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El fascista loco, Capriles, instigador de los graves problemas de desabastecimiento en Venezuela, con el Papa. |
VENEZUELA.
Marcha contra la Corrupción y la Guerra
Económica, hasta la sede de Fedecámaras
Venezuela: "Empresa parada, empresa
expropiada" decretó el pueblo en la calle.
Marcha contra la corrupción y la guerra
económica convocada por la Central Bolivariana socialista de Trabajadores
Marcha contra la corrupción y la guerra
económica convocada por la Central Bolivariana socialista de Trabajadores
Las situaciones son distintas, pero los
elementos comunes evidencian que se está siguiendo el mismo recetario elaborado
por los chefs de Quántico, sede de la CIA, en Langley, Virginia, cerca de
Washington D.C., con la colaboración de sus hermanos de la NSA, en la llamada
Guerra Económica contra Venezuela y lo que sucedió en Chile, meses antes de la
caída y asesinato del presidente Salvador Allende. Las Realidades son
distintas, pero se están aplicando las mismas tácticas.
Escasez de alimentos de primera necesidad,
desaparición del papel higiénico, acaparamiento, que no solo debe ser castigado
con el decomiso de la mercancía, sino, meter en prisión a los culpables de
todos los niveles, tanto a los que lo ejecutan como a quienes lo promueven y
planifican. Hace falta investigación profunda por parte del Sebin e
Inteligencia Social, para neutralizarlos.
Además, el Gobierno Nacional debe informar
a la opinión pública, al pueblo, sobre los mecanismos que están usando estos
enemigos públicos, traidores a la patria, en la Guerra Económica, para poder detectarlos
y frenar su arremetida feroz. Un pueblo informado es el mejor aliado de si
mismo.
Existe un evidente paralelismo, no hay
espacio para la duda, estamos siendo atacados.
Como parte de la reacción ante esta
situación, se efectuó el jueves 31 de octubre, la marcha contra La Corrupción,
contra la Guerra Económica convocada por la Central Bolivariana Socialista de
Trabajadores, que comenzó partiendo de la Torre La Previsora dirigiéndose hacia
la sede de Fedecámaras en la urbanización El Bosque, pasando por PDVSA en la
avenida Libertador.
Llovieron las recomendaciones al presidente
Nicolás Maduro para que se mantenga firme en su lucha: "Que sí se puede,
que cuente con el apoyo del pueblo, que se apliquen las leyes y que ponga mano
dura contra la Guerra Económica y La Corrupción."
"Empresa parada, empresa
expropiada" se oyó, entre otras consignas expresadas en esta marcha. Seria
advertencia contra quienes pretenden crear caos y pescar en río revuelto.
Frente a la sede de PDVSA, en la avenida
Libertador de Caracas, se vio pasar un río humano que se dirigía a la vecina
sede de Fedecámaras, a protestar contra del acaparamiento, en contra de
Fedecámaras y en contra de la Guerra Económica que está padeciendo el pueblo,
parte de la guerra de cuarta generación, con la cual las fuerzas conservadoras
pretenden volver al poder.
"Porque le estamos haciendo frente a
las pretensiones de la oligarquía y los sectores privados, de arrodillar al
pueblo cada vez que hay unas elecciones, de hacernos un saboteo económico,
desaparecer los productos de la cesta básica de nuestros supermercados. Hoy la
masa obrera unida, quiere hacerle el frente a esas pretensiones de esos
saboteadores de oficio...", señaló Gerardo Velázquez de la gerencia de
Calidad de Vida de PDVSA"
Por otra parte, oímos: "...y tu
Fedecámaras, ten cuidado, porque el pueblo está alzado", dijo con énfasis
Amada García del Frente Nacional de Campesinos y Pescadores Simón Bolivar y
Coordinadora Ejecutiva de asuntos internacionales de la Central Bolivariana
Socialista del Campo y de los Trabajadores de la ciudad, el campo y la pesca.
