, que sangra aún más si cabe, la dramática situación que está viviendo el campo andaluz en nuestros días. 
El responsable de la Federación Agroalimentaria  de comisiones obreras en Huelva alertó en su momento de la proliferación de Empresas de Trabajo Temporal (ETT) en el sector que están obteniendo pingües beneficios con la contratación de mano de obra para las campañas agrícolas a costa de "tirar por los suelos" las condiciones laborales de los jornaleros.
La Guardia Civil poniendo "orden" en el campo.
Según el sindicato , "estas ETT hacen trabajar a destajo a sus empleados por un jornal de tan sólo 15 ó 20 euros cuando el convenio del campo en la provincia de Huelva estipula que la peonada de seis horas y media se paga a 35,65 euros, unas condiciones que los temporeros se ven obligados a aceptar porque el que reclama ya no trabaja más". Por otro lado, la figura del manigero, ese personaje anacrónico que creíamos desaparecido en esta "Andalucía moderna y con derechos" está reapareciendo con fuerza en nuestros pueblos. Es el símbolo perverso de una esclavitud que nunca desapareció del todo de nuestros sufridos y tórridos campos. Llevan una furgoneta y eligen a dedo quiénes van a trabajar y quiénes no. Muchos de ellos no dicen ni a que precio van a pagar la hora. Y si lo preguntas, pues no te eligen. Las tensiones en la Vega del Guadalquivir sevillana se han multiplicado porque los manigeros contratan a ciertas cuadrillas de inmigrantes, que trabajan por salarios por debajo de convenio.

En esta Andalucía oficial de bombo y platillo hay demasiado cliché propagandistico, porque la realidad nos demuestra que poco o nada se ha avanzado en resolver sus grandes problemas estructurales. Y al día de hoy, tal como ayer, sólo el hambre y la miseria amparan a centenares de miles de jornaleros sin trabajo y sin tierra. Y no me hablen del PER porque eso es seguir hablando de hambre. Una tierra que la sigue acaparando unos cuantos privilegiados en esta malparida democracia. La necesaria y prometida Reforma Agraria nunca llegó, y si llegó fue con ridículas minúsculas. Treinta y cinco años de gobierno socialista y estamos como empezamos. Un gobierno que nunca tuvo la intención de llevar a cabo la necesaria reconversión que esta región pide a gritos.  

Bicheando por internet sobre noticias de Andalucía, y no me refiero a las del ilustre Comín, encontré un artículo sobre este asunto y comencé a leerlo. Cual sería mi sorpresa cuando me percaté de que se trataba de un artículo fechado el 12 de agosto de 1977 publicado en el desaparecido Diario 16 y que lo firmaba un tal Julián Lobete. De forma asombrosa, lo que allí se contaba hace treinta y seis años continuaba siendo, en lo fundamental, de rabiosa actualidad en la Andalucía de hoy. De esta manera he creído que merece la pena transcribirlo.
j.m.boix


