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el papel de negociador europeo, Radoslaw Sikorski firma con el
presidente de Ucrania Viktor Yanukovich un acuerdo para el arreglo de la
crisis en la noche del 21 de febrero de 2004. Esa misma madrugada,
tomarán el poder los hombres secretamente entrenados en Polonia por el
propio Sikorski.
El semanario polaco de izquierda
Nie [en
español «No»] acaba de publicar un testimonio impactante sobre el
entrenamiento de los elementos más violentos del EuroMaidan [
1].
Según esa publicación, en septiembre de 2013 el ministro polaco de
Relaciones Exteriores, Radoslaw Sikorski, invitó 86 miembros de Pravy Sector
(Sector de Derecha) a viajar a Polonia en el marco de un programa de
cooperación interuniversitaria. Pero los invitados no eran estudiantes y
muchos tenían más de 40 años. No fueron a la universidad técnica de
Praga, como decía en el programa oficial, sino al centro de
entrenamiento de la policía de Legionowo, a una hora de carretera de la
capital polaca. Allí pasaron 4 semanas de entrenamiento intensivo en
manejo de multitudes, reconocimiento de personas, tácticas de combate,
técnicas de mando, comportamiento en situaciones de crisis, protección
contra gases utilizados por las fuerzas del orden y, fundamentalmente,
clases de tiro que incluyeron el uso de fusiles de francotirador.
Este entrenamiento se realizó en septiembre de 2013. Recordemos que
las protestas de la plaza Maidan supuestamente comenzaron como reacción a
un decreto que suspendía las negociaciones sobre la firma del acuerdo
de asociación de Ucrania con la Unión Europea, decreto firmado por el
primer ministro ucraniano Mykola Azarov el 21 de noviembre.
El semanario subraya la existencia de fotos que demuestran la
realización de este entrenamiento. En ellas puede verse a los ucranianos
con uniformes nazis junto a sus instructores polacos vestidos de
paisano.
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Los nazis de euromaidan |
Estas revelaciones justifican una nueva lectura de la resolución,
adoptada por la Dieta polaca a principios de diciembre de 2013, en cuyo
texto el parlamento expresaba su «total solidaridad con los
ciudadanos ucranianos, quienes con gran decisión están mostrando al
mundo su voluntad de garantizar la plena pertenencia de su país a la
Unión Europea». Por supuesto, los parlamentarios polacos ignoraban
entonces que su país había entrenado a los individuos que estaban
tratando de tomar el poder en Ucrania, cosa que finalmente lograron.
Este escándalo es ilustrativo del papel que la OTAN ha asignado a
Polonia en Ucrania, que bien puede compararse con el papel de Turquía en
Siria. El gobierno del liberal pro-europeo Donald Tusk ha desempeñado a
fondo ese papel. El actual ministro polaco de Relaciones Exteriores, el
periodista Radoslaw Sikorski, quien fue refugiado político en el
Reino Unido, fue el artífice de la integración de Polonia a la OTAN.
Como miembro del «
Triángulo de Weimar», Sikorski fue uno de los
3 representantes de la Unión Europea que negociaron el acuerdo del 21 de
febrero de 2014 entre el presidente Viktor Yanukovich y los tres
principales líderes de EuroMaidan [
2]. Por supuesto, el presidente ucraniano no sabía que Sikorski había entrenado a los cabecillas de la revuelta.
Por su parte, el ministro del Interior de Polonia y coordinador de
los servicios de inteligencia, Bartlomiej Sienkiewicz (tátara nieto del
autor de
Quo Vadis? Henryk Sienkiewicz,), fue uno de los
fundadores del actual servicio secreto polaco, conocido como Buró de
Protección del Estado (
Urzad Ochrony Panstwa). Este personaje fue durante mucho tiempo el director adjunto del Centro de Estudios Orientales (
Osrodek Studiow Wschodnich),
un centro nacional de investigaciones sobre el este de Europa y los
Balcanes que se dedica particularmente al estudio de Ucrania y Turquía.
