Saturday, 12 March 2016

LOS FASCISTAS DE MÁLAGA AZUZADOS POR SU ALCALDE ARREMETIERON CONTRA LOS TARBAJADORES.


La recogida de resíduos sólidos y urbanos (RSU) simpre fue un servicio público gestionado desde lo público, pero cuando se descubrió que privatizarlo conseguía pingües beneficios, entre otros las suculentas mordidas de algunos políticos degenerados, el servicio se vendió a lo privado y ahí comenzaron los problemas. 
Aquí en esta España cada vez más fascista ya peligra seriamente en derecho de huelga. Es inadmisible al tiempo que alarmante que un regidor (del PP) levante y arengue a la población contra unos trabajadores que hacen uso legítimo de un derecho que protege la Constitución. Cuando un trabajador decide ir a la huelga no es una decisión gratuita, ni por joder a la ciudadanía. Lo hace por defender unos derechos que entiende vulnerados.
Toda la prensa derechona y fascista (la mayoría de este país) arremete en estos momentos contra los trabajadores a igual que lo hicieron en la huelga de Madrid. Una prensa incalificable deseosa de hacer sangre con todo lo que huela a trabajador y sus derechos. Nadie habla de la empresa Limasa, si cumple con el pliego de condiciones que un día firmó (si es que algún día lo hizo) con el Ayuntamiento para gestionar el suculento negocio de la basura. Los culpables nunca son los empresarios si no los trabajadores a los que se le echa en cara el dinero que ganan.   

Tuesday, 8 March 2016

¡MENUDO PATRIOTA!

El exministro franquista Utrera Molina advierte en ABC del riesgo de una nueva guerra civil

El suegro del exministro Alberto Ruiz Gallardón insinúa en una referencia a la izquierda que "un nuevo frente popular" busca la "liquidación de la esencia de España"
Utrera Molina, cuya extradición ha sido solicitada por la Justicia argentina por su pasado franquista", asegura estar preocupado "ante el peligroso abismo que se abre en el horizonte cercano de mi patria"

El exministro Utrera Molina amenaza con denunciar a víctimas del franquismo.
El exministro Utrera Molina amenazó con denunciar a víctimas del franquismo.
El exministro franquista José Utrera Molina está preocupado por la posibilidad de que haya una nueva guerra civil en España. Una supuesta situación de preconflicto de la que alerta en un artículo en el diario ABC, y que que estaría provocada por lo que denomina "un nuevo frente popular", en referencia a los partidos de izquierda.
Utrera Molina, que ha sido reclamado por la Justicia argentina por su papel en el franquismo, asegura que cerca de sus 90 años tiene el temor de un "peligroso abismo que se abre en el horizonte cercano a mi patria". Todo por las posibles consecuencias "que podrían producirse si volvemos a dejar que nuestra patria se envuelva de nuevo en el odio que rompió hace ochenta años en el alma de los españoles".
"Preferiría mil veces morir antes que contemplar en lo que se puede convertir España por el terrible acoso de los que no han podido comprenderla y la incompetencia de quienes no han sabido defenderla", continúa Utrera Molina en un artículo muy poético. Pero no da soluciones para evitar esta supuesta guerra civil que provocaría la izquierda. Solo espera que su texto cubra "una parte de la vergüenza que martillea sin cesar el corazón de muchos españoles".
Pero Utrera Molina sí espera que haya tiempo para evitar la "liquidación de la esencia de España". O como él lo denomina: "aún es posible impedir las lágrimas que están al acecho para brotar en nuestra retina y romper en nuestro corazón".
El suegro del exministro Alberto Ruiz Gallardón sostiene que desde su posición siempre predicó "la reconciliación", a pesar de que fue una de las cabezas visibles de la dictadura franquista y amenazó con denunciar a víctimas del régimen. Un cargo del que se siente orgulloso, ya que dice que tuvo "el honor de servir a España", y desde el que insiste nunca tuvo utilizó "el resentimiento".
Tras la petición de la jueza María Servini para extradir a José Utrera Molina junto a otros exministros franquistas como Rodolfo Martín Villa, la Justicia española archivó la petición tras la negativa del Gobierno a llevar a cabo la extradición.

eldiario.es/

INDIGNO RECIBIMIENTO DE LOS REPUBLICANOS ESPAÑOLES EN FRANCIA.