   Andalucía: El paro llama a la reforma agraria     

Viernes 12-agosto 77/DIARIO 16
Julián Lobete
En el verano de 1977 el paro se extiende por Andalucía de una forma preocupante. Recorrer las comarcas andaluzas es encontrarse a diario con asambleas de jornaleros que discuten sus problemas, buscan soluciones y protagonizan huelgas generales, por ahora sólo a niveles locales. Voces agoreras repiten que "aquí podría producirse lo de Casas Viejas" y el hambre empieza a ser un hecho palpable en muchos pueblos de esta región agraria. De este verano caluroso se podría pasar a un otoño o un infierno "tórrido" en el campo andaluz. Cuando sus compañeros libreros de toda España estén discutiendo convenios por aumentos salariales, por mejores condicioles de trabajo, por más vacaciones, los jornaleros andaluces se movilizarán acuciados por una alternativa dramática: comer o no comer. Que nadie se asuste: el anarquismo ha desaparecido definitivamente del campo andaluz y aquí no va a haber acciones desesperadas, batallas sangrientas ni crónicas negras. Las movilizaciones de los jornaleros serán similares a las de otros obreros, pero sin duda más intensas y prolongadas. La Reforma Agraria, al fondo Nadie habla en este país de Reforma Agraria. Como si el desarrollo industrial hubiera convertido este concepto en una expresión arcaica, como si en España hubiera desaparecido el latifundio. Sin embargo, el paro galopante de los jornaleros andaluces va a poner el problema nuevamente a la orden del día. El Gobierno se ha olvidado descampo en sus medidas económicas, pero tendrá que volver sobre él si no quiere verse envuelto en una aguda crisis social. El paro cíclico de los jornaleros se disimulaba hasta ahora con la emigración a Europa, a Cataluña, a los lugares turísticos en verano. Puertas que hoy están en gran medida cerradas. Si el rico andaluz puede seguir pensando en Madrid, el pobre ya no puede seguir pensando en Barcelona. Se ve obligado a pensar sobre su propia tierra, sobre la Andalucía de la que comienzan a desaparecer los olivos y otros cultivos necesitados de una amplia mano de obra. Y el andaluz sabe que su tierra no es pobre. Que sus 500.000 hectáreas de regadío pueden convertirse en muchas más si se aprovecha la potencialidad de recursos hidráulicos de la región. Que existen un millón de hectáreas dedicadas a pastizales y dos millones de terrenos forestales de escasa productividad. Que la ganadería es todavía muy baja y que, sin embargo, existen cultivos como el maíz, el girasol, el tabaco, la soja y el algodón todavía no lo suficientemente extendidos. Se añora ese Bajo Guadalquivir que podría convertirse en la huerta de Europa; pero, sobre todo, el andaluz sabe que da inmensa mayoría, la casi totalidad de las grandes fincas están ínfimamente cultivadas, que su rendimiento es mínimo. Sólo en el marco de Jerez las fincas cultivadas por los pequeños propietarios tienen un rendimiento que es un 40 por 100 superior al de los latifundios.
Limosnas frente al paro
¿Cuántos jornaleros, cuántos parados existen en Andalucía? Nadie lo sabe a ciencia cierta. La Administración no se ha preocupado de conocerlo. Una de las principales reivindicaciones de las organizaciones de jornaleros, Sindicato de Obreros del Campo (SOC, federado en la CSUT) y Comisiones Obreras del Campo es establecer, el censó de trabajadores agrícolas. El SOC pide que lo elabore el Instituto Nacional de Estadística, con la participación de las oficinas de Empleo y la colaboración de las centrales Sindicales. Como medida urgente para paliar los efectos del paro, el Gobierno ha destinado, mientras los veinte mil millones se ponen en marcha, un total de 1.852 millones de pesetas para el "Empleo Comunitario", al que los jornaleros califican de "pan para hoy y hambre para mañana". Esos millones se agotan pronto, repartidos entre todos los pueblos de las comarcas andaluzas. Cuando se agotan, los jornaleros reclaman y si lo hacen con energía llegan algunos millones de nuevo. Entretanto, no se crean puestos de trabajo duradero, ni las labores que los jornaleros realizan sirven para crear infraestructuras educativas, sanitarias o de comunicaciones, que estos pueblos tanto necesitan. "Hay quien nos acusa de vagos, dicen los jornaleros, pero son estas medidas limosneras del Gobierno las que más contribuyen a formar vagos entre nosotros." Este verano, se ha puesto de moda una nueva modalidad de limosna, a la que están contribuyendo generosamente grandes terratenientes: aportar fondos para socorro a los parados, distribuidos luego por comisiones de empresarios, jornaleros y autoridades. Con tal de que nadie piense en la posibilidad de repartir sus tierras, hasta algún grande de España cooperaen la campaña. Para los jornaleros del SOC esto es un alivio que no soluciona los problemas de fondo.Como el dinero es insuficiente, alguien ha propuesto repartirlo sólo entre los más necesitados. Pero ¿quién es capaz de determinar quiénes son los más necesitados entre los jornaleros sin trabajo?. La postura del SOC es clara: lo que haya se reparte entre todos.
Las soluciones sindicales
