... Pablo Iglesias ha hecho saltar con su durísima intervención la falta de democracia que muchos de nosotros hemos estado denunciado a lo largo de la existencia de esta UE de mercaderes y felones. Es indignante además de aleccionador que al representante de Podemos se le manda a callar en un determinado punto de su intervención sin dejarle consumir el tiempo establecido.
Y es que Pablo Iglesias ha dado en el blanco, en el nervio sensible que puede hacer vibrar una buena democracia o apestar un impresentable pesebre como es este Parlamento Europeo.
Criticar o hablar de realidades vergonzantes como el apoyo a los nazis de Kiev o de un país como EEUU, que promociona y protege golpes de estado a su antojo ha sido demasiado para el cuerpo de los mandamases de Bruselas a las órdenes de Washington.
Lo que más siento es que no haya sido Izquierda Unida la protagonista de esta valiente intervención de Podemos en el Parlamento de la UE al llamar a las cosas por su nombre de una vez por todas. Pero a Izquierda Unida nunca la han mandado a callar porque nunca tuvo nada que decir en estos sensibles asuntos, precisamente en los ámbitos que debió hacerlo. La intervención de Podemos en el Parlamento de la UE estoy seguro que es compartida de la a a la z por la inmensa mayoría de los militantes de IU. Sin embargo, sus impresentables dirigentes, verdadero lastre de la organización, prefieren por cobardía sacrificar las ideas en aras de lo políticamente correcto, que es lo más cómodo. Ese ha sido y será siempre su estrepitoso fracaso.
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