Los republicanos creían entrar en territorio amigo y fueron tratados como ganado, pese a ser ciudadanos civiles o soldados regulares de un gobierno democrático reconocido por la comunidad internacional
Exiliats republicans al camp d'Amélie-les-Bains  /  Història Gràfica de la Catalunya Autònoma
Exiliados republicanos en el campo de Amélie-les-Bains

Este mes de enero se cumplen 75 años del éxodo hacia la frontera pirenaica franco-catalana de medio millón de refugiados republicanos, tanto civiles como milicianos, empujados por el avance de las tropas de Franco. Constituyó uno de los grandes dramas europeos del siglo XX, un naufragio masivo ante el que nada fue previsto por las autoridades francesas, advertidas con anticipación sobre la posible magnitud del alud humano. La actitud del país de la "Libertad, Igualdad, Fraternidad" y la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y el Ciudadano se limitó a un gélido recibimiento estrictamente militar, cargado de menosprecio moral y material, ignominioso y degradante para civiles y militares españoles. Los republicanos creían entrar en territorio amigo y fueron tratados como ganado, pese a ser ciudadanos civiles o soldados regulares de un gobierno democrático en ejercicio, reconocido por la comunidad internacional.
Unos 260.000 milicianos se vieron amontonados los primeros meses en los campos de concentración de las playas de Argelés, Saint-Cyprien y Le Barcarés sin ninguna instalación de abrigo. Casi la misma cifra de refugiados civiles (mujeres, niños, ancianos) fueron dispersados obligatoriamente en el interior de Francia mediante convoyes ferroviarios formados a menudo con vagones de mercancías. Tres cuartas partes ya habían regresado a España a finales de 1939, donde la suerte que les esperaba no era más halagüeña, como tampoco la de quienes se quedaron en Francia en vísperas de la Segunda Guerra Mundial y la ocupación alemana.
 
Juego de coaliciones
El gobierno francés del Frente Popular, presidido por Léon Blum, prescindió de simpatías ideológicaa y aplicó durante la Guerra Civil española una dura Política de No Intervención para no contrariar al gobierno conservador inglés, con quien necesitaba mantener la postura común ante el ascenso de Alemania ya dirigida por Hitler. Léon Blum cedió la presidencia del gobierno en abril de 1938 al radical Édouard Daladier, quien se coaligó esta vez con la derecha y puso fin al gobierno de Frente Popular. Además de sepulturero del Frente Popular francés y responsable del degradante recibimiento de los refugiados españoles, Daladier era el "hombre de Munich", el reciente signatario junto con Chamberlain, Hitler y Mussolini en setiembre de 1938 de la capitulación franco-británica ante la anexión germánica de la región de los Sudetes checoslovacos, tras haber anexionado Austria en marzo anterior. Para Neville Chamberlain y Édouard Daladier era la culminación triunfal de su política de “apaciguamiento" del ascenso germano-italiano...
La cifra de soldados republicanos encaminados en aquellos quince días de crudo invierno comprendidos entre el 27 de enero y el 10 de febrero de 1939 hacia la divisoria francesa fue el previsible, en función de los contingentes bien conocidos del Ejército del Este y el Ejército del Ebro. En cambio, no fue así con respecto a los civiles. La magnitud de la marea humana se desbordó en la frontera por la proporción de civiles fugitivos de las represalias contra el tejido social "rojo" aplicada desde el primer día en las zonas ocupadas por el ejército franquista contra los sospechosos de simpatías republicanas o izquierdistas. En Cataluña se acumulaban desde mediados de 1938 un total de 700.000 civiles evacuados de otras zonas republicanas. A comienzos de 1939 la cifra había aumentado hasta el millón.
El lunes 23 de enero las autoridades republicanas huyeron de Barcelona. La capital catalana fue ocupada el jueves 26 sin resistencia militar ni civil, mientras el gobierno republicano se instalaba en el castillo militar de Sant Fernando, en Figueres, a un tiro de piedra de la frontera. La magnitud y la rapidez de la retirada republicana sorprendió a Franco. Después de la batalla del Ebro, en tan solo cincuenta días acorraló a medio millón de fugitivos civiles y militares en la raya fronteriza. No hubo batallas ni enfrentamientos de consideración tras la ocupación de Barcelona.
 
