Thursday 12 February 2015

UNA OTAN CONTRA RUSIA (Informe analítico II parte)


Informe analítico, II parte.







Es necesario empezar a analizar el proceso de involucración de Ucrania en la OTAN desde los principales documentos políticos en los que se basa la "integración euroatlántica" del país. Para integrar a Ucrania en la Alianza Atlántica se desarrolló un fundamento político y legal que pone de relieve los intentos del Gobierno ucraniano de convertir el país al menos en el socio más próximo de la OTAN cuando no en su miembro.
El primer documento que hace constar oficialmente el rumbo de Kiev a la integración en la oTAN fue la Carta OTAN–Ucrania sobre Asociación Específica. Es una importante declaración política que define claramente las posturas de las partes y las prioridades de su cooperación.
Los acápites 3 y 4 de la carta rezan: "3. Ucrania reafirma su decisión de continuar reformas militares, fortalecer el control democrático y civil sobre las Fuerzas Armadas e incrementar su compatibilidad técnica y operativa con las fuerzas de la oTAN y los países socios. La OTAN reafirma su apoyo a los esfuerzos
de Ucrania en estos ámbitos".
"4. Ucrania da la bienvenida a los intentos activos y continuos y de la cooperación con otras organizaciones internacionales, como la organización para la seguridad y la cooperación en Europa (Osce), la Unión Europea, el consejo de Europa y la Unión Europea occidental en materia de desarrollo de la seguridad euroatlántica y el fomento de un ambiente general de confianza en Europa".
La carta establece asimismo el grado de acceso de la OTAN a las áreas de importancia estratégica para cualquier Estado, como
• Planeamiento civil de emergencias y preparación para situaciones de emergencia y desastres naturales;
• Relaciones entre la población civil y los militares, el control democrático sobre las Fuerzas Armadas y la reforma militar en Ucrania;
• Planeamiento de Defensa y de recursos financieros, desarrollo de la política, estrategia y concepto de seguridad nacional;
• Reconversión de la industria militar;
• Cooperación militar entre la OTAN y Ucrania y su compatibilidad técnica y operativa;
• Aspectos económicos de seguridad;
• Ciencia y tecnología;
• Seguridad ecológica, incluida la nuclear;
• Investigación y desarrollo en el ámbito aeroespacial a través del Grupo Asesor para la Investigación y Desarrollo Aeroespacial (AGARD);
• Coordinación civil y militar de sistemas de mando y control del tráfico aéreo.

