Monday 25 August 2014

SERPIENTES DE VERANO..



LOS CUARENTA GRADOS DE MI VALLE.


En estas fechas de la canícula, el valle del Guadalquivir se transforma para mi en el Valle de la Muerte. Asfixiante, extremo, insufrible como este. Siempre pienso que solo una lagartija puede disfrutar de estos días de infierno al por mayor, pero me equivoco. Hay mogollón de gente que les encanta el infierno del que disfrutan de un buen anticipo en estos meses caniculares de julio y agosto donde hay jornadas que el calor llega a fundir el oro de los cordobeses. 
Gente a la que veo sudar como galeotes sin ninguna queja que enturbie la alegría de sus derretidos rostros. A veces pienso que muchos de los que chapotean felices en esta Caldera del Guadalquivir deben ser parientes lejanos de San Lorenzo, aquel pobre hombre al que mientras asaban en una parrilla no dejaba de mostrarse sonriente y feliz. Si no, es que no se comprende.
Por otro lado con más de cuarenta grados a la sombra todo apesta más, todo se corrompe antes y el hedor de esta España corrupta parece condensarse por estas fechas en ambientes estancados y anticiclónicos como los de la campiña sevillana. Los amigos catalanes al menos tienen más suerte porque el ozono de las tempestes con sus llamps, trons y calamarsa que los visita un día sí y el otro también limpian su atmósfera y mantienen a raya el aire tóxico y putrefacto de los Puyol, que emana de su maligna torre de Queralbs. Suerte que tienen los catalanes. Porque aquí, en los resecos cielos de la  campiña a orillas del Guadalquivir, no hay nubes ni tronadas que purifiquen los gases ponzoñosos e infectos que nos llegan del viejo Hospital de las Cinco Llagas ––hoy reconvertido en Parlamento andaluz–– infestado de Eres corrompidos, purulentas subvenciones y hediondos sindicalistas en avanzado estado de putrefacción. Pero aún hay más para los que vivimos esta desgracia canicular. Como si esto fuera poco, cuando nos llega algunas briznas de aire de más arriba de la Sierra Norte, lo que este nos trae es la esencia de la corrupción misma, la madre de todas las corrupciones envasada con la indiscutible garantía Gürtel. Metano puro de noble crianza procedente de los estercoleros del PP y de las patrióticas cloacas afines de la ilustre oligarquía española. 
Cuando se da esta fatal conjunción de venenosos tóxicos en el jodido valle, algunas personas mueren. Dicen que de golpes de calor pero yo sé que no es verdad.   

j.m.boix

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