Cierre de la frontera
El mismo día 26 de enero el gobierno de París decidió cerrar la frontera con España, excepto para las contadas personas provistas de pasaporte en regla y visado consular francés. Se resistía a admitir la inexorable evidencia del alud humano que se acercaba. Presionado por sus dimensiones, la noche del 27 al 28 de enero la abrió exclusivamente a mujeres, niños y ancianos, por miedo a que la desesperación cundiera entre la gran cantidad de fugitivos y se convirtiera en avalancha sin control. Más de un centenar de periodistas y reporteros gráficos de varias nacionalidades se apostaban en los pasos fronterizos franco-catalanes para narrar el nuevo episodio de la guerra española. El lunes 30 de enero el diario local perpiñanés L'Indépendant calculaba que eran 135 periodistas los destacados en la zona.
El gobierno francés esperó ocho inacabables días, hasta el domingo 5 de febrero, para abrir a los contingentes militares el puesto de Cerbère y el lunes 6 de febrero El Perthús, después del paso a Francia del presidente Azaña, el presidente Companys, el lehendakari Aguirre y otras autoridades de la República. Cuatro días más tarde, el jueves 9 de febrero las tropas franquistas alcanzaban El Perthús, donde hasta pocos minutos antes se mantuvo el flujo apresurado de fugitivos.
 
Hostilidad e indiferencia
La dirigente anarquista Federica Montseny (primera mujer ministro en la historia de España, una década antes de que las hubiese en Francia), cruzó a pie por El Perthús la noche del 27 al 28 de enero, pese a disponer de pasaporte diplomático, y dejó un testimonio escalofriante en el libro Pasión y muerte de los españoles en Francia sobre "la suma de hostilidad e indiferencia aportadas por quienes representaban a la nación francesa en aquellos momentos, agravando la situación de los vencidos y haciendo de nosotros un rebaño de parias, una inmensa legión de esclavos sin ninguno de los derechos reconocidos por el Estatuto Internacional del Derecho de Asilo a los refugiados políticos y por todas las leyes que regulan universalmente la suerte de los prisioneros de guerra".
Incluso después de la llegada de la marea humana, la lentitud en habilitar cualquier tipo de instalación en las playas donde fue recluida era evitable y tuvo como objetivo fomentar el retorno de los refugiados, las repatriaciones voluntarias a España. El ministerio francés de Defensa se negó a abrir ninguno de sus campos militares vacíos del sur del país, como los de La Valbonne (departamento del Gard), Caylus (Tarn y Garona), Larzac (Dordoña) o La Courtine (Creuse), habilitados para alojar tropas, con el argumento de que podían ser necesarios en caso de súbita movilización de reservistas franceses ante a la escalada militar alemana. El ejército más numeroso del continente europeo, beneficiado los años anteriores con presupuestos extraordinarios frente el agresivo rearme germano-italiano, no puso a disposición de los refugiados españoles durante el primer mes del operativo ninguno de sus medios más indispensables como tiendas de lona, literas, estufas, cocinas o letrinas de campaña. "Ni una sola manta de sus reservas", escribía el Periódico Le Midi Socialiste el 15 de febrero.
 