La carta firmada en 1997, cuando el sillón presidencial en Ucrania lo ocupaba Leonid Kuchma, determinó las "aspiraciones euroatlánticas" de Kiev para las futuras décadas. Polonia tenía que desempeñar un papel especial en la involucración de Ucrania a la oTAN. Por ejemplo, el acápite 8 de la carta reza que los militares
polacos y ucranianos practicarán adiestramiento militar, incluyendo maniobras militares en el territorio de Ucrania, en el marco del programa "La Asociación para la Paz" y la OTAN prestará apoyo al batallón de paz polaco–ucraniano.
La "asociación específica" que empezó a desarrollarse a partir de la suscripción de la carta, conllevó la elaboración del Plan de Acción entre la OTAN y Ucrania, aprobado el 22 de noviembre de 2002, en plena guerra en Afganistán y en la antesala de la ofensiva de EEUU contra Irak.
El acápite B de la Parte I de este documento va más allá de las declaraciones y establece como prioridad de la política exterior y de defensa de Ucrania una integración total del país en las estructuras militares euroatlánticas. Esto se convierte en el objetivo estratégico de Kiev. Para lograrlo, Ucrania tuvo que asumir importantes compromisos políticos, por ejemplo, poner el Ejército y las fuerzas
del orden en conformidad con la "política euroatlántica del país". otros compromisos están indicados en el Plan de Acción están definidos con meridiana claridad. Al firmar el documento, Ucrania asumió los siguientes compromisos:
• abrir la economía del país, conforme a los estándares de la organización Mundial de comercio (OMC), es decir, colocarla bajo control externo;
• Reorganizar las Fuerzas Armadas de Ucrania para convertirlas en un Ejército bien preparado y dotado, “capaz de prestar apoyo a operaciones humanitarias y de mantenimiento de la paz que se desarrollen bajo la égida de organizaciones internacionales”;
• “Adoptar los estándares y métodos de la oTAN” para avanzar por el camino de la integración euroatlántica y aumentar la compatibilidad operativa de las Fuerzas Armadas de Ucrania y los Ejércitos de la Alianza mediante la participación en las “operaciones de gestión de crisis realizadas por la OTAN”;
• Hacer una mayor aportación a las “operaciones de paz” llevadas a cabo por la OTAN en los Balcanes y Afganistán (para 2002);
• Mantener las fuerzas de reacción rápida en disponibilidad operacional para que puedan participar en operaciones conjuntas con la OTAN, así como adiestrarlas de conformidad con los estándares de la Alianza Atlántica;
• Alcanzar un nivel determinado de compatibilidad del armamento y material bélico existente y futuro, así como de la doctrina militar con la OTAN;
• Y desarrollar la compatibilidad entre sistemas de información y comunicación ucranianos y los que tiene en su disposición la OTAN, es decir, entre canales de transmisión e intercambio de la información político militar.
Para que la OTAN no ponga en duda los intentos de Kiev de integrarse en la comunidad euroatlántica, Ucrania dio su visto bueno para el traspaso de la información confidencial en materia de defensa a los servicios de inteligencia de la Alianza. El mismo plan preveía la reconstrucción de redes protegidas de transmisión de datos secretos, conforme a las exigencias del bloque noratlántico. Además, se propuso a los servicios de seguridad de Ucrania
"intercambiar la información confidencial sobre el planeamiento y reforma militar con la OTAN", atribuyéndolo al cuidado de la seguridad de la información de sus socios.
De ese modo, a finales de los 1990 y principios de los 2000, se sentaron las bases para continuar involucrando a Ucrania en la OTAN. Los documentos firmados por Kiev se destacan por una amplia cobertura: la OTAN obtuvo acceso a todos los niveles del sistema político–militar de Ucrania, desde la industria de defensa hasta los datos secretos sobre el planeamiento de Defensa.
La llamada "revolución naranja" de 2004 en Ucrania dio un impulso adicional al fomento de las relaciones con la OTAN. El Gobierno prooccidental de Víctor Yúschenko que llegó al poder, continuó el rumbo político de Leonid Kuchma hacia el acercamiento con la Alianza Atlántica, al incrementar la velocidad y dimensiones de la "integración euroatlántica".
El 13 de marzo de 2006, el entonces presidente ucraniano, Víctor Yúschenko, promulgó el Decreto Sobre el sistema nacional para coordinar la cooperación de Ucrania con la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
Este sistema nacional fue creado con el fin de preparar a Ucrania a adherirse a la Alianza. A tales efectos, en organizaciones públicas fueron nombrados para involucrar a Ucrania en la OTAN coordinadores nacionales responsables de cumplir "misiones en las respectivas áreas de cooperación con la OTAN, incluida la preparación de Ucrania para su integración.
La lista de entidades mencionadas en el Decreto incluía el Ministerio de Asuntos Exteriores, el Ministerio de Defensa, el consejo de seguridad, el servicio de seguridad, el servicio de Vigilancia de Fronteras, el Ministerio de Finanzas, el Ministerio de Economía y otras organizaciones públicas, como el Ministerio de Educación, el comité Estatal de Radio y Televisión, etc.
En la época de gobierno de Víctor Yúschenko, se hizo todo lo posible en el ámbito político y práctico para obtener la posibilidad de adherirse a la OTAN–el Plan de Acción para pasar a ser miembro de la Alianza Atlántica.
