Ahora que las insoportables calores del verano se han alejado, al menos hasta el
año que viene, he decidido abandonar el ordenador por un tiempo y coger los pinceles para intentar terminar este cuadro que empecé hace algunos
años y que es fruto de una instantánea fotográfica anónima de hace más
de cien años de una Sevilla inundada por las aguas del Guadalquivir. La
imagen me fue tan emotiva que decidí plasmarla en un lienzo. Sin
embargo, durante algunos años lo he tenido dando tumbos por los rincones
y con decenas de retoques, producto de mi continua insatisfacción a la hora de sacarle esa desolación que, entiendo, rezuma la fotografía en blanco y negro. De ahí mi ofuscación con este lienzo.
A tal fin, voy a abandonar por un tiempo el rincón de la escalera donde escribo, para cambiarlo por otro rinconcito en el pequeño patio de mi casa donde tengo mi caballete de campaña o lo que queda de él, flanqueado por algo de verde.
UN POCO DE HISTORIA DEL SITIO.
“Internados en la Calle Castilla camino de Chapina, llegamos a otro
secular pasadizo que nos lleva hasta las aguas del Guadalquivir cual es
el llamado CALLEJÓN DE LA VIRGEN DE LA O al que se accede desde la Calle
Castilla por un amplio arco rematado por un airoso frontón triangular…
Decimos que por allí podemos llegar a las aguas del viejo Betis… pero
a veces ha sido a la inversa y por este pasadizo las aguas fluviales
han acudido a visitar a su vecina paralela la Calle Castilla… como
aconteció en la famosa riada del año 1912 durante la cual alguien tiró
esta fotografía en la que el nivel del río subió hasta la altura de la
famosa calle trianera.
Vemos, pues, en esta instantánea en la que como aguja enhiesta se
enmarca en el ojo del arco la airosa chimenea de la antigua fábrica de
la “Sevillana de Electricidad” que durante décadas se alzaba en la calle
Arjona.”
Buenas noches, amigos.
j.m.boix
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