El día del estallido invisible
Ocurrió ayer a la mañana y afectó un radio de 80
kilómetros. Estaba nublado y no se vio nada. Los especialistas creen que
un bólido celeste estalló por la fricción y se pulverizó. Hasta ayer no
se encontraron restos.
El
estruendo se escuchó poco después de las 9.30. Sonó en un radio de 80
kilómetros y hasta hubo un temblor en el suelo y en las paredes. Pero
nadie vio nada. El cielo estaba nublado, aunque sin tormenta, lo que
descarta un posible trueno. Nadie encontró en el suelo algo que, caído
del cielo, diera alguna pista de lo ocurrido. Entonces, sólo quedaron
las conjeturas, que con un alto grado de certeza hablan de la caída de
un cuerpo celeste, un bólido que estalló como resultado de la fricción
con el aire. Y se desintegró. Ocurrió en el sur de la provincia de Santa
Fe y dio tema de conversación para buena parte del día en esa zona y en
todo el país.
“Es materia interplanetaria, son restos del Sistema Solar”, dijo el
director del Observatorio Astronómico de Santa Fe, Jorge Coghlan. “Se
desintegró antes de tocar la Tierra, quizás algún fragmento puede haber
caído y no va a ser muy difícil poder encontrarlo”, agregó.
El mayor impacto se sintió en Armstrong, una ciudad ubicada en el
límite entre las provincias de Santa Fe y Córdoba. El objeto podría
haberse desintegrado a unos 60 kilómetros de la Tierra, lo que generó la
explosión, seguida en algunos casos de un temblor en la tierra, que se
sintió en las localidades de Cañada de Gómez, El Trébol, San Martín de
las Escobas, Montes de Oca, Sastre, María Susana y Las Parejas. En
Rosario ni se sintió.
“Estaba trabajando en un galpón y temblaron todas las chapas, pero
no sabemos qué fue. Con la niebla no se veía nada”, relató un
funcionario de Seguridad Rural que se encontraba en el campo a la hora
de la explosión. En tanto, Oscar, bombero de la localidad de San Martín
de las Escobas, contó que el fenómeno “fue cerca de las 9.30, se escuchó
algo parecido a un trueno muy fuerte pero no se vio ninguna luz,
ninguna explosión”. Desde el área de Protección Civil de Cañada de Gómez
reportaron que se escuchó una fuerte explosión y que temblaron los
vidrios de varios edificios, pero aclararon que “no” hubo llamados de
auxilio ni reporte de daños. El mismo panorama se repitió en municipios y
comunas de la zona.
“Esto sucedió a unos 60 kilómetros de altura. Es una roca del
espacio que se va frenando en la atmósfera. Por eso se oyó en un radio
tan amplio, porque sucedió a gran altura”, precisó Coghlan. Un bólido es
un meteoro que presenta la apariencia de una esfera de fuego y que, al
tener una masa de más de 10 gramos, causa un gran surco al penetrar en
la atmósfera terrestre.
El astrónomo puntualizó que las caídas de bólidos “son fenómenos
esporádicos que no pueden predecirse. Se están analizando los
telescopios y satélites para establecer la trayectoria, para ver cuándo
ingresó en la atmósfera y cuándo se desintegró”. Incluso, consideró “una
lástima que no fuera de noche porque hubiera sido un espectáculo
luminoso maravilloso.”
El secretario de Protección Civil de Santa Fe, Marcos Escajadillo,
confirmó que “no hubo heridos, ni lesionados, ni daños”. Al margen del
fuerte ruido que conmovió la mañana de los departamentos Belgrano y San
Martín, no se encontró ningún material en la zona. “Lo único que se
registra es la explosión, no hay impacto en tierra aún hallado, al
parecer no hay objeto que haya caído a tierra. Por las características y
sobre todo por la extensión del ruido en una amplia zona de la
provincia, todo lo que se informa es una explosión en altura”, aclaró.
Mariano Ribas, jefe del área Divulgación científica del Planetario
porteño, ante una consulta de Página/12, sacó alguna deducciones de los
hechos y evidencias: “No hubo testigos visuales del fenómeno, y si hubo
algún destello luminoso no pudo verse porque era de día y estaba
nublado; se escuchó un estampido en un área muy grande pero que no era
un trueno y no fue hallado hasta ahora ningún resto: lo más probable es
que haya sido una roca espacial, un bólido que estalló a cierta altura,
por la fricción, y al romperse provocó un estampido”, explicó.
“Si el material que cae no es muy grande, probablemente no llegue
nada a la Tierra, aunque es probable que en unos días se encuentre algún
resto”, afirmó Ribas.
A menor escala, el fenómeno es similar al ocurrido hace casi
exactamente un año en Rusia: el 15 de febrero de 2013, un enorme bólido
estalló a 20 kilómetros de altura, sobre la ciudad de Cheliabinsk,
provocando centenares de heridos, pero no como consecuencia de los
proyectiles en que se multiplicó, sino como producto de la onda
expansiva.
El antecedente más cercano en Argentina es el que ocurrió en la
madrugada del 21 de abril del año pasado, en Santiago del Estero, cuando
a las 3.30 se hizo de día cuando el meteoro encendido cruzó el cielo.
No hubo víctimas en esa ocasión.
Ribas descartó que el fenómeno tuviera alguna relación con el
asteroide 2000EM26, cuyo paso cerca de la Tierra estaba previsto para
ayer y finalmente se produjo. “Se especuló con que pudo ser un
desprendimiento de ese asteroide, pero es imposible: pasó a tres
millones de kilómetros de la Tierra, que equivalen a casi nueve veces la
distancia a la Luna.
“No hay manera de predecir este tipo de fenómenos, ni tampoco de
detectarlo a través de telescopios o radares”, sentenció el
especialista.
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