A LA CABEZA DE LA MANIFESTACIÓN POR LOS ATENTADOS TERRORISTAS EN FRANCIA IBAN ALGUNOS DE LOS POLÍTICOS MÁS SANGRIENTOS Y CON MÁS TERRORISMO A SUS ESPALDAS DEL MUNDO.
¿CÓMO HAN PERMITIDO UNA BURLA DE TAL CALIBRE?
El pueblo francés reaccionó contra la brutalidad de unos atentados que nos conmocionó a todos, y la ciudadanía se echó masivamente a la calle. Pero no debió permitir de ninguna de las maneras que la cabecera de la gigantesca manifestación fuera ocupada por los mismos que están propiciando este terrorismo con sus matanzas y asesinatos en Oriente Medio desde hace más de diez años.
Esta era la relación de algunos de los "notables" que componían la cabecera de la manifestación y que publica la Red Voltaire:
- Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, la alianza militar lidereada por Estados Unidos que, durante la guerra contra Libia en 2011 y en la que actualmente se desarrolla contra Siria ha armado y entrenado grupos islamistas anteriormente clasificados como terroristas.
- El primer ministro de Turquía, el rey de Jordania y el ministro de Relaciones Exteriores de los Emiratos Árabes Unidos, países que en este mismo momento proporcionan al Emirato Islámico armas, entrenamiento, vías de tránsito y financiamiento para mantener la guerra en Siria y en Irak.
- El primer ministro británico David Cameron y el ex presidente francés Nicolas Sarkozy, quienes utilizaron fuerzas especiales y servicios secretos para la realización de operaciones terroristas en Libia, en Siria y en otros países.
- El primer ministro Matteo Renzi, representante de una Italia que, con su participación en la destrucción del Estado libio, ha contribuido a incendiar el norte de África y el Medio Oriente.
- El presidente Francois Hollande, promotor de la operación militar de Francia en Mali y en Níger –países representados en la manifestación de París por sus respectivos presidentes–, oficialmente para ayudarlos a combatir a los terroristas islamistas; en realidad, para explotar sus riquezas naturales como fuente de materias primas (oro, coltan y uranio, entre otras), riquezas cuyos ingresos acabarán en los bolsillos de las transnacionales y de las élites locales.
También estaba a la cabeza del cortejo el primer ministro israelí
Benyamin Netanyahu, quien, explotando el duelo por las 4 víctimas judías
de uno de los atentados terroristas, trata de hacer olvidar los miles
de víctimas palestinas –entre las que se cuentan cientos de niños–
registradas en la operación «Plomo fundido» y en todas las demás
que él mismo ha ordenado posteriormente contra la franja de Gaza.
La presencia en primera fila de Abu Mazen [Mahmud Abbas], no en calidad
de presidente palestino sino como representante del Fatah, no indica
ningún cambio de política por parte de Israel. Con su presencia a la
cabeza del cortejo, Netanyahu trata de hacernos olvidar también el apoyo
que Israel aporta a las acciones terroristas de los «rebeldes» en Siria.
El secretario de Estado estadounidense John Kerry debería haber
ocupado una posición privilegiada a la cabeza del cortejo. Pero prefirió
quedarse en la India para concretar allí una serie de acuerdos contra
China y contra Rusia. Estados Unidos estuvo representado en París por su
secretario de Justicia, Eric Holder, quien participó en una reunión con
los ministros del Interior de 11 países europeos. Kerry llega a la
capital francesa el 14 de enero de 2015 para preparar una «cumbre sobre seguridad global», que se celebraría el 18 de febrero, en Washington.
Mientras tanto, el primer ministro francés Manuel Valls anuncia que «Francia está en guerra contra el terrorismo y está dispuesta a adoptar nuevas medidas».
Occidente está así cerrando filas, bajo la dirección de Estados Unidos,
con el pretexto oficial de que tiene que enfrentar la amenaza del
terrorismo.
Terrorismo que el propio Occidente ayudó a crear y que ha venido
alimentando mediante las trágicas situaciones provocadas por las guerras
desatadas a lo largo de más de 20 años. Terrorismo cuyos militantes de
base desempeñan, casi siempre sin tener conciencia de ello, un papel que
favorece los intereses de las mismas potencias a las que creen estar
combatiendo.
Y así ayudan a quien, a la cabeza del cortejo de Occidente, como el
flautista del conocido cuento infantil, mantiene a Occidente bajo su
influjo y lo lleva por el camino que conduce al abismo de la guerra.
Magistral viñeta de Eneko