Al parecer, entre las risas y escarnios de la hueste policial, otra familia más con tres hijos menores han mordido el polvo de la calle. Nuestras leyes se parecen cada vez más al brutal Código de Hamurabi. El padre de familia no ha podido pagar la hipoteca, y el castigo ante tan horrendo crimen no solo le alcanza a él sino a toda la familia, con tres niños menores incluido un bebé de veinte dias al que también desahucian nada más nacer.
Pequeños grupos de voluntarios antidesahucios que han intentado parar este abominable crimen social, han sido apaleados y algunos detenidos ––creo que seis–– que pasarán a ser fichados por la policía como gente peligrosa. Y al final aquí paz y allá gloria, como decía mi pobre abuela, y mañana más.
Llevamos demasiado tiempo diciendo que esto tiene que estallar, pero lo cierto es que no solo no estalla si no que nos las estamos tragando cada vez más gordas. En poco menos de dos semanas se ha manipulado la Constitución para la entronización de un nuevo rey, y en un par de dias o tres han blindado a toda la familia Real para que como diría el fascista, Miguel Angel Rodriguez, no dar posibilidad a ningún juez loco ––refiriéndose al juez Castro–– de imputar a alguna alteza real. Como estamos viendo esta gente manipulan la Constitución cuando quieren, ni tampoco es para ellos un problema crear leyes y aprobarlas en cuarenta y ocho horas para proteger a quienes no lo merecen. Sin embargo no hay ley que se promulgue o se remueva para evitar que un bebé quede tirado en el asfalto.
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