“Sólo miraban que había niños y otros cuerpos entre los
muertos... A pesar de nuestros gestos, no respondían. Fueron
desapareciendo gradualmente, y nos dimos cuenta de que no estaban
respondiendo a nuestras llamadas de auxilio”.
Cada año, miles de personas salen de sus países de origen
huyendo de conflictos armados o de la miseria absoluta. Se dirigen hacia
Europa con la esperanza de una vida en paz, pero muchas se quedan en el
camino: mueren de deshidratación, ahogadas, o son interceptadas por
patrulleras y devueltas a países donde se violan sus derechos humanos.
Sólo en 2011, al menos
1.500 hombres, mujeres y niños murieron en el mar Mediterráneo cuando trataban de llegar a Europa.
De este lado, los Gobiernos europeos se afanan en impedir que
migrantes, solicitantes de asilo y refugiados lleguen a nuestras costas,
ignorando sus obligaciones internacionales de derechos humanos.
En septiembre de 2012, el gobierno español expulsó a más de 70
migrantes desde Isla de Tierra a Marruecos. No tuvieron acceso a abogado
o intérprete, y nadie les preguntó si corrían peligro en su país.
En 2011, una barcaza con 72 personas salió de Libia huyendo
del conflicto, con destino a Italia. El bote naufragó y sólo 9 personas
sobrevivieron. La descoordinación de los estados europeos en la zona y
la OTAN ante las peticiones de salvamento impidió que se evitara la
tragedia.
Hay mucho que no sabemos. La falta de transparencia sobre control de fronteras de los países europeos implica que
“fallos en los rescates” y abusos de derechos humanos queden ocultos.
Por eso,
José,
contamos contigo para denunciar este drama y sacarlo a la luz. Por
favor, si piensas que salvar vidas es más importante que controlar las
fronteras,
firma esta petición al Parlamento Europeo.
En nombre de todas las personas a las que vas a ayudar, gracias.
Esteban Beltrán,
Director Amnistía Internacional – Sección Española (
@amnistiaespana).
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