80.000 refugiados en Argelés
La población francesa presenció el éxodo como algo ajeno a su vida cotidiana, casi imaginario, fruto de una guerra lejana disputada a escasos kilómetros de sus casas. La propaganda conservadora se encargó de avivar la incomprensión y el miedo ante los "rojos" españoles. El historiador Pierre Vilar testificó que en verano de 1938 pasó unos días por motivos familiares en la localidad fronteriza de Ceret  y le sorprendió el escaso eco que despertaba la lucha desatada en la otra vertiente de la montaña. George Orwell, tras abandonar España aquel mismo año 1938, residió unos días en el municipio costero rosellonés de Banyuls y escribió en el libro Homenaje a Cataluña: "La pequeña ciudad parecía sólidamente profranquista".
El 3 de febrero solo había 300 refugiados en el campo de concentración de la playa de Argelés. La cifra crecería a enorme velocidad: 20.000 el día 6, 75.000 tres días más tarde, 80.000 el 11 de febrero. Acto seguido lo ampliaron a las playas siguientes de Saint-Cyprien y Le Barcarés. Durante los diez primeros días, decenas de miles de hombres, mujeres, niños y ancianos no recibieron prácticamente alimentación caliente, ni tampoco atención médica los heridos y enfermos. De vez en cuando un camión lanzaba chuscos de pan por encima de la alambrada.
 
Desarme de las tropas republicanas
Las autoridades francesas no consideraron ni por un instante la propuesta del jefe del Estado Mayor republicano, el general Vicente Rojo, para que las unidades pudieran ser reconstruidas en territorio francés y repatriadas de forma organizada a los frentes de combate que permanecían abiertos en las zonas Centro-Sur y Levante españolas. El gobierno francés ordenó desarmarlas sobre la misma raya fronteriza, desmembrarlas de sus mandos y encerrarlas en campos de concentración improvisados sobre el arenal batido por el frío y el viento o en los prados nevados de las zonas de montaña, mientras el emisario del gobierno de París negociaba en Burgos con el general Franco su repatriación como vencidos.
El único objetivo del recibimiento francés fue encerrarlos, y nada había sido preparado ni tan siquiera para eso. Las "instalaciones" tuvieron que ser construidas en las playas a marchas forzadas por los propios internos, con los suministros proporcionados lentamente por las autoridades francesas las semanas siguientes.
Un año después del éxodo español, Francia encajaba otro de mayores proporciones todavía en su frontera norte, a raíz de la huida hacia el centro y el sur del país de 10 a 12 millones de civiles holandeses, belgas y franceses que escapaban de la invasión alemana y sus continuos bombardeos y ametrallamientos en vuelos rasantes sobre las carreteras infestadas de fugitivos. La mayoría regresaron a sus casas al cabo de unas semanas o pocos meses. A nadie se le ocurrió encerrarlos en ningún campo de concentración.

Catalunyaplural

Saturday, 5 March 2016

CANTO A LA CAL VIVA. boixfer


JUSTICIA Y MEMORIA A LAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO FRANQUISTA.

 CINCO TRABAJADORES ASESINADOS EN VITORIA POR LAS FUERZAS DEL ORDEN FRANQUISTA.
Estos trabajadores baleados pòr la policía franquista el 3 de marzo de 1976, no tienen memoria. Se les ha negado incluso su condición de víctimas, que lo fueron de un terrorismo de Estado que hasta hoy se intenta negar  para salvaguardar la "legalidad" de un régimen criminal cuyas esencias aún gobiernan España.. 
Víctimas que, como tantas otras que se sucederían a lo largo de la siniestra Transición, los partidos democráticos y los propios sindicatos y trabajadores de este país han olvidado y abandonado para su propia vergüenza 
y la deshonra de todos.
 

Tuesday, 1 March 2016

ESPAÑA: ¿LA NUEVA DIVISIÓN AZUL CONTRA RUSIA?



