Sunday, 7 September 2014

DESPERTAD, ESPAÑOLITOS, QUE NOS VAPORIZAN.

Rasmussen y Margallo en Madrid.

     El pasado 20 de junio nos visitó el siniestro Rasmussen, jefe de la OTAN en su gira por los paises afiliados para pedir más apoyos militares y dinero para ese descarado proyecto de potenciar el brazo armado de EEUU en su estrategia de dominar el mundo. La OTAN no ha descansado este verano y ya tenía preparada la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno prevista para los días 4 y 5 de septiembre en Newport ––Gales––, encuentro  donde se han  trazado las líneas de la "adaptación estratégica" anti-rusa. O lo que es lo mismo: consensuar con todos los socios de la OTAN una posible agresión a Rusia más allá de un crescendo de sanciones. Como ya ha anticipado el general yanki Philip Breedlove (comandante supremo de las fuerzas
Manifestantes con tra cumbre de la OTAN en Gales.
aliadas en Europa (SACEUR), eso costará dinero, tiempo y esfuerzos. Por otro lado y en esta reunión la OTAN a sugerido que los países se pongan al día en sus cuotas, y en lo posible, aumenten sus presupuestos de defensa ya que lo acordado en un principio fue invertir ¡dos puntos del PIB! (Para financiar las guerritas del Pentagono, digo yo). Estos anglosajones no solo nos empobrecen, nos roban y nos definen a los del sur como pigs (cerdos), que encima debemos pagarles los gastos de sus criminales razias por el mundo. Rasmussen ha defendido el alza del gasto en defensa porque ––según sus palabras–– "la seguridad es el fundamento de nuestra prosperidad". Ante tal dosis de cinismo cabría preguntarse sobre la clase de seguridad y prosperidad que quiere vendernos este peligroso buhonero de la guerra. ¿Acaso contribuye a nuestra seguridad y prosperidad acorralar al gigante ruso para que en un arrebato, nos borre del mapa? ¿Qué futuro tendría España en este más que posible escenario de confrontación, con nuestro país a rebosar de bases militares yankis y de la OTAN  y con el escudo anti misiles (DAM) instalado en Cádiz? 

Algunos estrategas militares hablan de que en caso de confrontación, Rusia atacaría en un primer round las periferias, a los países europeos que tienen en sus territorios bases de EEUU. Después lo más probable sería que los dos contendientes se sentaran a dilucidar si continúan más allá en la destrucción masiva mutua. Pero para entonces media España con algunos millones de personas se habrían volatizado. Andalucía, Madrid y Valencia serían las más castigadas. Esta es la clase de prosperidad que negocia y compra nuestro gobierno pocilguero y nos promete Ramussen, la de ser carne de misil en la guerra que se avecina. De momento, el conflicto con Rusia ya ha hecho prosperar, pero en la ruina, a muchos agricultores andaluces.

     Pero en nuestro tercermundista país nadie dice ni explica nada sobre los tremendos riesgos que corremos, dando soporte y ayuda a una organización que está en perpetuo conflicto contra todo el mundo. Ni los gobiernos, ni los medios de comunicación informan a nuestro pacífico pueblo que en estos momentos estamos en guerra contra Rusia. Sí, en guerra. ¿Acaso colaborar activamente en las sanciones contra ese país y que nuestros aviones y barcos de combate estén operando en las zonas sensibles del Báltico, haciendo rondas de "policía" junto a las recalentadas fronteras de Rusia en un claro y continúo desafio a este país, no son actos de guerra? ¿Cómo es que este gobierno no ha informado ni pedido al Congreso permiso para aumentar su intervención en esta escalada prebélica contra el gigante eslavo? 
     La política otanista siempre se la han reservado los dos grandes partidos. Ellos se lo han guisado y se lo han comido. En los últimos tiempos, tanto con la sociata Carme Chacón como ahora, con el pepero Margallo, España está atendiendo en demasía las exigencias de este criminal club militar, reconvirtiendo y poniendo a su disposición más bases militares (la de Bétera promete convertirse en la primera base general conjunta de la Alianza para liderar una fuerza desplegable compuesta por elementos de tierra mar y aire), y Margallo se ha permitido el lujo, en plena crisis, de ofrecerle a Ramussen dos fragatas de combate y cuatro cazabombarderos Eurofighter de los que ya hemos hablado, que patrullarán o ya lo están haciendo sobre la candente zona del Báltico, además de un Boeing 707. ¿Alguien da más? Y ante esto yo me pregunto, por el precio que nos cuesta este mercadeo con los matarifes. ¿Nuestro Parlamento tiene noticia de tales davidosas concesiones?¿O es que al ministro le salen así, de manera ocurrente al calor de una copa de Bourbon?
     
     Pero ya no se trata aquí del dinero que cuesta todo eso––que también–– en un país que tiene uno de los mayores índices de pobreza de Europa sino del creciente peligro de una mayor implicación bélica a la que nos someten estos irresponsables enrolándo a nuestro pacífico pueblo en estos peligrosos y criminales juegos de guerra.  Creo que la posibilidad de un devastador conflicto en
Conspiración en Gales para destruir a Rusia.
Europa es en estos momentos bastante alto. Obama y la administración norteamericana le suda el riesgo mortífero que corre Europa ante el coloso ruso. De esta manera incita y jalea a sus perrillos aliados a forzar un pulso que Rusia no se puede permitir perder. La diabólica globalización está pensada, y así lo exige sus cánones neoliberales, para la pérdida de soberanía de los pueblos en beneficio de las transnacionales que de esta manera pueden saquear a placer las riquezas de la tierra allí donde se encuentren. Pero Rusia no tiene intención alguna de perder su soberanía ni el control de sus riquezas. De esta manera hay que destruirla, bien con revoluciones naranja o militarmente. Esa es la cuestión.

EEUU golpeará sin compasión al oponente en cuanto esté seguro que este carece de capacidad de respuesta. En esta línea se entiende la obsesión de EEUU y de la OTAN por establecer sus bases militares en las mismas narices de Rusia. Un ataque nuclear preventivo desde las regiones bálticas, o Ucrania (por poner ejemplos), podría devastar Moscú y las zonas industriales del país en pocos minutos, dañando gravemente su capacidad de respuesta. De ahí la legítima obsesión de Rusia de no permitir bases de la alianza a las puertas de su casa. Y el que así no lo quiera ver es que  está buscando, no la paz sino la guerra.
Creo que ya va siendo hora que tomemos en serio los riesgos que corremos.

j.m.boix

  

 

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