Mientras, las capitales europeas manifestaron dudas justificadas respecto a la necesidad de asumir la carga de defender a Ucrania y Georgia. "Se debe ampliar la Alianza, si esto responde tanto a sus intereses como a los intereses de los Estados que buscan integrarse", declaró el 2 de abril de 2008 a la radioemisora "onda alemana" el general alemán Harald Kujat, expresidente del Comité Militar de la OTAN–el órgano supremo de la estructura militar de la Alianza. El general destacó también que la OTAN no debe importar problemas de seguridad.
Se sabe que en la cumbre de Bucarest (2008), el consejo del Atlántico Norte no apoyó la iniciativa de EEUU de incorporar a Ucrania y Georgia al bloque. Los votos de Alemania y Francia que se pronunciaron en contra de esto desempeñaron el papel clave. La ofensiva lanzada por Georgia contra Osetia del sur y
la guerra de agosto de 2008 en la que Ucrania se destacó como suministradora de sistemas de defensa antiaérea Buk–M1 y otro material bélico al régimen del entonces presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili, confirmaron que aquella decisión fue correcta.
Al ser elegido Víctor Yanukóvich presidente de Ucrania (enero de 2010), la concepción de Estado no alineado (fuera de cualesquiera bloques) constituyó el fundamento del rumbo político del nuevo mandatario en quién en aquella época cifraron esperanzas tanto la población rusoparlante del sureste de Ucrania como todos los ciudadanos que no hubieran perdido buen juicio. El capítulo
siguiente muestra que, de hecho, la cooperación militar de Ucrania con la OTAN a nivel práctico continuó también durante el gobierno del presidente prorruso, Víctor Yanukóvich.
Mientras, la involucración de Ucrania en la oTAN a nivel político se ralentizó demasiado. El Decreto presidencial No. 495/2010, del 2 de abril de 2010, suprimió el centro nacional para la integración euroatlántica de Ucrania. Además, Víctor Yanukóvich puso fin al trabajo de la comisión interdepartamental para preparar el ingreso de Ucrania en la Alianza mediante el Decreto No. 496/2010, al cancelar, de hecho, el Decreto sobre el sistema nacional para coordinar la cooperación de Ucrania con la organización del Tratado del Atlántico Norte, promulgado por Víctor Yúschenko. El 2 de julio de 2010, la Rada suprema (parlamento ucraniano) aprobó con 259 votos a favor la ley Los principios de la política interior y exterior, al determinar el estatus no alineado del país, es
decir, fuera de cualesquiera bloques polítios y militares.
En aquella época, la renuncia de Ucrania a ingresar en la oTAN la compensaba la integración político–militar del país eslavo en la Unión Europea.
Según los medios de comunicación ucranianos, Kiev y Bruselas acordaron el texto del acuerdo de asociación entre Ucrania y la UE ya el 19 de diciembre de 2011, es decir, cuando Víctor Yanukóvich ocupaba el sillón presidencial. El 30 de marzo de 2012, el servicio de prensa e información del Ministerio ucraniano de Exteriores comunicó que las partes rubricaron el texto acordado,
preparándolo para que fuese ratificado por el parlamento y promulgado por el presidente.
Pese a la opinión generalizada, el acuerdo no sólo supone para Ucrania el establecimiento de una zona de libre comercio y la necesidad de elegir entre la UE y la Unión Euroasiática.
Al imponer a Kiev el acuerdo de asociación, occidente esquivó la decisión de la cumbre de la OTAN celebrada en Bucarest, al encontrar un camino indirecto hacia la involucración del país eslavo en la OTAN. Para entender esta "estrategia indirecta", hay que leer con atención la Parte II  del acuerdo de asociación.
Esta Parte escrita en un lenguaje diplomático sutil no menciona directamente las estructuras de la OTAN o las estructuras militares de la UE. Pero uno de los objetivos del "diálogo político", es decir, de la incorporación de Ucrania en el espacio geopolítico occidental, radica en "promover el diálogo y profundizar la cooperación entre las partes en el ámbito de seguridad y defensa".
La asociación de Ucrania con la UE no busca desarrollar el libre comercio y acuerdos sobre aranceles aduaneros. Este documento establece, ante todo, el ingreso
del país en el sistema político–militar de la OTAN. Una mención disimulada del bloque aparece en el acápite 3b del Artículo 5: Bruselas y Kiev "aprovecharán en la medida de lo posible todos los canales diplomáticos y militares que existen entre las Partes, incluidos los respectivos contactos en terceros países y
en el marco de la ONU, la OSCE y otras plataformas internacionales".
Bajo "terceros países" se entiende a EEUU, entre otros Estados, y las "plataformas internacionales" incluyen, por lo visto, a la OTAN en el marco de la que funciona la comisión OTAN–Ucrania (NUC, por sus siglas en inglés) instituida en 1997.
Es importante también que el mecanismo principal de la cooperación, según el acuerdo, sea la Política Exterior y de Seguridad Común, es decir, el mecanismo de cooperación estratégica entre las estructuras militares de la OTAN y la UE.
A finales de 2013 y principios de 2014, la renuncia de Víctor Yanukóvich a firmar el acuerdo de asociación, sus torpes maniobras políticas y los intentos de nadar entre dos aguas provocaron un golpe de Estado con empleo de armas. La fuga de Yanukóvich de Ucrania abrió el camino hacia la total involucración del
país en la Alianza Atlántica.
Cuando estalló la crisis en el sureste de Ucrania y Crimea se reunificó con Rusia, los acontecimientos pasaron a desarrollarse a un ritmo acelerado. No es ningún secreto que los dirigentes de EEUU y de la OTAN aprovecharon el conflicto en Ucrania tanto para concentrar más fuerzas militares cerca de las fronteras
de Rusia y resolver definitivamente la cuestión con la incorporación de Ucrania, Georgia y Moldavia en la OTAN en una u otra calidad.
(continuará)

 
 

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