No es una broma, no. Las movidas se van sucediendo para que el poca ropa cargue con el muerto. Este año le han dado a España el mando de la fuerza de despliegue rápido de la OTAN para posibles operaciones en Europa y a donde les rote a los amos, claro está. A tal fin nuestro país tendrá que aportar una soldadesca de cinco mil hombres, además de correr con los gastos de estas operaciones (cientos de millones de euros). Por tal distición de Stoltemberg y Obama, nuestros militariotas y políticos --incluido el Jefe del Estado-- se sienten muiy orgullosos y honrados.
Pero dicho esto, que para algunos puede resultar un auténtico honor y un prestigio para los consabidos zafios políticos y mandos superiores del ejército, tal decisión no lo será tanto para los que están condenados a ser carne de cañón en todas guerras.

Ahora que la tensión es máxima entre el gigante ruso y Turquía, la fascista Merkel ha tenido la brillante idea de proponer que fuerzas de la OTAN se desplieguen en la costa de Turquía con la burda excusa de ayudar a este país a luchar contra el tráfico ilegal [tiene cojones la cosa] en las costas del mar Egeo. Si esta propuesta sigue adelante, España sería la que en primer lugar tendría que comandar la "punta de lanza" de la operación con sus propios soldados.  Para eso nuestro ministro de defensa ha aceptado asumir un trabajo que el resto de paises de la OTAN, mucho más inteligentes, han desechado. ¿O a caso Inglaterra, Alemania, Francia --por nombrar algunos de los más beligerantes en favor de la confrontación  con Rusia,  no están infinitamente más preparados y pertrechados que nuestro gloriso ejército del 18 de julio?

En el tablero de las democracias belicistas las fichas continúan su curso en favor de una guerra contra Rusia, que al parecer es lo único que interesa a la Casa Blanca y a sus correveidiles europeos. Turquía, o mejor dicho, el mafioso gobierno de Erdogán, tiene las credenciales de Obama y su OTAN para actuar de vedette buscona para hacer lo que le venga en gana siempre y cuando empeore las cosas más de lo que están. Aquí nadie habla de paz. Hemos comenzado con un 2016, que lejos de tener voluntad de amainar los tambores de guerra, éstos se están intensificando. También parece ser que Wahington, en la penumbra, está empujando a la Alianza a intervenir en Siria ahora que sus amigos terroristas están perdiendo la guerra contra el ejército nacional sirio. De esta manera, tanto si triunfa la propuesta de Merkel como la intención de Obama de invadir Siria con la OTAN, el enfrentamiento con el gigante ruso será casi imposible de evitar. Rusia ya ha advertido que derribará cualquier cosa que vuele si considera amenazada su fuerza aérea y su ejército.  Lo más probable es que en esta ocasión no se contenga y el zarpazo sea mayúsculo. En uno u otro caso y de seguir así, la situación derivará, indefectiblemente,  en una conflagración de consecuencias impredecibles. ¿Y quién estará ahí como primera fuerza de choque de la OTAN? Pues una nueva y gloriosa "División Azul" para contener a Rusia.
Desde luego que esta España no aprenderá nunca.

        

Sunday, 28 February 2016

LAS VÍCTIMAS DE LA AVT.



La Asociación de Victimas del Terrorismo (AVT) es una organización que manda y mucho en España. Demasiado, diría yo. Creo que todos estamos de acuerdo en respetar y dar cumplida memoria a las víctimas ocasionadas por la banda terrorista ETA, a igual que otros muertos ocasionados por el terrorismo internacional como los que engloba la Asociación de Pilar Manjón y las víctimas del 11-M. Cierto es que siempre he echado de menos y así lo he manifestado en numerosas ocasiones a esos otros muertos de la barbarie franquista cuya memoria y reconocimiento aún continúa a día de hoy sepultada en las cunetas del olvido y que también, a día de hoy, no haya habido nadie que, razonablemente, ponga coto a clamorosos enaltecimientos de aquel régimen de terror. Sobre estas últimas victimas nos dicen que es mejor olvidar en provecho de la reconciliación, pero para la AVT no hay reconciliación que valga ni para Euskadi ni para España ni para nadie. Solo una espiral de venganza y donativos en un universo de venganzas y donativos. 