"Ahí están, esos son, los que roban la
nación. Ahí están, esos son, los que roban la Nación" gritó la masa,
mientras señalaban al edificio sede Fedecámaras.
aporrea
DOCUMENTO EVIDENCIA UN PLAN DE DESESTABILIZACIÓN.
En los últimos meses, el Gobierno venezolano, liderado por
el presidente Nicolás Maduro, ha denunciado múltiples incidentes de sabotaje
contra el sistema eléctrico junto a una campaña continua para subvertir la
economía de la nación. Una mayoría de medios de comunicación a nivel
internacional además de medios privados dentro de Venezuela, se han burlado de
las graves denuncias del presidente venezolano, y en su lugar han intentado
responsabilizar al Gobierno de los daños causados al país. No obstante, un documento
interno de tres organizaciones de Colombia y Estados Unidos evidencia un plan
macabro contra el Estado venezolano para provocar violencia —incluso muertos—
con la intención de justificar una intervención internacional antes de las
elecciones municipales del próximo 8 de diciembre.
El documento, titulado 'Plan Estratégico Venezolano', fue
preparado por la Fundación Internacionalismo Democrático del expresidente
colombiano Álvaro Uribe Vélez, junto con la Fundación Centro de Pensamiento
Primero Colombia y la empresa estadounidense de consultores FTI Consulting. Su
fecha de redacción fue el 13 de junio de 2013, durante una reunión entre
representantes de estas tres organizaciones, dirigentes de la oposición
venezolana, como María Corina Machado, Julio Borges y Ramón Guillermo Avelado,
el experto en guerra psicológica, J.J. Rendón, y el encargado de la Agencia
Internacional de Desarrollo de Estados Unidos (USAID) para América Latina, Mark
Feierstein.
El plan estratégico de desestabilización contra Venezuela
tiene el fin principal de debilitar al Gobierno en el marco de las elecciones
municipales del próximo 8 de diciembre, tal como lo articulan en el texto:
"Los objetivos planteados en el presente plan se enmarcan esencialmente
hacia las municipales previstas para el 8 de diciembre, al mismo tiempo que
incluye el desgaste acelerado paulatino de la gestión del Gobierno facilitando
el triunfo supremo de la oposición para ese evento". Y agregan: "pero
si fuera antes, mucho mejor".
El documento también detalla la estrategia para sabotear al
sistema eléctrico en Venezuela con el objetivo de responsabilizar al Gobierno
de las debilidades de la infraestructura del país y de esa manera proyectar una
imagen de crisis de Venezuela a nivel internacional. Como parte del plan, los
autores proponen "mantener e incrementar los sabotajes que afecten los
servicios a la población, particularmente al sistema eléctrico, que permitan
culpar al Gobierno de supuestas ineficiencias y negligencias". Desde
entonces, apagones y otros cortes eléctricos han afectado a diferentes regiones
por toda Venezuela, causando un gran descontento general, y resultando en una
percepción negativa del Gobierno. Hace poco, autoridades venezolanas detuvieron
a varias personas involucradas en sabotajes al sistema eléctrico y a finales de
septiembre el presidente Maduro expulsó a tres funcionarios de la Embajada de
Estados Unidos en Caracas por su presunto papel en los planes de
desestabilización.
En la sección titulada "Acciones", los autores del
documento detallan sus próximos pasos para desestabilizar al Gobierno
venezolano. Además de "perfeccionar el discurso confrontacional y
denunciante de Henrique Capriles", el candidato presidencial derrotado por
Maduro, hablan de "generar emoción con mensajes cortos pero que lleguen a
mayor cantidad de personas, donde retomen los problemas sociales, provocando el
descontento social. Incrementar los problemas con el desabastecimiento de
productos básicos de la canasta alimenticia".
En los últimos meses, Venezuela ha experimentado problemas
de desabastecimiento de productos básicos, como papel higiénico, azúcar, leche,
aceite, mantequilla y harina, entre otros. Las autoridades venezolanas han
incautado toneladas de estos productos dentro de almacenes que pertenecen a
empresarios vinculados con la oposición. También han confiscado grandes
cantidades de estos productos en la zona fronteriza con Colombia, donde son
vendidos como contrabando.