El próximo 19 de agosto, en los pueblos andaluces los jornaleros entregarán a los alcaldes, mediante concentraciones previas, un "Manifiesto contra el paro" elaborado por el SOC. El documento ya ha sido entregado a los gobernadores civiles de Cádiz y Sevilla, y a las autoridades del Ministerio de Agricultura en Madrid. Más que un manifiesto, el documento es una alternativa concreta para abordar el paro desde la perspectiva de un sindicato de jornaleros. El Manifiesto propone, como primera medida, que el Gobierno dicte una ley de Laboreo forzoso, mediante la que se obligue a los propietarios de fincas mal cultivadas a explotarlas con el máximo rendimiento. Esa ley estipularía un número de obreros fijos en función del número de hectáreas por finca: cuatro por 160 hectáreas de secano, aumentando en uno más por cada 35 hectáreas que excedan de la dimensión indicada. Por cada finca de 40 hectáreas de regadío se emplearían otros cuatro obreros fijos, aumentado en una unidad por cada diez hectáreas supletorias. De la misma forma que no existe un censo de jornaleros, tampoco se dispone de un estudio aceptable defincas mal cultivadas, aunque los jornaleros saben de muchas. " Para iniciar el estudio pertinente, el SOCha sugerido la formación dé una Comisión Técnica en la que estén representadas las centrales sindicales. Los jornaleros piensan que el Gobierno debe obligar, bajo amenaza de expropiación, a que los terratenientes dediquen sus tierras a los productos susceptibles de ser cultivados en los campos andaluces y cuya producción aliviaría el brutal déficit de la balanza comercial de productos agrarios. La reivindicación, clamada por todos los agricultores; una política de precios agrarios justa, es exigida también por los jornaleros, para quienes sin esta medida cualquier política agraria seria es imposible. Solamente con un aprovechamiento íntegro de los recursos andaluces actualmente explotados en elcampo, se crearían 85.000 puestos de trabajo. Si a esto se añade la jubilación adelantada a los sesenta años, edad a la que encontrar trabajo a un jornalero le es casi imposible, el mercado de trabajo se podría abrir en otros 30.000 puestos. El coste que esa jubilación adelantada supondrá para el Gobierno será mínima en comparación cotí otros proyectos implantados en el campo andaluz y que se han revelado escasamente rentables. En efecto, la única aplicación de la ley de Reforma y Desarrollo Agrario de 1973, ha consistido en dos experiencias que afectan a las comarcas sevillanas de Los Pedroches y Sierra Norte, de Sevilla. Con una inversión de 3.500 millones de pesetas se pretende transformar en cinco años una serie de explotaciones, todas mayores de 800 hectáreas, reconvirtiéndolas hacia la explotación ganadera, con ínfima formación de nuevos puestos de trabajo. Lo que sí se ha logrado es que las fincas, pertenecientes a unos pocos propietarios, se hayan revalorízado considerablemente. El plan contra el paro de los jornaleros se complementa con una serie de inversiones en regadío, obras sociales e industriales. Poner a punto las 500.000 hectáreas de regadío, de las qué sólo están aptas algo más de trescientas mil, exigiría una inversión altamente rentable a medio plazo y enormemente positiva a corto en cuanto a absorción de paro. Las obras sociales que los pueblos andaluces necesitan se pueden realizar por los jornaleros como contraprestación a un seguro de desempleo agrario percibido en las épocas sin faenas agrícolas. De esta forma se eliminaría la lacra del "empleo comunitario" y los jornaleros ayudarían a crear la infraestructura de la que nadie se ha preocupado de dotar a Andalucía. Aunque nunca se emprendió una política de industrialización efectiva en esta región, se ha creado hace pocos meses la Sociedad para el Desarrollo Industrial de Andalucía (SODIAN), cuya exclusiva atención parece que ,está dedicada por ahora a las  discusiones en torno a los puestos del Consejo de Administración. Los jornaleros esperan que se termine pronto tan importante labor para que SODIAN se pueda dedicar a los fines para los que fue creada.
Dejar de ser una colonia
Las soluciones propuestas por el SOC se complementan con la reivindicación de un Estatuto de Autonomía para Andalucía, reivindicación en la que coinciden la mayoría de las fuerzas políticas y sociales andaluzas. La evasión de hombres y capitales que ha padecido la región la ha convertido, segúnlos jornaleros, en una colonia del centralismo. Si Andalucía es rica, aquí se tiene que reinvertir su propia riqueza, añaden los jornaleros, que se declaran dispuestos a colaborar en la generación de esa riqueza y a terminar con el paro. Pero, con la tradicional desconfianza del jornalero, apuntan "sólo en la medida que veamos que el Gobierno y los terratenientes ponen en marcha soluciones para el paro, examinaremos en qué medida podemos contribuir dependiendo de nuestros medios". La desconfianza tiene razones fundadas. Mientras tanto, los jornaleros no esperan. Administran los medios de que disponen, dan soluciones inmediatas, se organizan. "Porque queremos una Andalucía de alegría y no de pena y tristeza, porque no queremos seguir esperando en la plaza a que nos contraten por 800 pesetas." El clima social de España pasa hoy por el sol de Andalucía y los jornaleros van a tener mucho que decir en las temperaturas próximas y futuras de ese clima.






       






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