Las víctimas de ETA resultan un negocio seguro para algunos que se niegan a buscarse un trabajo como el resto de los mortales. La AVT recibe importantes subvenciones del Estado (Defensa y Sociales que se sepa) y también de algunos ayuntamientos y otras instituciones sin contar con las donaciones de particulares. Sin embargo, no sabemos nada de este dinero público que maneja y en que se lo gasta. En su página web, que he visitado, no hay datos ni transparencia sobre este asunto. Ni se menciona. La opacidad es completa. No creo que las honorables víctimas que representa estuviesen muy de acuerdo con tal manera de proceder, tanto en esta como en otras cuestiones, que ponen en entredicho a una asociación que dispara contra todo lo que se mueve y cuyas últimas víctimas han sido unos pobres y honrados titiriteros que se ganan la vida como pueden y sin subvenciones.        

Friday, 26 February 2016

"CUANDO EL REY Y CINCO PISTOLEROS ASESINARON A LA DEMOCRACIA".

LUIS GONZALO SEGURA



22 feb 2016 Diario Público


 
En muchas ocasiones, de forma muy interesada, se trata el 23-F como si lo que sucedió aquel día fuese algo que poco o nada tuviera que ver con lo que aconteció en España en los meses (y años) anteriores.
Comportamientos infames y antidemocráticos de políticos (incluidos el PSOE y Felipe González), periodistas, empresarios, banqueros, poderosos, adinerados y del propio Rey fueron determinantes para que se produjese el intento de golpe. Por tanto, querer entender el 23-F sin conocer lo que le precedió es por completo imposible, tanto como explicar todas aquellas circunstancias en un blog. He pensado en recordar una escena que en mi opinión explica lo que realmente pasó: el 23-E.
El 23 de enero: El Rey de cacería
Cuatro tenientes generales (Elícegui, Merry Gordon, Milans del Bosch y Campano López que mandaban las regiones militares de Zaragoza, Sevilla, Valencia y Valladolid) y un almirante se presentan en Zarzuela, la casa del Rey. Debido a ello, este no tiene más remedio que cancelar uno de los muchos asuntos de estado que le ocupaba. Si el 23-F, Juan Carlos I tenía una raqueta en la mano, el 23-E, estaba de cacería, escopeta en mano.
Por suerte, se trataba de deporte lo que ocupaban las manos de nuestro Rey, a diferencia de otros jefes de Estado que las tenían casi siempre entre vedettes, botellas y conspiraciones.
Golpe a la turca
Lo que plantean estos militares al Rey es reproducir el golpe de estado que en 1980 había triunfado en Turquía. En dicho golpe, Kenan Evren se hizo con el poder mediante la fuerza de las armas, detuvo a 150.000 personas y clausuró partidos políticos, sindicatos y periódicos. Por si no fuera suficiente, también se dedicó a los asesinatos y desapariciones. Eso era lo que querían los militares para España.
Si hubiésemos tenido un Rey demócrata habría ordenado la inmediata destitución de los militares en lugar de acudir a Zarzuela a recibirles. No lo hizo. Después de oír hablar de un golpe de Estado, si el Rey hubiese sido una persona íntegra les habría arrestado de forma inmediata e informado al presidente y a las autoridades competentes para que los altos mandos militares fueran destituidos, detenidos y juzgados. Tampoco lo hizo. Si el Rey no hubiera estado del lado de los golpistas o no les hubiera utilizado para sus fines habría defendido al presidente. Ni se le pasó por la cabeza.
“El Rey reina, pero no gobierna. Decídselo al jefe de Gobierno”
Afirmó antes de hacer llamar a Adolfo Suárez, que se presentó en aquella cacería improvisada en la que él era la presa y se encontró al Rey y a cinco sicarios dispuestos a no desaprovechar la ocasión para asesinar o herir de muerte a la democracia.
“Realmente estos que hay dentro quieren verte a ti” le espetó el Rey a Adolfo Suárez antes de arrojarle a las hienas. El gesto es dantesco: el Rey empujando al presidente electo a los pies de las fieras militares y abandonándolo a su suerte, como los que espantan presas para los cazadores.
Suárez les encara como puede
Les dice a los militares que ese no es el sitio para hablar y que si quieren les recibe en Moncloa, pero los militares prefieren jugar en campo propio, en Zarzuela.
Milans del Bosch, luego golpista, le dice a Suárez que debe dimitir por el bien de España. La frase en boca de un militar no puede ser más antidemocrática, pero emitirla acompañado de más militares y del Rey es evidentemente golpista, cuando no delictiva.
Suárez reacciona con tranquilidad. “Dame una razón”, dice enfrentándose a los matones. Sabido es que los altos mandos militares no son mucho de razonar, por lo que aquello de las razones les deja en un terreno que no es el suyo. Han perdido la iniciativa.
Para salir del embrollo que supone argumentar, Merry Gordon, tan aficionado a las pistolas como a las botellas, saca una Star de 9 mm y se la coloca en la mano izquierda. “¿Le parece bien a usted esta razón?”.

