Es increíble la estulticia de este gobierno y del ministro Borrell al enviar un barco escuela, que ya no se sabe bien si pertenece al Ejército español o a algún cártel de la droga, para hacer en su cubierta una jura de bandera de fervorosos españoles en Holstein (Alemania) por el caso Puigdemont. El togado del Ejército español ha sobreseído el año pasado el caso del alijo de más de doscientos veinte kilos de cocaína escondidos en el panel de cables del buque en el 2014, que estuvo fondeado durante unos días en el puerto de Cartagena de Indias (Colombia). La prensa alemana nos va a poner verdes y con razón.
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