Desde el 2008 llevamos a cuestas este calvario que hoy nos supone una Unión Europea de especuladores y mafiosos. Nada se ha arreglado desde entonces, ni se han tomado medidas, ni se ha puesto orden ni control al llamado capitalismo de casino. Lo que fuera inicialmente un escándalo que los pueblos tuvieran que apechugar con las deudas de los ricos, hoy ya nos lo venden como lo más natural del mundo, o sea, que tengamos que pagar al usurero que nos presta depués de habernos robado. Apenas nadie pone ya en tela de juicio esta perversa deriva que nos lleva a la tiranía y esclavitud en una Europa que muchos ya no reconocemos.
Fijaros el bochornoso espectáculo que los gobiernos de UE están dando con Grecia. No hay negociación, solo amenazas. Más que políticos parecen cobradores del Frac al servicio del capital fiananciero. Dónde vamos a llegar. Un capitalismo financiero que en estas negociaciones está demostrando que no quiere en la UE políticas contrarias al neoliberalismo y este es, precisamente, el gran pecado de Syriza. Pero, ¿para qué entonces mantener la pantomima de elecciones democráticas si solo puedes votar neoliberalismo si o si? ¿Es posible que en estas negociaciones traumáticas y vergonzosas para el pueblo heleno, la UE y su amo, el poder financiero, estén buscando un golpe de Estado que borre del mapa a Syriza? Sin duda, creo que sí. Es más, intuyo que esta Unión Europea se entendería mejor con Amanecer Dorado como se entendió y se entiende con los nazis de Kiev.
Porque repito, es bochornoso el trato que se le está dando a un gobierno nacido de las urnas, y a un pueblo cuyo pecado es intentar sobrevivir.
Mala gente, muy mala gente se ha instalado en las políticas de este principio del siglo XXI. Gente canalla sin principios éticos ni morales a la que estamos votando y a la que no le importa el hambre ni las guerras si con ello obtiene beneficios. En Europa y por extensión en Occidente estamos hoy como al principio de la crisis, con un capitalismo de psicópatas sin control que raya lo criminal y que no solo continúa sin bridas y desregularizado si no que parece haber ganado la batalla al comprar y someter definitivamente al poder político. El futuro que nos queda por ver con esta situación es de lo más desesperanzador. A los ciudadanos solo nos resta rezar para que no nos venga un nuevo Lehman Brothers y a seguir pagando sin rechistar las deudas de las juergas de los ricos aunque en ello nos vaya la vida, que es lo que se le exije hoy a Grecia y, de camino, a todos nosotros.
j.m.boix