Según el documento, "El 'Plan estratégico venezolano',
consensuado con dignos representantes de la oposición al Gobierno de Nicolás
Maduro, se orienta hacia estos objetivos con el fuerte y constante apoyo de
varias personalidades mundiales en función de que se le devuelva a Venezuela la
verdadera democracia e independencia que han estado secuestrados por más de 14
años".
Durante los 14 años de gestión democrática del presidente
Hugo Chávez las amenazas contra su Gobierno abundaban y los planes de
desestabilización nunca acababan. Luego del fracaso del golpe de Estado en su
contra en 2002, que fue organizado y apoyado desde el Gobierno de Estados
Unidos, hubo numerosos intentos de derrocarlo a través de sabotajes económicos,
intervenciones electorales, planes de magnicidio, guerra psicológica,
financiamiento multimillonario a las fuerzas opositoras desde el exterior y un
plan de aislamiento internacional que finalmente no tuvo éxito.
Una de las caras visibles de los intentos de
desestabilización contra el Gobierno de Chávez fue el expresidente de Colombia
Álvaro Uribe Vélez. El exmandatario colombiano finalizó su presidencia en 2010
haciendo un llamamiento para una intervención internacional en Venezuela con la
intención de destruir al presidente Chávez y su Revolución Bolivariana. Uribe
se dedicó durante los años siguientes a difamar al presidente Chávez y su
Gobierno y a fortalecer los vínculos con sectores antichavistas dentro y fuera
de Venezuela.
El fallecimiento del presidente Chávez en marzo 2013 no
impidió a Uribe continuar sus acciones contra Venezuela. Con la elección de
Nicolás Maduro a la presidencia y la continuación del proceso socialista
comenzado por Chávez, Uribe seguía con sus planes de ataque contra Venezuela.
Ahora este documento interno, producto de un encuentro de
sectores de la ultraderecha de Colombia y Venezuela, junto a representantes del
Gobierno estadounidense, demuestra los planes de desestabilización en marcha
contra el Gobierno de Maduro.
Como parte de este peligroso complot contra Venezuela, los
autores proponen "crear situaciones de crisis en las calles que faciliten
la intervención norteamericana y fuerzas de la OTAN, con el apoyo del Gobierno
de Colombia. Cuando sea posible, la violencia debe provocar muertos o
heridos".
Venezolanos, representantes de la oposición, están
trabajando conjuntamente con fuerzas externas para provocar la muerte de
ciudadanos inocentes en su propio país con la intención de promover una
invasión militar contra su nación. Esto representa una grave amenaza —y un vil
crimen— contra la soberanía de Venezuela.
Por último, además de promover el impulso de una campaña
internacional para marginar, deslegitimar y desacreditar al Gobierno de Maduro
a través de medios de comunicación y voceros de la derecha, el documento
recomienda "una insurrección militar" contra el "Estado
venezolano". Proponen "contactar con grupos de militares en activo y
en condición de retiro para ampliar la campaña dirigida a restarle prestigio al
Gobierno, dentro de las Fuerzas Armadas. (...) Es vital preparar a los
militares para que a partir de un escenario de crisis y conflictividad social
encabecen la insurrección contra el Gobierno, o al menos que apoyen una
intervención extranjera o un levantamiento civil".
Este documento evidencia y confirma la veracidad —y la
gravedad— de las denuncias realizadas por el presidente Nicolás Maduro.
Venezuela está bajo ataque, como lo ha estado durante los últimos 14 años desde
el inicio de la Revolución Bolivariana y el rescate de la soberanía,
independencia y dignidad del país. No hay que olvidar que Venezuela tiene las
más grandes reservas petroleras del mundo. Los poderosos intereses que desean
controlar esos ricos recursos no pararán hasta lograr su objetivo.