Ni programa nuevo, ni desaparición de la casta. Milei es un mentiroso embaucador al que pronto comprobarán los argentinos su juego y realmente a quién sirve.
Por lo pronto no ha tenido empacho de recuperar para su nuevo gobierno viejos funcionarios en su tiempo al servicio de la Rúa y de Ménem con unos proyectos económicos que en su día fracasaron estrepitosamente y llevaron a los argentinos a los famosos y temidos "corralitos." Es el currículum que arrastra tanto Luis Caputo nuevo ministro de economía y la señora Patricia Bullrich, esta última una fascista a cargo de la seguridad que ya ha amenazado al personal. Porque Milei amenaza a los argentinos de a pie, pero se cuida de hacerlo o utilizar su extravagante motosierra con los que se han enriquecido a costa de trampear la ley con empresas opacas "offshore" de las que disfrutan tanto Macri como el mismo Diego Caputo, antiguo ministro de economía de éste nombrado ahora por Milei y al que se le acusa de tener más de seis millones de doláres "ahorrados" de sus trapicheos con los antiguos gobiernos que ahora, junto Bullrich, preparan con total desvergüenza la represión a la inevitable y legítima ola de resistencia social que pretenden aplastar. Esto es el resultado del estúpido espectáculo montado por el "motosierra" y su "no hay plata" que fascinó a los ignorantes que le votaron y que va a procurar, si nadie lo remedia, un espantoso final.
Porque si es cierto que no hay plata, son los grandes responsables se la han llevado enriqueciéndose ellos y sus familias. Pero a estos a los que Milei llama casta, su motosierra no les tocará un duro. De momento algunos de ellos, en agradecimiento a sus fechorías, estarán en el gobierno.
Lo más preocupante son las medidas antisociales que afectará a la población. El prestigioso economista el Niño Becerra resume dramáticamente las consecuencias de un panorama de hambruna que afectará a la población sobre todo a los niños, que solo podrán acceder a una comida al día en medio de una inflación monstruosa. No hay plata, pero sí dinero para regalarle a su amigo ucraniano, el fascista Zelenski, dos poderosos helicópteros rusos comprados en su momento para operaciones diversas y de salvamento en la Antártida.
Muchos jóvenes idiotas enganchados al neoliberalismo y que han votado a este tipo están esperando alguna medida que les favorezca frente a la tremenda carestía de trabajo y futuro. Quieren ser ricos a toda costa aunque para ello tengan que condenar a un régimen de hambre a sus familiares y conciudadanos. Es esa juventud forjada en la comodidad que una pésima educación ha sembrado en una sociedad cada vez más egoísta e insolidaria que ahora apuesta, incluso por un loco, para redimir sus supuestos males y alcanzar "la gloria". También todos ellos quieren ser ricos, como la casta. Pena dan, porque en realidad la única casta que Milei quiere hacer desaparecer es precisamente la de los pobres.
El FMI y otros estamentos económicos mundiales de igual calaña aplauden la iniciativa de estas políticas de hambre contra un pueblo que ya apenas le queda nada contra el nuevo régimen que ha votado y que pretende desmontar la democracia, saltándose la Constitución y gobernando por decreto.
De nuevo habrá que luchar para recuperar todo lo perdido, incluido la democracia que Milei y su cuadrilla de cuatreros les está robando.
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