Privatizar, privatizar, privatizar... Esa es la palabra mágica de un neoliberalismo, que como una mortal y endémica peste se apodera del mundo.
Los españoles nos hemos gastado más de sesenta y cinco mil millones que no tenemos (la mayor parte lo debemos) en construir una alta velocidad de las primeras del mundo, cuyas líneas en su mayoría son deficitarias. No tenemos líneas básicas de ferrocarriles que lleguen y unan a todos nuestros pueblos de España porque no es rentable. Pero parece que sí lo es construir cientos de kilómetros de vias a sabiendas que los trenes no funcionarán por la carestía del billete. Visto así habrá que pensar en ¿Quién se ha estado llevando comisiones en este ruinoso negocio? O es que al final tendremos que aceptar que somos unos consumados fantasmones que nos gusta aparentar más de lo que somos. En España no tenemos una clase media economicamente solvente para estos trenes de lujo y los billetes resultan bastantes caros. Ahora el gobierno, los de siempre, quiere privatizar las
Los españoles nos hemos gastado más de sesenta y cinco mil millones que no tenemos (la mayor parte lo debemos) en construir una alta velocidad de las primeras del mundo, cuyas líneas en su mayoría son deficitarias. No tenemos líneas básicas de ferrocarriles que lleguen y unan a todos nuestros pueblos de España porque no es rentable. Pero parece que sí lo es construir cientos de kilómetros de vias a sabiendas que los trenes no funcionarán por la carestía del billete. Visto así habrá que pensar en ¿Quién se ha estado llevando comisiones en este ruinoso negocio? O es que al final tendremos que aceptar que somos unos consumados fantasmones que nos gusta aparentar más de lo que somos. En España no tenemos una clase media economicamente solvente para estos trenes de lujo y los billetes resultan bastantes caros. Ahora el gobierno, los de siempre, quiere privatizar las
líneas más rentables a los franceses e italianos. Todos se van a dar bofetadas por la línea Madrid-Barcelona que es la única que cubre un cupo aceptable de rentabilidad. Las deficitarias nos la comeremos con papas fritas o las regalaremos en el lote. Por lo demás, los cantos a la privatización siguen siendo los mismos de siempre. Que abaratarán los costes al haber competencia y bla, bla, bla. Aunque al final todos sabemos que eso es mentira. Que luego vienen los monopolios indecentes y los abusos como pasa con las Eléctricas o Repsol. Nos gastamos el dinero que no tenemos en un lujoso ferrocarril para luego cederlo para que lo rentabilicen y se beneficien otros porque no podemos mantenerlo.
Así es fácil llegar a ninguna parte como parece ser nuestro sino.
Así es fácil llegar a ninguna parte como parece ser nuestro sino.