El teniente general Merry y sus vulgares secuaces, Rey incluido, colocan el cañón de una Star en la sien de la democracia con intención de coaccionarla y asesinarla llegado el caso. Apuntan a los millones de votantes y les gritan que se tiren al suelo, que se rindan, que hagan lo que ellos les dicen y todo saldrá bien, que obedezcan o que tendrán que disparar. Como vulgares delincuentes, como ladrones de bancos, como secuestradores, como asesinos… con una pistola.
Desde luego, por el lugar y las personas que están presentes es más obsceno y horripilante que lo que graba TVE un mes después con aquel teniente coronel fanático y franquista disparando como si el Congreso fuese el salvaje oeste. El mismo teniente coronel que a día de hoy sigue comiendo con su hijo, coronel, en los cuarteles de la Guardia Civil como si fueran su casa.
A Adolfo Suárez le debieron temblar las piernas y algo más, porque en aquella época las pistolas se usaban con demasiada frecuencia.
El Rey interviene
Podríamos pensar que para interponerse entre la democracia y la dictadura o para canalizar una situación que en esos momentos ha descarrilado. No es así.
En cambio, arrodilla y ejecuta lo que queda de la democracia, que no era mucho: “¿Te das cuenta de hasta dónde me estás haciendo llegar?”, protesta. Tras esta aseveración ya es imposible detener la sangría de la democracia, que es lo que ese día representaba Adolfo Suárez, tanto por su significado de respaldo a los golpistas como por un matiz que suele pasar desapercibido. No afirma “¿te das cuenta de hasta dónde les estás haciendo llegar?”, lo que habría sido ya de por sí vergonzoso e infame pero más neutral y pasivo, sino que afirma lo que me estás haciendo llegar.
Es decir, el Rey se pone en cabeza de una patética intentona golpista en mitad de una escalera, en el palacio de la Zarzuela y en la Casa del Rey. Un golpe que triunfa porque días después, el 29 de enero, la democracia muere con la dimisión de un Suárez exánime por los disparos recibidos ese día.
La muerte de la democracia es la victoria del Rey
El presidente dimite y la democracia se doblega a la voluntad del Rey porque este hirió mortalmente a Adolfo Suárez en su propia casa con una Star de 9 mm y cinco pistoleros. Ese día y en esa escalera, si al Rey le quedaba algo de legitimidad y de vergüenza, si es que las tuvo en alguna ocasión, las perdió para siempre. Ese día y en esa escalera, se escribió la historia que hoy nos intentan ocultar.
Todo lo que vivimos desde entonces es una gran obra de teatro para hacernos creer que no pasó lo que pasó y que no pasa lo que pasa, pero esa secuencia define a Juan Carlos I, a la democracia impostora, a los medios de comunicación, a la justicia, a los partidos políticos, a la sociedad y a las Fuerzas Armadas.
De aquellos polvos, estos lodos.
 