A través de sus acuerdos con la Fundación Carnegie [
3],
este instituto polaco ejerce gran influencia sobre la percepción que se
tiene en Occidente sobre los acontecimientos actuales.
Bajo el gobierno de Yulia Timochenko (de 2007 a 2010), el actual
presidente provisional ucraniano, Alexander Turchinov, fue jefe de los
servicios secretos y posteriormente vice primer ministro. Turchinov
trabajaba en aquel entonces con los polacos Donald Tusk –quien ya era
primer ministro–, Radoslaw Sikorski –por entonces ministro de Defensa– y
Bartlomiej Sienkiewicz –quien era director de la firma privada de
inteligencia ASBS OTHAGO.
Para derrocar el gobierno de Ucrania, Polonia se apoyó en militantes
nazis, de la misma manera como Turquía se apoya en al-Qaeda en sus
intentos por derrocar el gobierno sirio.
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Nazis ucranianos le cortan el cuello al ex jefe de la policía de Donetsk delante de su esposa. |
Nada tiene de sorprendente ver que las actuales autoridades recurren a
los nietos de los nazis que la CIA integró a la red Gladio de la OTAN
para luchar contra la Unión Soviética, en tiempos de la guerra fría,
cuando recordamos la polémica que estalló durante la elección
presidencial polaca de 2005: el periodista y diputado Jacek Kurski
reveló entonces que Jozef Tusk, el abuelo de Donald Tusk, se había
enrolado en la Wermacht como voluntario. Después de negar vehemente los
hechos, el entonces primer ministro acabó admitiendo que su abuelo
efectivamente había servido en el ejército nazi, aunque afirmó que lo
habían enrolado a la fuerza después de la anexión de Dantzig. Este
incidente que dice mucho sobre las preferencias de Washington a la hora
de seleccionar a sus agentes en el este de Europa.
Resumiendo, Polonia entrenó a los cabecillas de los desórdenes que
condujeron al derrocamiento del presidente democráticamente electo de
Ucrania y luego fingió negociar una salida a la crisis, el 21 de febrero
de 2014, mientras que los cabecillas que había entrenado estaban
tomando el poder.
Por otro lado, no cabe duda de que el promotor del golpe de Estado
fue Estados Unidos, como queda demostrado en la conversación telefónica
entre la secretaria de Estado adjunta Victoria Nuland y el embajador de
Estados Unidos en Ucrania Geoffrey R. Pyatt [
4].
También queda claro que otros miembros de la OTAN, como Lituania
(Ucrania estuvo en otros tiempos bajo el dominio del imperio
lituano-polaco), e Israel en su calidad de miembro
de facto del estado mayor de la alianza atlántica, también participaron en el golpe de Estado de Kiev [
5]. Todo ese dispositivo hace pensar que la OTAN dispone actualmente de una nueva red Gladio en Europa oriental [
6].
Además, después del golpe de Estado, mercenarios estadounidenses
empleados por una filial de la firma Academi (Greystone Ltd) fueron
desplegados en Ucrania en coordinación con la CIA [
7].
Todos esos hechos modifican profundamente la percepción que se podía
tener del golpe de Estado que se produjo en Kiev el 22 de febrero
de 2014. Contradicen toda la argumentación que el Departamento de Estado
de Estados Unidos se ha tomado el trabajo de enviar por escrito a la
prensa (Ver los puntos 3 y 5 de la nota del 5 de marzo) [
8]
y constituyen, a la luz del derecho internacional, un acto de guerra. Y
por ende anulan todo el razonamiento de los occidentales sobre todo lo
que ha venido sucediendo después del golpe de Estado, incluyendo toda la
retórica occidental sobre la reunificación entre Crimea y la Federación
Rusa y los actuales levantamientos en el este y el sur de Ucrania.