Monday 27 July 2015

LA VERGÜENZA DE LOS ESPAÑOLES.






Ya no me irrito, ni me da furor, ni maldigo siquiera. Simplemente me asola un profundo desencanto. El desencanto de un país que nunca levantará cabeza. 
 Ahí tenemos a Rato, disfrutando a todo tren de sus vacaciones en Mallorca con la maciza de turno. Blesa seguro que también andará por ahí en alguna caleta de lujo, rodeado de fulanas de alto estanding, disfrutando a igual que Rato de lo que nos han robado a todos y riéndose a mandibula baiente de este pueblo miserable y cabrón. 
Mientras tanto desde nuestras pobladas cárceles llenas de desgraciados, repletas de choricillos aprendices de brujo, miran con insana envidia profesional a estos grandes ladrones de guante blanco respetados y protegidos por el gobierno y sus jueces de turno. Gentuza como Rato y Blesa, verdaderos iconos de este neoliberalismo amoral y sin principios, son los que nos gobiernan ahora y nos gobernarán en el futuro según dicen las encuestas.
¿Alguien se imagina una situación como la que muestra la fotografía en Inglaterra, Suecia o Austria, por citar tres países del entorno democrático? Sería inconcebible que estos pueblos asumieran una desfachatez de tal calibre. Porque lo que está ocurriendo en España solo puede tener parangón y cabida en un país dictatorial y bananero y bajo un presidente corrupto.
Quizás en otra ocasión hubiera arremetido contra el gobierno, contra esta oligarquía indecente y culpable del enorme oprobio que para nuestro país supone tal situación. Pero esta vez creo que es el pueblo consentidor el máximo culpable. Un pueblo que no ha perdido un minuto en desmovilizarse y abandonar la lucha so pretexto de las mesiánicas promesas de un oportunista caradura. Un pueblo fácil de engañar que ha abandonado la calle y a vuelto a desinflarse y atomizar sus intereses prioritarios en banales disputas de poder en el momento más crítico donde nos lo jugamos todo en las próximas elecciones.

Los Rato y los Blesa abofetean nuestra dignidad con imágines como estas que mean una vez más sobre nuestras ansias de honradez y justicia. Pero lo grave es que nadie apenas dice nada. Vamos a unas elecciones generales de la mano de un presidente y de un partido hundidos en la pringue de la mayor corrupción conocida en la historia de esta país y nadie dice o hace nada y la Justicia aún menos. ¿No es desolador? ¿Acaso habrá que pensar que es este gobierno de sinvergüenzas lo que merece un pueblo de sinvergüenzas? Me resisto a creer en esto último pero siento una terrible congoja sobre todo cuanto me rodea. Un profundo desencanto que me lleva a intuir un futuro sin futuro para todos nosotros.

j.m.boix

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