Luis Gonzalo Segura, exteniente del Ejército de Tierra y autor de las novelas “Código rojo” (2015) y “Un paso al frente” (2014).

Monday, 22 February 2016

EL VERDADERO ROSTRO DE LA UNIÓN EUROPEA.

O sea, la película se presenta así:  Occidente va a Medio Oriente a bombardear, saquear y destruir todo lo que ve. Luego los damnificados vienen a pedir refugio a los países causantes de su desgracia y estos aprovechan la oportunidad para robarles in situ lo poco que les quedaba
(La infernal lógica neoliberal).

EL NAZISMO QUE VIENE.


David Torres



22 feb 2016
 
Lo escribo como si se hubiera ido alguna vez, como si no hubiera estado siempre ahí, atrincherado en el Valle de los Caídos, en las servilletas y botellas de ese bar de Despeñaperros dedicado a la memoria del Caudillo, en las banderas con el gallo Claudio, en tantos retrasados ideológicos con carné de demócratas, en el muelle con resorte de tantos brazos viejos y jóvenes que se disparan a la mínima según el anticuado mecanismo del Heil Hitler. Lo vimos este fin de semana, en Barcelona y en Madrid, en sendas manifestaciones de nostálgicos del facherío que se creían que los ayuntamientos eran suyos igual que la calle era de Fraga.
También lo vimos la semana pasada fuera de la península, en la portada de una nauseabunda revista polaca donde una hermosa y lozana rubia gritaba ante el asalto (“la violación”, decía literalmente el titular) de unos cuantos brazos morenos y presumiblemente moros. El rapto de Europa en versión islamófoba, cuando en realidad quienes se están follando a Europa por delante y por detrás son Draghi y sus mariachis. Poco importaba que unos días antes saliera a la luz que las cifras sobre las agresiones sexuales masivas a mujeres en Colonia y en otras ciudades alemanas se habían desinflado como un globo. Del millar de delincuentes que se habló en un principio, la policía sólo ha identificado a 58, de los cuales únicamente 3 -dos sirios y un iraquí- eran refugiados.
En Alemania, donde el fascismo tiene nombre propio y denominación de origen, el Partido Nazi ha resurgido en una metástasis con dos hembras de armas tomar, y no lo digo sólo por decir. Beatrix von Torch, la segunda de a bordo de AfD (Alternativa para Alemania), ha hecho honor a sus orígenes aristócratas y a su nombre de dominatrix con unas declaraciones acerca de la necesidad de defender a tiros las fronteras germanas: “Es nuestro deber defendernos con armas. También dispararemos a mujeres y niños”. Por su parte, Frauke Petry, la presidenta de esa formación que se autoproclama de centro derecha, dejó bien claro cuán a la derecha queda el centro en Alemania desde el día en que le preguntaron si el AfD compartía el ideario xenófobo de Marine LePen: “No tenemos nada que ver con el Frente Nacional Francés. Es un partido que se mueve en el ámbito de la izquierda”.

Con semejante llamada a las armas y una intención de voto de más del 12%, el AfD se perfila como la tercera fuerza democrática del país, por delante de liberales, comunistas, socialdemócratas y verdes, y uno de los más firmes candidatos a poner en marcha el IV Reich, el gran juego nacional teutón y la obsesión favorita de los alemanes. Desde esa perspectiva de simpatía popular, se comprende que un nutrido grupo de vecinos de Bautzen, en Sajonia, saliera de madrugada a la calle a celebrar el incendio de un hotel que daba alojamiento a unos trescientos refugiados. Algunos bomberos declararon que era muy difícil trabajar entre el jolgorio del gentío, donde abundaban también niños y borrachos. Todavía no se ha aclarado bien cómo se originó el incendio, lo cual tampoco resulta raro en un país donde todavía no se sabe a ciencia cierta quién le prendió fuego al Reichstag. Probablemente haya que esperar a una reedición islámica de la Noche de los Cristales Rotos.
Publicado en Diario Público